10 razones que explican por qué no tienes ganas de sexo (y sí, el coronavirus es una)
Ni tú misma te reconoces, llevas unos meses en los que la apatía sexual es la sensación predominante cuando piensas en irte a la cama con tu pareja y hace un par de días que la pregunta ronda por tu cabeza “por qué nunca tengo ganas de sexo”. Sabes que mantener tu deseo sexual es lo mejor para tu salud y la de vuestra relación de pareja y que el hecho de que ya llevéis unos años juntos (y hayas cumplido otros tantos) no es la excusa que explica tanto desinterés sexual. Pues bien,, aquí van 10 razones que pueden estar interfiriendo con libido y que han hecho que tu deseo sexual haya caído a mínimos históricos.
1. El coronavirus
Está en el top de excusas para eludir la cama en este momento. Si eres de las que durante el encierro por el coronavirus se dio más a las tardes de mantita y Netflix que a probar las posturas del coronasutra no te preocupes porque no estás sola. Una encuesta realizada en EE.UU. a 10.000 concluyó que el 50% de las parejas habían dejado de tener relaciones durante su aislamiento por culpa del coronavirus. Y es que el estrés y la incertidumbre es un asesino en serie de libidos… y lo de pasearse en pijama por casa durante todo el santo día tampoco ayuda a encender la mecha.
Si notas que la “angustia coronavirus” puede ser la causa que está haciendo mella en tu vida sexual, es hora de hablar de esas emociones con tu pareja. Explica a tu partenaire que te da pena que estéis perdiendo la conexión y si la improvisación no funciona, programa tus encuentros sexuales. No es lo más romántico del mundo pero si aprendéis a jugar con la anticipación del momento y con la erótica de vuestra cita conseguirás recuperar el ritmo de nuevo.
2. Te llevas el móvil a la cama
Es lo primero que haces por mañanas y lo último que haces por las noches: consultar tu móvil. Nuestro consejo es que lo saques de tu dormitorio de una vez por todas, no solo porque está interfiriendo con tu sueño y producción de melanina y fastidiando tus ritmos circadianos, es que está perjudicando tu vida sexual.
Si en este momento de tu vida el sexo no es una prioridad usar el móvil en la cama puede ser la puntilla que necesita tu deseo para desoír las señales que te está mandando tu pareja. Sinceramente, intentar seducir a alguien que está consultando Twitter no solo es complicado sino que es muy poco sexy. El móvil fuera de la cama desde hoy mismo.
3. Sufres una enfermedad crónica
Algunas enfermedades pueden hacer que tu deseo sexual se esfume. Es el caso, por ejemplo, de la diabetes que no solo deja la libido femenina bajo mínimo, sino que puede afectar a las terminaciones nerviosas haciendo que llegar al orgasmo sea más complicado al tiempo que complica las cosas ahí abajo haciendo que la lubricación de la vagina no sea la óptima.
Si eres diabética es muy importante que mantengas la enfermedad bien controlada para que tu vida sexual no se resienta y que no temas acudir al ginecólogo si hay problemas de lubricación o de infecciones vaginales frecuentes. El especialista puede ayudarte a solucionarlos.
4. Tienes una mente cartesiana y poco flexible
Tu vida es una maratón y te pasas el día “haciendo cosas”. El listado de tareas no se acaba nunca y pasas de una tarea a otra sin descanso y justo cuando estás en mitad de tus tareas viene tu pareja y te hace proposiciones, ¡con el lío que tienes!
Ponerse en modo erótico mientras piensas en que tienes que colocar la vajilla limpia del lavavajillas para poder meter las fuentes de horno no es la manera más óptima de abordar la vida sexual, especialmente la nuestra en la que lo apostamos todo a la baza de la espontaneidad. Pues bien, ha llegado el momento de que te des cuenta de que por retrasar 20 minutos la colada no se acaba el orden mundial y que compartir un rato de intimidad en pareja es bastante más gratificante que una tarde de plancha.
5. Tu medicación te ha jugado una mala pasada
Algunos fármacos contra el insomnio, la alergia o incluso la píldora anticonceptiva pueden tener un efecto secundario inesperado en forma de pocas ganas de acostarte con nadie. Es hora de hacer recuento de todo lo que te estás tomando y revisar los prospectos. Si estás sufriendo este efecto secundario no dudes en consultar con tu médico, a veces basta con cambiar de fabricante o de tipo de medicamento para recuperar de nuevo el deseo.
6. No haces ejercicio
Entre los múltiples beneficios de llevar una vida activa está tener una vida sexual aún más activa. Si no te mueves los circuitos de tu cerebro que ponen en marcha toda la química cerebral del deseo sexual dejan de funcionar de la manera correcta. Asegúrate de hacer al menos media hora de ejercicio todos los días para resetear tu deseo y tu cuerpo… y si es pareja pues mejor que mejor.
7. Tienes dudas sobre tu físico
Los complejos son un veneno del deseo. Si en vez de estar sintiendo las caricias de tu pareja tu mente se centra en que va a ver el michelín que te ha salido tras el verano o en lo fofas que se ven tus piernas… mal vamos. Puede que a ti tu cuerpo no te parezca perfecto pero desde luego a tu pareja le gusta, ¿por qué no disfrutar con él? Deja tus complejos fuera de la cama e intenta centrar tu mente en las sensaciones que te está provocando el encuentro sexual y no en si se te ve esto o aquello. entrenar tu mente en las técnicas del mindfulness te puede ayudar a conseguir este objetivo.
8. Has visto demasiadas películas románticas (y eróticas)
Qué bonito el cine y sus orgasmos fingidos. Pues bien, la realidad del sexo no sale en el Diario de Noa ni en ninguna de las películas porno o eróticas que puedas haber visto en tu vida. Si Piensas que el sexo era eso, te vas a llevar una desilusión. La conexión erótica con el otro poco tiene que ver con posturas gimnásticas y orgasmos de fuegos artificiales. Explora tu sexualidad sin intentar meterte en un molde hollywoodiense y descubre lo que te gusta a ti y a tu pareja en la cama, una vez que descubras eso, las ganas de tener sexo volverán a ti por arte de magia.
9. Estás enfadada con él (aunque te cueste reconocerlo)
Quizá no hayáis tenido una bronca a gritos o ni siquiera seas consciente de ello, pero si llevas un tiempo rehuyendo la cama plantéate si hay problemas en la pareja, concretamente el tipo de problema que termina contigo enfadada con él. A lo mejor no es una ira ciega, pero el resentimiento acumulado, los agravios acumulados y el enfado crónico no hacen buenas migas con la libido de nadie. Si hay problemas fuera del dormitorio hay problemas dentro del dormitorio y la única manera de solucionarlos es hablando con el otro. Sí, ha llegado el momento de un “cariño, tenemos que hablar”.
10. Resumiendo: niños
¿En qué momento te transformaste de reina de la fiesta a mujer que cae rendida a las diez de la noche en la cama? En el momento en el que te convertiste en madre. Tener hijos afecta a la vida sexual de cualquier pareja de mil maneras distintas y casi ninguna buena. Por favor, no te rindas e intentar conservar algo de reina de la noche en tu vida, el superpoder de la planificación que has adquirido tras nueve meses de embarazo te ayudará a solucionarlo. Reserva sí o sí un momento de intimidad sin menores en la sala a diario, la intimidad y la comunicación son los pilares de una buena vida sexual. Y cada dos meses planifica una escapada solo para vosotros: aunque sea solo de uan noche al hotel de enfrente de casa.
Fuente: Leer Artículo Completo