Las fortunas españolas quieren quedarse en Sotogrande… más allá del verano: sube la compra de mansiones de más de 4,5 millones de euros
Sotogrande no es una ciudad ni un pueblo, sino una urbanización fundada en 1964 por un grupo de millonarios —liderados por el estadounidense Joseph McMicking— en la que prima la falsa monotonía. Tiene vistas a África y pertenece al municipio gaditano de San Roque. Hay un puerto deportivo, canchas de polo, golf y hasta la playa interior más grande de Europa en una zona llamada La Reserva, pero nadie sabe, ni ha visto, nada. Esta pasmosa tranquilidad ha llevado a que los detractores de este enclave lo llamen Tostóngrande. Sin embargo, la urbanización que se extiende en los márgenes del gaditano río Guadiaro ha potenciado su valiosa virtud de la privacidad de alto standing durante el confinamiento provocado por el COVID-19. Los agentes inmobiliarios coinciden: la vivienda de superlujo se ha disparado con la pandemia en esta urbanización, tanto en compra como en alquiler.
Decir que medio IBEX veranea en Sotogrande no es descabellado. Frente a la bulliciosa Marbella, aquí se pasea en bici, pareo y chanclas, aunque estas sean de 250 euros, el atuendo supere los 400 y el vehículo a pedales roce los 2.000. Si a mediados de los ochenta Sotogrande no salía en el mapa, como dice Adrian Van Loon, director de la inmobiliaria de lujo Sotogrande Residences, hoy es un place to be. El lugar acoge de forma permanente entre 3.000 y 4.000 personas, según los cálculos de Van Loon. Los datos publicados por el INE a 1 de Enero de 2019 elevan a 2.028 los habitantes de Sotogrande. El virus ha cambiado el perfil del propietario. Las villas de nueva construcción de más de 4,5 millones de euros, objeto de deseo de las fortunas internacionales, tienen nuevos pretendientes, y son españoles. Hablamos de mansiones de nueve dormitorios, que rondan los 2.000 metros útiles y alcanzan un máximo de 12 millones de euros.
“Cada vez hay más empresarios nacionales que se interesan por este tipo de inmuebles. En las últimas décadas eran objeto exclusivo de deseo de suizos, ingleses, irlandeses, belgas, rusos, nórdicos y estadounidenses. Muchos españoles han encontrado en Sotogrande un buen hogar durante el confinamiento y han decidido convertirlo en residencia permanente”, lo detalla Antonio Ruiz, de ARK Arquitectos, un estudio que ha cerrado más de seis operaciones en plena pandemia entre el público patrio. “Ahora un 40% es perfil nacional, antes no llegaba al 20%”, precisan. Los españoles se decantan por dos regiones. Por un lado, Sotogrande Alto, donde destaca La Reserva, zona interior con lujosos servicios vip, vistas al mar y con parcelas propiedad en su mayoría del fondo francés Orión, dueño de Sotogrande S. A. Y en segundo lugar, Sotogrande Costa, un área con las mansiones con más solera que se conoce popularmente como Kings & Queens por los protagonistas regios que dan nombres a las calles.
No es casualidad que Paloma Cuevas haya decidido aislarse aquí este verano. Concretamente en la casa que alquilan regularmente Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas. La todavía mujer del torero Enrique Ponce ocupó con sus dos hijas parte de una mansión de ocho habitaciones, piscina, canchade tenis y casi 2.000 metros de casa. El precio: cerca de 20.000 euros la semana. Una estancia ligeramente más pequeña que la que arrendó este agosto Carlos Fitz-James, duque de Alba, para veranear con sus dos hijos y la embarazadísima Sofía Palazuelo, la mujer de Fernando, el primogénito. No hay que olvidar que Sarah Ferguson llevó a Sotogrande a su exmarido, el príncipe Andrés de Inglaterra, cuando se le empezó a relacionar con el fallecido millonario Jeffrey Epstein.
Aquí descansa la presentadora Ana Rosa Quintana de las presiones que rodean a su marido, el empresario Juan Muñoz, encausado en la llamada pieza Pintor del caso Villarejo. Borja Thyssen y Blanca Cuesta tienen también casa en la zona del puerto, propiedad de la familia Villar Mir. Y uno encuentra a la modelo y actriz Inés Sastre más familiar con su hijo, Diego, jugando como toda una madre en estas playas de arena negra. Los Segrelles, propietarios de una mansión, tejen aquí sus alianzas con Jaime de Marichalar, al que invitan con frecuencia. Victoria Federica acude —con o sin su madre— puntual al torneo de polo que organiza el Santa María Polo Club, a su mercadillo boho-chic y, sobre todo, a las fiestas del after polo.
Con casa comprada allí, este agosto hemos visto al hijo de Tito Puente, el legendario percusionista estadounidense de origen puertorriqueño, o a John A. Bassadone, magnate del petróleo con la empresa Peninsula Petroleum y una de las grandes fortunas de Gibraltar. Buscando propiedad estuvieron este verano Carlos y Felipe, hijos del recientemente fallecido expresidente de Repsol, Alfonso Cortina, íntimos de Alonso Aznar y sobrinos de la socialite Cari Lapique. Y alguna fortuna del IBEX se ha instalado ya con su familia. Pero esta es otra (gran) historia.
Ejemplo de este boom de nuevos residentes permanentes es que este año hay lista de espera en el único colegio privado y bilingüe de la zona: el Sotogrande International School, que roza los 1.000alumnos. Si el elitista centro educativo es una muestra del auge de la urbanización, también lo es el aumento de equinos vip en la región. Los datos los tiene el prestigioso Santa María Equestrian Club (SMEC), que ha sido durante este estío el punto de reunión de la élite de la hípica en España y que custodia más de 400 caballos. Aquí se organizó en febrero el Concurso Nacional de Saltos 3* en el que participó la infanta Elena. En el Santa María tienen sus animales los jinetes Luis Astolfi y Eduardo Álvarez Aznar, así como Margarita Vargas. Además, Hannah Buchan, esposa del embajador de Estados Unidos en España, los Entrecanales, Sáinz de Vicuña, los Daurella y la familia Mora-Figueroa, propietaria de las instalaciones, han sido habituales de este club en este peculiar verano.
ESA SERÁ MI CASA: Ultralujo para ‘millennials’
La Zagaleta Ltd, propietaria de uno de los resorts más seguros de Europa sito en Benahavís (Málaga), trabaja en el desarrollo de una urbanización en Cádiz con 30 viviendas de entre tres y cinco millones de euros. ¿La novedad? Está destinada a las nuevas generaciones de las grandes fortunas. Hablamos de una parcela de 220 hectáreas llamada Valderrama II. El macroproyecto de construir una urbanización lindando con los dominios de Sotogrande S. A. no es nuevo, pero las ambiciones de la compañía han crecido. Quieren añadir terrenos para que su campo de golf tenga el tamaño suficiente para inscribirse en circuitos internacionales.
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