Descubre cómo afecta el azúcar a tu cerebro… y empezarás a comer menos
Acabemos con el mito de una vez: tu cerebro no necesita que te atiborres de dulce para funcionar correctamente. Lo que tu cerebro necesita es glucosa y para conseguirla solo necesita recurrir a las reservas musculares y del hígado de glucógeno. Y si este sistema falla, tiene otros medios para conseguirla… y lo sentimos, ninguno de esos medios contempla que un croasán a la plancha en el desayuno, un helado de postre en la comida y un refresco a tope de azúcar cada vez que tengas sed. El azúcar no solo envejece nuestras células antes de tiempo y no es necesario para el buen funcionamiento de tu cerebro (ni del resto de tu cuerpo, la verdad), sino que además puede resultar perjudicial para su salud. ¿Quieres saber cómo afecta el azúcar a tu mente? Aquí tienes tres ejemplos.
1. Comer azúcar te pone triste
Un estudio de 2017 realizado por el departamento de epidemiología del University College de Londres investigó cómo los alimentos y bebidas ricos en azúcar afectan a nuestro estado de ánimo y concluyó que, efectivamente, este tipo de alimentos tienen un efecto adverso en la salud psicológica a largo plazo porque aumentaba hasta un 23% el riesgo de sufrir trastornos del estado de ánimo. Conclusión: aunque te resistas a creerlo, el azúcar no te endulza el día… ni el carácter.
2. El azúcar incrementa el riesgo de depresión
Lo publicaron en The American Journal of Clinical Nutrition: las dietas ricas en alimentos con un alto índice glucémico (y no hay índice glucémico más alto que el del dulce) son un factor de riesgo de depresión para las mujeres posmenopáusicas. A más cantidad de este tipo de alimentos en la dieta, más riesgo. En cambio, las mujeres que las mujeres en esa misma franja de edad que consumían más alimentos con fibra, frutas y verduras tenían significativamente menores probabilidades de padecer depresión.
3. Comer azúcar a menudo afecta a tu memoria
Una investigación llevada a cabo en Australia dio como resultado una noticia inquietante: las dietas con mayor densidad en azúcares podrían afectar a nuestra capacidad para recordar. Concretamente, los autores de la investigación apuntan a que la memoria dependiente de una región concreta del cerebro llamada hipocampo es especialmente vulnerable al efecto del exceso de azúcar, y que ese déficit perjudicial se produce de forma rápida y mucho antes de que el consumo alto de estos alimentos provoque otros efectos como, por ejemplo, el aumento de peso.
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