Carlotta Cosials, de Hinds: En Los Ángeles me llevé una sorpresa. Pensé que éramos más famosas que los cereales
Su primer concierto fue en un restaurante vegetariano de su tía en el año 2014. Por aquel entonces el grupo estaba integrado por Carlotta Cosials (Madrid, 1991) y Ana Perrote (Madrid, 1994). Por aquel entonces se hacían llamar Deers. Semanas después, dieron un segundo bolo en el famoso local La Vía Láctea del centro de Malasaña. El grupo se fue completando con la incursión de Ade Martín (Madrid, 1992) y Amber Grimbergen (Pamplona, 1996). Antes del verano, ya estaban de gira en Londres, teloneando a los míticos The Libertines.
Con apenas 20 años, Hinds ya se había convertido en un referente mundial de la música alternativa. Fue el primer grupo español en formar parte de festivales tan sonados como Glastonbury o Coachella. Han compartido escenario con The Strokes. Fue la primera banda española en acudir al late night show americano de Stephen Colbert. Han tocado en los cinco continentes, incluso dos veces en el mismo año. Han sido portada de infinidad de revistas. Incluso recibieron la visita sorpresa en su backstage del actor Elijah Wood, fan absoluto de las músicas. Y, como contó la propia Cosials en el podcast de Hotel Jorge Juan, han compartido fiestas con personajes tan sorprendentes como Selena Gómez. En la mansión de la cantante tejana.
En sólo seis años, este grupo de jóvenes y alegres artistas ha arrasado musicalmente y se han convertido en unas ‘profetas’ del rock and roll madrileño. También, en leyendas a nivel internacional. Este viernes han sacado su tercer disco, The Prettiest Curse (Lucky Number, 2020), después de los mil veces alabados Leave Me Alone (2017) y I Don’t Run (2018). Un disco que han creado entre Los Ángeles y Nueva York con la producción de la estadounidense Jennifer Decilveo quien ha trabajado con artistas como Bat for Lashes, Albert Hammond o The Wombats.
La llegada de este tercer disco la esperaban sus fans como agua de mayo. Sobre todo, en un momento tan turbulento como el que nos ha tocado vivir. The Prettiest Curse viene para tocarnos la raíz de nuestras emociones y pensamientos más profundos. Eso sí, desde la fantasía, el humor y la honestidad.
En este nuevo álbum, las Hinds se han permitido más licencias y se han censurado menos. Han arriesgado y experimentado con nuevos sonidos: han mantenido su marca guitarrera pero también han tocado los palos del pop, el groove del funk y de la neopsicodelia. En definitiva, nos traen 10 canciones llenas de matices, conceptos y, en su característica esencia, sinceridad abrumadora y buen rollo.
En una primera intención,The Prettiest Curse tenía como fecha de lanzamiento el pasado 3 de abril. Debido al estado de alarma y a la crisis sanitaria global, se decidió posponer su salida a este viernes 5 de junio. Aunque poco a poco nos han ido dando pequeñas dosis de este trabajo –con las canciones de Riding Solo, Good Bad Times o Just Like Kids– quedan himnos que nos acaban de desveladar. El grupo madrileño también tenía pensado darnos una última sorpresa antes del lanzamiento. Querían compartir un single, pero decidieron sumarse al #blackouttuesday, “en apoyo a la comunidad negra en la lucha contra la violación de los derechos humanos, la supremacía blanca, la brutalidad policial y el racismo sistemático”, según su cuenta de Instagram.
En Vanity Fair hemos hablado con la guitarrista y vocalista Carlotta Cosials sobre la creación de este trabajo. También sobre cómo está siendo el lanzamiento en unos momentos tan difíciles para el planeta y sobre cómo ha vivido la cuarentena.
¿Cómo está siendo sacar un disco en plena pandemia?
Es terrible, no sólo por la pandemia sino por todo lo que está ocurriendo a nivel mundial a raíz del asesinato de George Floyd. Tengo la sensación de estamos en la explosión de una revolución. En este contexto, se hace irrelevante hablar de canciones.
https://youtube.com/watch?v=dnz8iRmmaww%3Frel%3D0
¿Cómo crees que puede afectar esta situación al lanzamiento de The Prettiest Curse?
