Antonio David se viste de Rocío Jurado para rendir homenaje a su exsuegra con esta actuación
Una cosa es la guerra que mantiene con la madre de sus hijos y otra (muy diferente) no tenerle un enorme respeto a la mujer que fue su suegra. Antonio David Flores había hablado, en multitud de ocasiones, en lo que significaba para él Rocío Jurado, más allá de los litigios que ha mantenido, desde hace más de una década con Rocío Carrasco. Ayer, en el plató de ‘Sálvame’, lo demostró.
Pudimos ver al exguardia civil, como nunca: disfrazado, dirán unos; travestido, otros. Porque se echó a las espaldas la carga de algo tan complicado como imitar a La más grande. Y se metió tanto en el papel y se entregó tanto al espectáculo, que no solo realizó una imitación vocal, sino que trató de ponerse delante de la cámara caracterizado como la abuela de sus hijos.
‘Sálvame’ ponía en marcha una sección al más puro estilo ‘Tu cara me suena’ y él se mostraba encantado de que se le encomendara la misión de cantar ‘En el punto de partida’. «Me pones en un compromiso pero lo haré con todo el cariño y con todo el respeto», era su reacción tras conocer el encargo que tenía para él la organización del programa.
Dicho sea de paso, buscando el morbo. Quizás generar más revuelo entre él y su exmujer. No olvidemos que, precisamente ese, fue el título que se le dio al primer musical sobre la Jurado detrás del que estaban tanto su hija como el marido de este, Fidel Albiac. Así que sería mucha casualidad que el tema hubiese sido escogido al azar por parte de un espacio que se nutre de estas pequeñas polémicas y roces.
Aún así, él lo hizo. Se puso delante de la cámara y entonó la canción de Rocío. Antes de hacerlo, decía estar seguro de que ella le estaría apoyando, mandándole su energía allá donde se encuentre. Y recibía el mensaje de su hija, muy emocionada y encantada con la idea: «Te mando muchísimo ánimo. Estoy segura que lo vas hacer genial aunque ya sabes que la yaya es inigualable. Voy a ser tu primera espectadora, que lo disfrutes».
Aquí estamos, no en el punto de partida, sino en el de espera a la reacción de Carrasco. ¿Se lo habrá tomado con el cariño que él dice haberlo hecho o como una afrenta? Quizás, nunca se manifiesta al respecto: recordemos que ha hecho del silencio el mejor de sus escudos ante la curiosidad de la opinión pública.
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