El cuarto de baño será el nuevo salón, y el color del futuro, el verde. La ‘nueva normalidad’ según Carlos Mota, el decorador favorito de Marie-Chantal
Hay una palabra en inglés, tacky, que designa lo hortera, lo chabacano, lo grosero y lo vulgar. No se preocupen: el futuro será de todo menos eso. "El ser humano es social por naturaleza, por eso creo que seguiremos celebrando fiestas, pero serán más íntimas, como cenas pequeñas en casa. Las convocatorias de 500 personas han quedado obsoletas y tacky. Esa cantidad de ferias de arte sin sentido, por ejemplo, se va a acabar". Quien lo dice, Carlos Mota, es el decorador favorito de la princesa Marie-Chantal de Grecia o de la diseñadora estadounidense Tory Burch, por citar dos de sus clientas y, lo más importante, amigas, y sabe mucho de fiestas y ferias de arte. No tiene más que echar un vistazo a su célebre cuenta de Instagram para descubrir que la agenda de este venezolano afincado en Nueva York es tan exuberante como sus interiores, en los que está terminantemente prohibido el beige. De hecho, su aversión a este color –aunque él ni siquiera lo considera como tal– se convirtió en un hashtag tan popular en esta red social que dio título a su último libro: Beige is not a color (Vendome Press). Ojear sus páginas hoy resulta altamente estimulante. En definitiva, habrá que hacerle caso cuando pronostica que "calidad en vez de cantidad, es la nueva norma".
Mota ha pasado el confinamiento en su casa de la República Dominicana, con sus animales, entregado a Google -"mi gran salvación, me paso horas buscando gente ya sean decoradores, artistas, artesanos, o jardines en Inglaterra- y a la lectura de libros de viajes sobre los países que le gustaría visitar en el futuro, me dice desde allí. Como cualquiera, estos días también ha perfeccionado sus dotes culinarias. "Me gusta mucho ver videos en Youtube sobre cocina, especialmente a Jacques Pepin y Jamie Oliver, o las recetas de The New York Times. También ha aprovechado para adelantar trabajo, ya que ultima dos nuevos libros y eso le tiene "muy ocupado". Y ha tenido tiempo para reflexionar.
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Naturalmente, el también fotógrafo y consultor creativo -él prefiere usar un término venezolano, todero, para definir sus muchas y variadas ocupaciones- ha echado de menos a sus amigos más cercanos, para quienes planea organizar una cena "muy pequeña, con no más de seis personas y la mejor comida y vino posible". También añora gestos cotidianos como comprar flores frescas, en concreto orquídeas, y libros en sus establecimientos de confianza de Nueva York, donde reside la mayor parte del año. Y he ahí la clave de lo que, según él, nos deparará el futuro: "Todo va a cambiar completamente. Cómo viajamos, cómo nos reunimos, cómo vamos a planificarlo todo. Vamos a apreciar más las cosas y a estar más presentes", razona.
Por lo que a la decoración se refiere, y después de haber pasado las últimas semana en casa, Mota también prevé cambios. "Absolutamente. Vamos a empezar a redecorar, a cambiar cosas que no funcionanaban anteriormente. El hogar se va a convertir en nuestro gran proyecto, en nuestro nido. Quizá un lugar de reclusión, sí, pero acogedor y elegante. No solo será más cómodo, también más complaciente a la vista. Siempre he dicho que los dormitorios, y en especial los cuartos de baño, son muy importantes. Y creo firmemente en que nos vamos a enfocar en esos espacios, en que sean maravillosos", dice. "Los colores cálidos como el rosa, los ocres, van a volver a estar de moda. Son tonos que nos ayudarán a vernos mejor delante del espejo". Algo necesario si, como prevé, nos vamos a pasar la mayor parte de nuestra vida en el cuarto de baño. "Van a ser las nuevas salas", zanja. Por lo que a él respecta, su estancia favorita es el dormitorio de su casa en El Limón (República Dominicana). "Me siento muy cozy y protegido", me dice en su spanglish habitual.
En El Limón, su adorada casa dominicana, Mota vive feliz entre la playa y la selva, con sus perros adoptados. "Los animales son la mejor terapia. La tranquilidad y la felicidad que me dan es única", asegura. Entre los acordes de la música latina que ha escuchado últimamente y los colores de la zona, Mota ha encontrado la inspiración necesaria para afrontar el porvenir con esperanza. Y es precisamente el color asociado a este valor el que escoje para teñir el futuro. "Lo veo en verde, verde de renacer y crecer", subraya. "La naturaleza es la gran diseñadora de todo, y tiene una influencia enorme en mí y en mi trabajo. Por eso no creo que haya un manual para afrontar lo que vendrá: solo hay que tener mucho sentido común y respetar el medio ambiente. Y vivir la vida como si cada día fuese el último". En definitiva: el futuro no será tacky.
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