Te damos los tres pasos básicos de tu nueva rutina de belleza corporal
A estas alturas del partido esperamos haberte convencido de lo importante que es seguir a diario una correcta rutina facial, donde la limpieza, la hidratación y la protección son los tres pilares fundamentales -aquí puedes ver cuáles son los pasos básicos depndiendo de tu tipo de piel- para mantener a raya el envejecimiento. Pero, ¿qué pasa con tu cuerpo? También necesita unos cuidados básicos diarios para que la piel esté hidratada, elástica y con un aspecto joven. Para lograrlo solo tienes que llevar a cabo tres sencillos pasos.
Limpieza
En el momento ducha son determinantes tanto la temperatura del agua como el gel que uses. La primera debe ser más tibia que caliente, ya que la segunda lo único que hace es arrastrar los aceites naturales del cuerpo, eliminando así la barrera protectora de la piel y haciendo que esta se muestre deshidratada, irritada y áspera. Y el gel debe adecuarse a tu tipo de piel: si es seca, opta por uno que contenga aceite u otro agente emoliente; si es sensible procura que su fórmula esté libre de jabón y que tampoco tenga perfume.
Si, además, quieres aprovechar este momento para crear un minispa diario (activarás la circulación y así evitarás la retención de líquidos y la celulitis), antes de terminar baja la temperatura del agua y estate debajo del chorro frío unos 30 segundos. Después pon el agua caliente para que el contrastede temperatura haga que tus capilares de abran y se incremente el ritmo sanguíneo, y termina con otros 30 segundos de agua fría.
Exfoliación
Al igual que ocurre con la piel del rostro, también es necesario exfoliar la del cuerpo con frecuencia; no solo para que esté suave, sino también para que penetren mejor los activos que le vayas a aplicar tras la ducha. Lo normal es que te exfolies un par de veces por semana, pudiendo subir a tres si lo crees necesario y puedes aplicar el producto directamente con tus manos o con ayuda de una manopla, siempre con movimientos suaves, en sentido circular y ascendente, e incidiendo en las zonas más rugosas, como tobillos, rodillas, glúteos o codos.
Hidratación
No aplicarse crema corporal tras la ducha o el baño no es una opción. Sabemos que puede darte pereza, pero es algo que debes hacer a diario para mantener tu piel del cuerpo hidratada, suave, elástica y protegida. De esta manera no solo tendrá un aspecto más joven, sino que también estará a salvo de estrías.
Si eres de las que les gusta ducharse por la mañana, opta por una crema corporal que huela a cítricos o que incluya en su formulación ingredientes que activen la energía de tu cuerpo. Además, escoge una que tenga una textura ligera y que se absorba rápidamente para que no tengas que tener que esperar para vestirte. Pero si prefieres los baños nocturnos, opta por una textura más envolvente para poder aplicarte el producto acompañado de un pequeño masaje, y que tenga un aroma relajante, de lavanda, lilas o vainilla, por ejemplo.
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