¿Por qué Victoria Beckham publicó, borró y volvió a publicar este selfie sexy en bikini?
Este selfie de Victoria Beckham ha dado más vueltas que sus modelos en la pasarela: lo ha publicado, con hashtags incluidos; se lo ha pensado mejor y lo ha borrado (solo estuvo en su perfil unos cinco minutos); y después de ver que algunos periódicos la habían pillado y ya se preguntaban qué tendría de malo su foto sexy, lo ha vuelto a publicar. Nos intriga, la verdad, este comportamiento errático de Bechkam, tan poco propio de una mujer que controla sus redes al milímetro y tiene clarísimo qué imagen quiere y le conviene dar. De hecho, a poco que revisas las publicaciones de la diseñadora británica en Instagram te das cuenta de que esta fotografía con poca ropa y mucho sol no encaja ni con calzador en la identidad visual que la ex Spice Girls ha ido construyendo. Este selfie sexy ha sido, probablemente, una muestra de espontaneidad que no se suele permitir.
En realidad, el selfie sexy de Victoria Beckham no es tan disruptivo como parece: sigue a rajatabla la estética de los posados que comparte siempre y sin excepción la diseñadora y gurú cosmética. Difícil encontrar fotos de cuerpo entero de Victoria. A ella le interesan más estos planos picados, en los que la cara recibe todo el protagonismo siempre fotografiada desde arriba y de perfil. Se trata de destacar sus productos faciales, ya sean de tratamiento o de maquillaje, o como en este caso también unas gafas de sol de su marca. ¿Encontró la creadora que su escueto bikini le quitaba protagonismo a sus productos? ¿No le gustó el aspecto de su brazo? Nosotras queremos sumar otra teoría, y tiene que ver con la autocensura necesaria para conducirte en las redes como el espacio comercial que en realidad son.
Victoria Beckham ha construido con mucho esfuero una imagen de marca que no tiene nada que ver con la chica sexy de las Spice Girls, ni tampoco con la mujer madura pero igualmente sexy que seguramente continúa siendo. Lo que la diseñadora vende es la clase, la elegancia y el saber estar del ‘chic’ británico, encarnado en una familia que insiste en fotografiarse con las señas de identidad ‘british’ y ella misma encarnando constantemente a la señora cool que no necesita mostrar piel para sentirse segura y a gusto con ella misma. Sin embargo, una cosa es la marca y otra, lo que las mujeres somos en realidad: lo suficientemente complejas como para ser una cosa y la contraria. Por eso nos encanta este traspiés, ajeno a la identidad corporativa, pero que nos pone en contacto con la persona.
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