Las nuevas prioridades del consumidor en época de coronavirus
La crisis de la Covid-19 ha transformado nuestra forma de pensar, de comunicarnos, de relacionarnos. Y también de consumir. En apenas cinco meses, las prioridades a la hora de comprar han cambiado radicalmente, la compleja situación que hemos sufrido, y que por desgracia sigue muy presente a día de hoy, nos ha llevado a reflexionar sobre el uso que damos a nuestros armarios, a replantearnos nuestra tradicional forma de comprar.
El denominado fast fashion lleva años en declive, así lo han dictaminado expertos en el sector durante las últimas temporadas, pero ha sido finalmente la pandemia la encargada de ponerlo en el punto de mira a favor de la moda ética, al alza desde que diera comienzo el confinamiento. Así lo refleja The Smart Side of Fashion, el primer informe semestral elaborado por Vestiaire Collective sobre los hábitos de la sociedad en tiempos de coronavirus. Realizado con datos de la comunidad internacional del afamado portal web dedicado a la compra de artículos de alta gama y varios estudios de mercado, el informe pone de manifiesto las tendencias actuales ante esta inesperada situación.
Según los datos obtenidos, la venta de ropa sostenible, cómoda y fácil de llevar ha sido la gran beneficiada en este comienzo de año tan atípico. Las prendas deportivas, comfy y de estar por casa han sido muy demandadas por el consumidor en estos últimos meses y así puede observarse en el aumento de firmas como Adidas y Nike, 71 y 64% respectivamente.
Así mismo, hemos podido ser testigos de un cambio de mentalidad dentro del sector; la apuesta por la sostenibilidad dentro de la moda -una de las industrias más contaminantes- no ha hecho más que intensificarse durante el aislamiento, el mejor ejemplo es la notable subida de etiquetas como Stella McCartney o Ganni. Unos resultados que según afirma Fanny Moizant, co-fundadora de Vestiare Collective, «demuestran que los consumidores —especialmente los millennials y los de la generación Z— están deseando elaborar su propio sentido del estilo y sus costumbres de consumo de otra manera; desean romper con determinadas tradiciones como el fast fashion y asentar modos de pensamiento nuevos sobre la compra y la venta de ropa».
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