Cortoplacismo

Hace seis años di un triple salto mortal sin red, vamos, que me divorcié. Y lo hice sin que se hubiera cruzado otra persona en mi vida, eso que sucede tan a menudo. “Nadie salta sin paracaídas”, suelo decir, pero siempre hay excepciones, y en este caso así fue.

Pero después de más de una década en una relación, sentía como si mi mente, mi corazón, mi cuerpo y, sobre todo, mi apetito sexual, hubieran puesto el contador a cero. Tuve que reconstruirme (ahora que tan de moda está lo de ‘deconstruirse’) pieza a pieza, como si hubiera estado enferma y andara en la convalecencia. Meses me costó volver a sentirme a gusto en mi piel y en mi nueva situación personal.

Llegó el Tinder, y el roneo, y el descubrir que más que un juego era un curso de Antropología Avanzada. Y justo en ese momento apareció Amante en mi vida.

Hace dos meses (más) que no nos vemos. En este tiempo nos hemos escrito y hablado cada día, como siempre. Nos hemos “consolado” mandándonos fotos, más o menos ingeniosas, más o menos subidas de tono. Siempre esperando el momento en el que, por fin, podamos vernos y tocarnos.

Es una situación extraña. La primera vez que nos vimos no conocíamos el tacto, el olor, el sabor del otro. Todo era nuevo.

Cuando nos volvamos a ver, será un poco como la primera vez, con el contador a cero, pero sabiendo que vas a reconocer ese tacto, ese olor y ese sabor tan particular. El que solo tiene él, el que solo tengo yo, el que surge cuando se unen nuestros cuerpos. Tengo muchas ganas de verle, tantas como me confiesa que tiene él.

En este tiempo he intentado de todas las maneras posibles agarrarme a eso que él siempre me dice, que piense en el día a día, que no mire más allá ni haga planes ni me monte películas, porque luego mira lo que pasa, que viene una pandemia y te desmonta (nos desmonta) la vida.

Dice el gran Sergio C. Fanjul (si no habéis leído nada suyo, ya estáis tardando) que “es comprensible que el ser humano tenga dificultad para comprender exponenciales, gráficas o estadísticas, y también es normal que sea cortoplacista: preferimos conseguir nuestros objetivos presentes aunque comprometan nuestra vida futura. Por eso fumamos, porque un cigarrillo hoy, pensamos, tampoco nos hace nada. Luego ya veremos”.

La filosofía de Amante no es el cortoplacismo que relataba Sergio. Es más bien “no hagas planes a largo plazo, porque luego llega un imbécil (con una cacerola), y te lo revienta”.

Nunca estuvo tan de manifiesto que la actitud individual perjudica o beneficia tantísimo a la colectiva. Sed responsables. O ni yo, ni Amante, ni muchísimas otras personas, recuperaremos ni a corto ni a medio plazo nuestras vidas. Esto no es el contador a cero, esto es la vida suspendida sine die.

#diasextraordinarios
#MantenedLaDistanciaDeDosMetrosNoSeaisMalajes
#SacadALosNiñosDeUnoEnUno
#NoQuedeisParaJugarPachangasEnElParque
#LosAmantesQueremosPoderVernos
#HacedloBienOnoVamosaSalirEnLaVidaCoño

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