Dieta MIND: la única que le da al cerebro todo lo que necesita para estar joven y sano

Nunca para de trabajar, incluso cuando estás dormida el cerebro sigue al pie del cañón ¿y qué le das a cambio? Seguramente los alimentos que menos le convienen (grasas trans, exceso de azúcar, calorías vacías de nutrientes…). Ha llegado el momento de que mimes un poco al director de cuerpo y, de paso, prevengas su envejecimiento prematuro. Hacerlo es posible si sigues un estilo de vida activo y saludable, dejas de fumar de una vez por todas y sigues los mandamientos de la dieta MIND, la dieta destinada a cuidar del cerebro.

¿Qué es la dieta MIND?

Como ya hemos dicho el cerebro nunca duerme, simplemente cambia los periodos de actividad frenéticos del día por otros menos frenéticos pero igual de intensos por la noche. Y para llevar a cabo tanta actividad necesita el combustible adecuado: si no lo recibe incluso las estructuras cerebrales pueden verse ligeramente afectadas y, desde luego, su rendimiento no será el más óptimo. Ahora ya sabes a quién culpa de esa niebla mental que te acompaña a veces, no es culpa de tu cerebro sino más bien de tu mala dieta.

Para combatir tanto desastre alimentario (neurológicamente hablando) se creó la dieta MIND (acrónimo de Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay), un tipo de régimen que según los investigadores estadounidenses que la han creado es capaz de reducir de un 30 a un 54% el riesgo de sufrir en el futuro enfermedades neurodegerativas como el alzheimer.

¿Cuáles son los alimentos más saludables para el cerebro según la dieta MIND?

Los autores de la Universidad de Chicago responsables de la dieta MIND enumeran los alimentos que son los mejores para el cerebro y con los que debemos confeccionar todos nuestros platos desde este momento. En el listado se encuentran todas las verduras (con mención especial a las de hoja verde, pero no solo ellas), las legumbres, los frutos secos, los arándanos, los cereales integrales, el pescado (especialmente el rico en omega 3), la carne magra procedente de aves (pavo y pollo) y el aceite de oliva virgen extra.

La combinación de estos alimentos en nuestra dieta diaria abastece al cerebro de una buena cantidad de compuestos antioxidantes y antiinflamatorios que contribuyen a combatir el daño que los radicales libres y la inflamación en las estructuras cerebrales. Además esta selección de nutrientes también aporta proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B, minerales (como el hierro y el zinc) y colina, un nutriente imprescindible para la memoria y el control del estado de ánimo.

Todos estos nutrientes y micronutrientes son buenos para los neurotransmisores cerebrales, los encargados de transportar los mensajes que viajen desde las células del cerebro al resto de los órganos. De mantener una buena red de neurotransmisores dependen funciones imprescindibles para la salud como el sueño, la respiración, el ritmo cardíaco y la sensación de saciedad.

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