La demostración con la que María Pombo deja claro que ser ‘influencer’ no es un pasatiempo
Sin duda, una de las declaraciones más impactantes de la pasada semana fue la de María Pombo, aprovechando que el sábado se celebraba el Día Mundial de la Salud Mental, revelando que lleva un año yendo al psiquiatra. Que el acoso sufrido en las redes sociales tras sacar a la luz que su madre padecía esclerosis múltiple, le llevó a un callejón sin salida en la lucha contra su propia cabeza que no le dejó más escapatoria que pedir ayuda.
Anoche se sentó en el plató de ‘El Hormiguero‘. Y, además de ahondar en todos sus problemas de salud (mental y física), realizó una sentencia con la que convenció a Pablo Motos, y seguramente a una amplia mayoría de la audiencia, de que la de ‘influencer’ es una profesión mucho más allá del pasatiempo o el divertimento que pudieran ver muchos detrás de lo que a ella se dedica.
Porque dejó claro que genera bastantes puestos de trabajo a su alrededor. «Que yo esté aquí no es casualidad, tengo un manager, un asesor, un fotógrafo, un videógrafo… Quiero hacer ver que ser influencer es una profesión real y que generas empleo», explicaba tras haber cifrado en 16 las personas que trabajan junto a ella día a día, para que veamos lo que vemos en sus redes sociales.
Lo que no vamos a ver es el parto, como si han hecho otras compañeras de profesión. Muy ilusionada con ese bebé que espera junto a Pablo Castellano (está de siete meses), preguntada por el presentador por este extremo, ni se lo pensaba: «Eso me lo voy a quedar para mí. No lo he pensado, pero te digo yo que no».
Necesitaba que me ayudaran a gestionar las emociones»
Pombo no esquivaba ese tema mental del que había dado trazos días atrás: «He empezado a ir al psiquiatra para aprender a gestionar tanto lo bueno como lo malo. Llevo 6 años en esto y lo mismo me dicen que mi contenido es el mejor que me dicen ‘ojalá te mueras’ y eso es suave. Se juntó con el embarazo, con la enfermedad… Necesitaba una opinión y que me ayuden a gestionar todas estas emociones y me mantengan los pies en el suelo».
«Empecé a tener esos síntomas y dentro de lo peor me alegré, porque pensé me quedo en casa», añadía sobre esa esclerosis múltiple que le acaban de diagnosticar hace un par de meses. «Sé lo que es, cómo se vive, sé que hay avances, en casa, sé lo que hay… Obviamente nunca quieres que te pase, pero es una enfermedad que no te mueres de ella pero sí te mueres con ella, no hay una cura», remataba.
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