Entre que no podemos hacer giras y que la promoción va a depender básicamente de lo que hagamos nosotras… tenemos que confiar en que el álbum tenga la suficiente vida hasta que podamos empezar a moverlo en escenarios. No te vamos a engañar, estamos bastante preocupadas. No sabemos lo que va a ocurrir.
Empezamos a trabajar en The Prettiest Curse en enero de 2019. Quizás no sea lo más importante pero, a nivel personal, le has dedicado un año de tu vida. Suena frívolo con todo lo que está cayendo pero no deja de preocuparnos.
¿Qué habéis querido contar con este nuevo disco?
Hemos decido hablar de nuestra realidad de una forma súper directa. Como somos conscientes de que la realidad a veces es una mierda, hemos querido darle un toque de fantasía y exaltación. Tanto a nivel conceptual como de producción. Es como cuando le cuentas un cuento a un niño. Los cuentos tienen historia muy duras pero, a su vez, tienen moralejas que te ayudan a aprender. Como en un cuento infantil, utilizas elementos fantásticos que hacen que comprendas mejor y… que no sea tan bofetada en la cara.
En nuestras canciones hemos hablado de relaciones disfuncionales, crisis de identidad, de no sentirte en ninguna parte del mundo, de la soledad, de sentirte perdido… pero acompañado de un sonido más completo y colorido que hace que no sea un álbum depresivo. Hemos utilizado toques de humor, de furia y de alegría. Creo que ese contraste está muy guay y queda fenomenal.
¿Cómo os ha cambiado?
Puf… nos ha cambiado por completo. Solíamos dedicar muchísimo tiempo a escribir las letras, revisar las canciones, sustituíamos cosas… Luego llegábamos al estudio y actuábamos de forma autómata. Queríamos que sonase lo máximo posible a como sonamos en un directo. Que la música fuera bajo, batería, guitarras y voz. Sin mayores florituras.
En The Prettiest Curse hemos hecho todo lo contrario. Hemos tratado de ser más fieles a la idea original. Respetar más ese momento germinal –que me parece mágico– de cuando nace una canción. También nos hemos censurado menos. Hemos investigado sobre producción y hemos creado un álbum llenísimo de capas, con más profundidad y más instrumentos. Hay synthex, piano… Vamos, que nos lo hemos gozado en el estudio y hemos dedicado muchas horas a disfrutar.
¿Os cuesta mucho poneros de acuerdo entre las cuatro?
Muchísimo. Piensa que si una mitad pensamos una cosa y la otra mitad otra, estamos bloqueadas. Si esto ocurre en el estudio, la productora decide el desempate. Aunque si Ana [Perrote] y yo estamos muy de acuerdo en algo solemos ganar (risas).
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¿Se vive de forma muy diferente la fama en Estados Unidos que en España?
No creo que seamos súper famosas pero en Estados Unidos sí nos paran más. Yo creo que tiene que ver con que saben que estamos de visita. Cuando estuvimos tres semanas componiendo en Los Ángeles me llevé una sorpresa. Pensé que éramos más famosas que los cereales.
Vivíamos en un Airbnb, una especie de bungaló con porche. Se nos acercó un vecino a los tres días de estar allí y nos dijo: “Os he visto en escuchando música y no podía creerme que fuerais vosotras”. Nos trajo un CD con un mix de música que pensó que nos podría gustar. Al poco tiempo, puso nuestras canciones a toda potencia en su casa. ¡Muy majo! También nos llegó una invitación de otro vecino a su fiesta de cumpleaños.
Otra anécdota que me marcó fue de un día que salimos a comer. Fíjate que siempre cocinábamos en casa porque estamos peladas de dinero, pero pensamos en darnos un capricho e ir a tomar unas ensaladas al centro de la ciudad. En el restaurante se nos acercó un hombre y nos dijo: “¡Anda! ¡Hinds! Fui a vuestro concierto de Santa Ana y me encantó. Os invito a lo que estéis comiendo”. En España nadie nos invita a comer [ríe], pero creo que fuera piensan que estamos de paso y les hace ilusión. En plan sorpresa: “Las españolas están aquí”.
