Confidencias: la nueva Sara

Estimada Sara, nos has dado una lección a todos, y sobre todo a las mujeres que tanto nos quejamos por cosas absurdas; por si hemos engordado o si no nos hemos podido arreglar el pelo durante todo el confinamiento… Y llegas tú y cuelgas tu secreto mejor guardado hasta ahora. Entendemos que no hayas tenido fuerzas de mostrar las secuelas de tu tratamiento contra el cáncer maligno de ovario que te diagnosticaron hace un año.

Tú viste lo frágil que era el mundo cuando, en apenas dos semanas, tu idílica vida que tanto esfuerzo te había costado se venía abajo y todos tus proyectos se quedaban congelados por esta maldita enfermedad que, aún hoy, veo que te cuesta nombrar, y por el infarto que apartó a tu marido, Iker Casillas, de la portería del Oporto. Allí has encontrado tu refugio de paz, donde dices que ahora vives la vida más despacio. En tus redes sociales nos van contando cómo la música y la poesía son tu mejor bálsamo y el mar tu mayor confidente.

Has sacado fuerzas por tus dos hijos, a los que estás dando una lección de vida

Has sacado fuerzas de donde no tenías por tus dos hijos, de 4 y 6 años, a los que estás dando una lección de vida que dentro de unos años entenderán y te agradecerán con el mismo amor que tú les has dado. Sara, tus ojazos no se han apagado ni un minuto y el pelo crece.

Muchas chicas quieren ser como tú, vestir como tú, trabajar en la tele por ti. Eso que a ti en algún momento imagino que llegó a ocuparte más espacio del debido y ahora ha quedado en un segundo plano. Ahora eres Sara, la que nos enseña que la vida te puede cambiar en un segundo y por eso hay que aprovecharla cada minuto que pasa. La que ha inmortalizado su verdadero yo con su propia cámara. Como dice uno de tus poetas favoritos, Miguel Gane: “En los días grises, tú eres el paraguas de la esperanza y saranidad”.

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