Por qué no adelgazo a pesar de que hago mucho ejercicio (la ciencia te lo explica)

Entrenar duro, a veces, no consigue los resultados que uno espera. Es el caso de esas personas que hacen ejercicio a diario pero a pesar de ello no logran perder grasa. Pero hay pequeños gestos que pueden ayudar a perder ese peso de más.Aunque tener grasa en el organismo no es malo, de hecho, la necesitas para estar sana (debes tener al menos un 12% de grasa en tu cuerpo), cuando esa proporción es mayor de la necesaria te puedes permitir cuestionarte por qué tus esfuerzos en el gimnasio no se traducen en resultados en la báscula. Y existen varios factores que pueden estar interfiriendo. Aquí tienes los principales para que puedas solucionar el problema.

Has reducido demasiado la cantidad de calorías que ingieres

Has decidido acompañar tus sesiones de ejercicio intenso con una dieta estricta… error. No hay guía sobre nutrición deportiva que apoye este sistema. Reducir drásticamente las calorías que se ingieren mientras se está entrenando a un ritmo alto pone en riesgo tu salud y tu forma física aumentando el peligro de que sufras una lesión.

Para perder grasa necesitas saber, en principio, cuánta tienes almacenada en el organismo y eso solo se consigue acudiendo a un especialista en nutrición deportiva que te haga una prueba llamada análisis de impedancia bioeléctrica que muestre cuánta grasa real hay en tu cuerpo. Y ya con ese dato un dietista nutricionista puede diseñar una dieta adaptada a tus necesidades, que desde luego no va a consistir en reducir las calorías de forma rápida y drástica. Normalmente, en personas que entrenan a menudo, se recomienda, como mucho, perder 500 g de peso a la semana.

No repartes tu consumo de proteínas a lo largo de todo el día

Hacer una dieta para perder grasa implica comer menos hidratos (pero siempre deben representar el 40% de las calorías totales que ingieres al día) e incrementar el consumo de proteínas. Pero, además, si ese consumo de proteínas se realiza en varias tomas repartidas durante todo el día, los resultados mejoran. Incluir unos 30 gramos de proteína en comida (desayuno, merienda y tentempiés incluidos) ayuda a estimular a los músculos a producir proteínas durante las siguientes 2-3 horas. Lo ideal es hacer seis comidas diarias y si puedes tomar 40 gramos de proteínas antes de irte a la cama, mejor que mejor.

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