¿Cómo fue la grabación en Estados Unidos?
Genial. En Los Ángeles estuvimos conociendo a productores y viendo estudios. Fue allí donde conocimos a Jennifer Decilveo. El álbum lo grabamos en Nueva York. Una pasada.
Ella viene del mundo del pop. Estaba súper ilusionada con la idea de trabajar con una banda. Sobre todo, con una banda que en la que todas las integrantes tocasen instrumentos y sus ideas le parecieran la hostia. Ella ha sido un potenciador de nuestras propias actitudes artísticas.
¿Qué os ha llamado especialmente la atención de este círculo estadounidense?
Pocas veces nos dejamos sorprender por la fama o por el poder. La historia que siempre cuento que a la gente le llama más la atención es que somos amigas de Josh Radnor, el personaje de Ted Mosby en la popular serie Cómo conocí a vuestra madre. Pasamos el 4 de julio con él y es majísimo. Y todavía más alucinante, lo metimos en la música.
Nos conocimos hace seis años. Vino a un concierto nuestro y tuiteó: “He estado en un concierto de Hinds y me ha flipado”. Empezamos a hablar y al final terminó invitándonos a su casa. Fue todo genial, es súper amable.
Creo se nos ve en el escenario con tanta naturalidad y honestidad que anima a la gente. También nuestra historia, ya que aprendimos a tocar la guitarra mientras estábamos en el grupo. Estas cosas son muy inspiradoras para la gente que no se ha atrevido con la música. Y a Josh Radnor le hemos inspirado.Ha montado una banda de folk con un amigo suyo. Nos va pasando sus singles y es la leche.
También habéis cambiado de management. Antes estabais con Ground Control y ahora con Sonido Muchacho, el sello discográfico y editorial independiente de Luis Fernández Sanz, bajista de Los Punsetes. Este sello tiene también grupos como Carolina Durante, Mujeres o Cariño.
El cambio de 2018 a 2019 fue un cambio radical en cuanto a equipo. El final de 2018 fue muy duro. Pienso que fue la etapa más dura que hemos tenido en Hinds. Estábamos agotadas y hacíamos cosas que no tenían mucho sentido. Nos atrevimos a dar el paso y cambiamos de equipo; a pesar de que nos dio mucho miedo.
Dimos coletazos durante muchos meses y fue terrorífico, no te voy a engañar. Pero estamos ahora contentísimas con Luis (que nos lleva en España) y Ryan Gentles (que nos lleva en el resto del mundo). Estamos encantadas. Siempre hemos pensado que España tiene sus propias normas y que si no eres de aquí, verlo desde fuera es muy complicado. Hemos dado con la persona perfecta que no sólo está en un grupo, y conoce esas necesidades en su propias carnes, sino que le importa absolutamente todo, desde el mínimo detalle hasta lo que parece más obvio. Luis es genial.
La portada es obra de Ouka Leele, artista, pintora, poeta y fotógrafa, icono de la Movida Madrileña. ¿Cómo surgió esta colaboración?
Le estaba enseñando referencias a mi madre de lo que estamos pensando para la portada. No recuerdo qué foto fue pero le recordó a Ouka Leele. Al ver que seguía en activo le mandé un DM por Instagram. Tuvimos una reunión en la glorieta de Bilbao con su hija [que también es artista, María Rosenfeldt] y nosotras cuatro. Fue un momento muy bonito el hecho de estar ahí seis mujeres, dedicadas al arte, de generaciones diferentes. Para mi gusto ha hecho una portada súper bonita.
Es una referencia perfecta a lo que hablábamos de mezclar realidad con elementos mágicos. Es una foto inspirada en una que nos sacó Rodrigo Autí en el Airbnb de Los Ángeles. Más o menos en una postura parecida, rodeadas de cosas. Tratamos de extraer esa idea y añadirle elementos a la portada que estuvieran relacionados con canciones, nuestro imaginario y nuestro mundo interno. No se sabe muy bien si estamos en una casa, en un bar, en un estudio o en un backstage. Queríamos que fuera un lugar que no existe. Y es que nosotras no sentimos muchas veces que estamos en lugares que no existen.
