Una película erótica, un vestidazo de Carolina de Mónaco y aroma a vainilla: cómo Jean Paul Gaultier rompió moldes con una fragancia masculina
Una película, Adivina quién viene esta noche, ayudó en cierto modo a Jean Paul Gaultier(Arcueil, 1952) a salir del armario. Cuando la vio de niño y le preguntó a sus padres qué sucedería si se presentase en casa con una novia negra –este es, a grandes rasgos, el argumento del filme de 1968 protagonizado por Sidney Poitier–, su madre no dudó en responderle que no supondría problema alguno, siempre y cuando se quisiesen. "Así que cuando, años después, volví a casa de visita con mi novio, sucedió exactamente lo mismo. ‘¿Os amáis? Pues ya está", ha contado el modista en numerosas ocasiones.
Ya consagrado como un destacado diseñador de moda fue otra película la que le inspiró otro de los hitos de su carrera: Querelle (1982), la adaptación cinematográfica de la novela Querelle de Brest de Jean Genet a cargo de Rainer Werner Fassbinder. La trama, protagonizada por lo que Gaultier describe de forma certera como "el marinero definitivo, un símbolo gay hipersexualizado, una forma de virilidad que puede resultar ambigua pero que es sin duda un icono, una fantasía", es una de las fuentes de inspiración de Le Male, la quizá fragancia más popular del modista. Un éxito que contó con un inesperado espaldarazo definitivo gracias a Carolina de Mónaco quien, en una de las contadas ocasiones recientes en las que no ha ido vestida de Chanel, escogió un vestido de rayas marineras de la colección de alta costura primavera-verano 2000 de Gaultier para ir al Baile de la Rosa. Puede que ese modelo solo estuviese al alcance de una princesa, no así una camiseta de rayas bretonas… O un frasco de Le Male.
Ese mismo año el fotógrafo Jean Baptiste Mondino firmaba una de las campañas más célebres e icónicas de la fragancia creada por el prestigioso perfumista Francis Kurkdjian con notas de menta, lavanda y vainilla. En ella, el modelo milanés Samuele Riva se convertía en la encarnación definitiva de Querelle de Brest, de esa "fantasía hipersexualizada" a la que alude Gaultier. Riva posaba con otro de los elementos inseparables de la estética del diseñador francés en general y de Le Male en particular: sí, la camiseta de rayas marineras que había inspirado a su vez el vestido de la princesa Carolina… Y el célebre y provocador frasco del aroma en forma de torso masculino. "Mi madre siempre me vestía con esa prenda cuando era niño. Van con todo y nunca pasarán de moda", dice hoy el diseñador al respecto.
Durante la época en la que lanzó este perfume masculino, que celebra hoy por cierto su 25 aniversario, Gaultier estaba particularmente interesado en la sastrería y en el interior de las prendas, que daba literalmente la vuelta dejando el forro y los pespuntes a la vista. Pero con lo que el diseñador considera que rompió definitivamente con todas las convenciones y fue "realmente irreverente" fue con su colección Y Dios creó al hombre de 1984. Un homenaje nada velado al "hombre objeto" en la que el traje de marinero tenía un protagonismo absoluto: "Pantalones de campana en color blanco y una camiseta de rayas ceñida al cuerpo y que dejaba ver el ombligo", evoca.
Con el tiempo, Gaultier ofrecería distintas versiones de esta prenda célebre por su simplicidad. En los últimos tiempos la ha adornado con plumas de avestruz, con lentejuelas, con cristales de Swarovski… "¡La he hecho de todas las maneras posibles!", exclama Gaultier, que anunció su retirada temporal el pasado mes de enero con un desfile-performance en el Teatro Chatelet ante 1.500 invitados entre los que se encontraban Carla Bruni Sarkozy, Laetitia Casta –a quien, por cierto, descubrió– o Alba Flores. Sobre la pasarela, Karlie Kloss y las hermanas Hadid, su íntima Farida Khelfa o la española Rossy de Palma repasaron sus cinco décadas en activo en un show que simuló su entierro y en el que no faltó por supuesto el sentido del humor –y del espectáculo– que le caracterizan.
Naturalmente, aquella no fue su última fiesta. Y, a falta de poder celebrarlo con la normalidad deseada, Jean Paul Gaultier dedica la edición 25 aniversario de Le Male al Orgullo Gay. Él pone la fragancia, la camiseta de rayas ya es cosa suya. Ah, y si se preguntaba qué podían tener en común Genet, Fassbender, Gaultier y una princesa monegasca, esperamos haber contestado a su pregunta.
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