¿Por qué fue John Major el único político invitado a la boda de Harry? La explicación está en Diana… y Kate Middleton
La vida de John Major no transcurrió de la forma que se espera la de un primer ministro británico. Antes de serlo, intentó convertirse en conductor de autobús, pero no consiguió la licencia, algo que tal vez fuera un golpe de suerte – paradójicamente -. Tras unos años de desmpleo y otros de fabricar gnomos junto a su hermano, encontró trabajo como ejecutivo en la banca electrónica Standard Chartered Bank. John compaginaba el cargo con sus inicios en la política, como presidente de la Asociación de Jóvenes Conservadores de los barrios de Brixton y Lambeth; hasta que su carrera se catapultó y consiguió ser elegido como diputado británico. Finalmente, accedió al mayor cargo de poder en Reino Unido después de la reina, el de primer ministro (puesto que ocupó entre 1990 y 1997); y logró codearse con los miembros más importantes de la familia real del país.
Durante sus largas reuniones con la reina, el líder del partido conservador e Isabel II forjaron una gran amistad que en el futuro se ha visto reflejada a través de una estrecha relación con todos los miembros de la familia real británica. Tan relevante ha sido para esta, que Sir John Major era la única figura política presente en la boda de Harry y Meghan Markle. Si bien en la de Guillermotambién estuvo, en esta era necesario que hubiera más personalidades políticas dado el futuro que se espera de Guillermo como rey de Reino Unido. Pero ninguno de los invitados estaba elegido al azar, se tuvo muy en cuenta la relación personal con la pareja.
Cuando Diana falleció en 1997, Sir John Major ya no vivía en Downing Street, sin embargo, el político había forjado estrechos lazos con la realeza británica y es por eso que le fue encargada una labor muy especial. Fue nombrado de manera extraoficial ‘guardián especial’ y su labor fue precisamente esa, cuidar de los jóvenes príncipes de una forma muy especial. John ya tenía el afecto de la reina, pero se ganó el del resto de la familia gracias a la preocupación que mostró por los príncipes. Su responsabilidad estuvo directamente ligada, como no podía ser de otra forma, a los temas legales relacionados con los dos hermanos. Según contaba el diario británico The Mirror hace un año, todo fue movido por el príncipe Carlos.
Nada más conocer la noticia, Major acudió al Tribunal Supremo a obtener legalmente los poderes necesarios sobre los príncipes para poder proteger sus intereses. El diaro The Herald Scothland lo confirmaba poco después del trágico suceso: “los abogados del ex primer ministro fueron a los tribunales antes de navidad para garantizarle ese poder”. Se aseguraron esa protección confirmando que tendrían el derecho de actuar bajo circunstancias que no pudieran prever. El mayor interés eran los derechos financieros sobre los souvenires y todo tipo de productos que rememoraran a la princesa Diana. "Se entiende que esto se refiere al valor adicional de todo lo que tenga la imagen de Diana, el nombre propio de la firma después de su muerte en un accidente automovilístico en París, y para garantizar que se confieran los fideicomisos y poderes apropiados para beneficiar a los príncipes".
Los príncipes, entonces, adquirían todos los derechos sobre los ingresos que generara la explotación de la marca registrada de Diana, pero no se quedaron con un solo centavo de los mismos, sino que se estableció que todo el dinero sería destinado al fondo conmemorativo de la princesa de Gales. Lo que en realidad consiguieron fue pasar los derechos de la marca de Diana, de los príncipes hasta el fondo conmemorativo. John necesitaba esos permisos, porque estaba tratando temas relacionados con dinero perteneciente a menores de edad.
Otro de los momentos en los que John Major defendió a la familia real fue aquella vez en la que Kate Middleton fue fotografiada en topless. Los duques de Cambridge fueron los que emprendieron acciones legales, pero John Major acudió al show de Andrew Marr de la BBC para apoyarles en los pasos que estaban dando y advertir a la prensa: “creo que es absolutamente adecuado, para que las personas en el futuro sepan donde están las barreras”.
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