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También habéis tenido que cancelar los festivales y la gira mundial. ¿Cómo se lleva esto? ¿hay previsión de cuándo podréis retomar las giras?
Con esto no me siento caprichosa. Lo que nos dejen hacer y cuanto nos dejen hacerlo. Me agarro como a un clavo ardiendo a aquella idea de un concierto de 400 personas sentadas y separadas al aire libre. Me parece la hostia. También que los autocines ofrezcan conciertos. Creo que a todos nos apetece mucho la música en directo.
No hay previsión alguna. Internamente se hace el chiste de que “2020 ha muerto”. La gente ha dejado de pensar en 2020 como un año productivo. El mundo ha tenido que parar y es terrible. No podemos reservar aún salas para 2021, queda mucho tiempo. Además para hacer una gira mundial deben estar de acuerdo muchos países. Es complicado pero en nuestras cabezas sí está esbozada la idea. A mí me parece que lo más sensato es empezar por España. Y es lo que más me apetece. Normalmente lo hacemos al revés, salimos al extranjero y luego volvemos a casa. Sencillamente, se trata de invertir el orden.
¿Cómo has llevado el confinamiento?
El primer mes estuvimos trabajando un montón, dedicándonos al 100% a generar contenido interesante en nuestras redes. Los siguientes meses, con filosofía. Creo que todos hemos unificado nuestro estado de ánimo. Hemos tenido buenos días pero también malos, en los que estás tremendamente deprimido, triste y te replanteas las cosas. Todos hemos reflexionado y nos hemos escuchado mucho. También nos hemos cansado de ello.
Mi máximo deseo era salir a pasear. Cuando no puedo dormir o cuando paseo, tengo las mejores ideas. Es cuando mi cabeza funciona mejor. El primer día que nos dejaron salir me levanté a las 6 de la mañana para aprovechar todo el turno. Me sentó genial.
¿Cómo llevas la desescalada?
La llevo con calma, siendo respetuosa y paciente. Y bienvenido sea todo, poquito a poco.
¿Y cómo fue la primera reunión de las Hinds?
El reencuentro ha sido la caña. Fuimos al local de ensayo, el Rock Palace.Ha sido como entrar a un sitio clandestino. El bar y todas las puertas estaban cerradas. Te dan la llave desinfectada, tienes que firmar una hoja antes de entrar, tienes que poner los plásticos a los micros… Pero fue increíble.
¿Has aprendido alguna nueva habilidad?
He aprendido a hacer filtros de Instagram. Si sabes hacer cosillas en Photoshop es bastante intuitivo. A pesar de que he hecho dos y me los han echado para atrás. Estaba tratando de imitar la portada del nuevo álbum de Confeti de Odio, pero me los han dejado en revisión.
¿Qué es lo que has echado más de menos estos días?
Creo que el ser humano se acostumbra muy rápido a las situaciones. Me he acostumbrado a lo que me van dando poquito a poco. Ayer fuimos a una terraza y sólo había dos sillas para siete. Aun así fue una maravilla. Tenía muchas ganas de ver a mis amigos, hablar con la gente e intercambiar opiniones.
Echaba mucho de menos las conversaciones de bar. Sobre todo ahora que la política está tan efervescente. Me parece que este tipo de charlas son geniales porque tienen una réplica muy rápida y las redes sociales tergiversan todo. Me amuebla mucho la cabeza y refuerza mis ideas tratar temas importantes con mis amigos. Me hace también entender que hay otras opiniones en el mundo, me abre la mente.
Y por último, ¿crees que se ha dejado de lado la cultura durante estos días?
Creo que el ministro de Cultura diera aquellas declaraciones, estuvo mal. Me decepciona mucho. Creo que cada uno tiene que saber cuál es oficio y a qué se está dedicando. Desde luego no somos médicos, enfermeros o cajeros de supermercado. Pero tienes que saber qué puedes hacer tú para que el mundo siga avanzando en una buena dirección.
Por otro lado, creo que durante la cuarentena la gente ha visto más películas que nunca y ha escuchado mucha música. El que antes no tenía tiempo se ha puesto a pintar. Mucha gente ha tratado de potenciar hobbies artísticos que tenían apartados. Eso es maravilloso.
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