Stretching: por qué estirar antes de entrenar es bueno para tu entrenamiento (y tu corazón)
No solo el ejercicio aeróbico pone el corazón a funcionar, existen formas más tranquilas de fortalecer nuestra salud cardiovascular y una de ellas es el stretching, es decir, la realización de estiramientos pasivos. A este tipo de estiramientos ya se les ha atribuido gracias a las investigaciones científicas una serie de beneficios, como el de que ayudan a adelgazar.No es raro por lo tanto que celebrities como Paula Echevarría usen el stretching a menudo en sus sesiones de entrenamiento. Eso es lo que acaba de descubrir un estudio de la Universidad de la Universidad de Milán en colaboración con la Universidad de Utah: que con tan solo 12 semanas de ejercicios de estiramiento pasivo se puede contribuir a la salud del sistema vascular y mejorar el riego sanguíneo.
¿Qué son los estiramientos pasivos y cómo se hacen?
Los estiramientos pasivos son aquellos en los que la fuerza que se ejerce sobre la zona trabajada es externa a ella, de hecho, para que estos estiramientos sean eficaces el músculo que queremos trabajar no tienen que hacer nada más que dejar que la magia de la gravedad y nuestro propio peso hagan efecto. Es el típico estiramiento que realizamos de forma instintiva cuando nos da un tirón en el gemelo: el músculo se ha contraído y lo estiramos sin forzarlo para solucionar el problema cogiendo el pie y llevándolo con la puntera apuntando al techo para estirar el gemelo afectado.
En este tipo de stretching la fuerza externa necesaria para conseguir que ese movimiento de estiramiento “desbloquee” los músculos trabajados puede ser suministrada por un compañero (si has visto alguna vez a un corredor tumbado en el suelo y a otro encima levantando y estirando la pierna del que está tumbado, pues ya sabes de lo que hablamos) o bien utilizando nuestro propio peso, por ejemplo, cuando tras una sesión de running colocamos el talón sobre una valla y llevamos el peso del cuerpo hacia la pierna para que los músculos se estiren.
Pues bien, en el estudio italiano usaron dos de estos estiramientos (uno para los músculos de la articulación de la rodilla y otro para los músculos flexores de la planta del pie) para comprobar sus efectos en el organismo, no solo para comprobar que son capaces de prevenir lesiones y aumentar nuestro rendimiento. Y lo que comprobaron es que además de todo eso, realizar estos ejercicios durante 20 minutos era bueno ¡para el corazón!
¿Qué beneficios aportan los estiramientos activos?
Según los resultados de este estudio, tras el entrenamiento de estiramiento pasivo cinco veces a la semana durante 12 semanas, la función vascular y la remodelación arterial de todos los participantes del estudio mejoraron, y la rigidez arterial disminuyó en todas las arterias.
Esto significa, que solo con realizar estiramientos de este tipo nuestras arterias son capaces de cambiar, volverse más flexibles y mejorar su capacidad de dilatarse si el flujo sanguíneo así lo requiere, lo cual tiene implicaciones para enfermedades que implican cambios en el flujo sanguíneo, como por ejemplo los ictus y los infartos. Las malas noticias es que si se dejaba de hacer este tipo de entrenamiento los buenos resultados desaparecían seis semanas después de haber cesado el entrenamiento. Como en todo, la constancia es la clave.
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