Cinco trucos que conseguirán aliviar las molestias habituales de la mascarilla

Acostumbrarnos al uso diario de la mascarilla no está siendo fácil. A pesar de que ya han pasado varios meses desde que este complemento llegó a nuestras vidas con el único objetivo de ralentizar la expansión de la Covid-19, todavía a fecha de hoy debemos hacer verdaderos esfuerzos para que llevarlo puesto durante horas no sea un verdadero infierno. Más allá de los problemas que puede producir en la piel, es el caso del famoso maskné, es la constante sensación de agobio o inclusos los episodios de estrés o ansiedad que puede llegar a ocasionarnos. ¿Cómo puede minimizar sus efectos negativos?

La clave está en encontrar el equilibrio, en cambiar el chip y asumir que vamos a llevar la mascarilla por una larga temporada. Debemos convertirla en una aliada, y no en lo contrario. Carla Sánchez, experta en bienestar y gestión del estrés y cofundadora de la app The Holistic Concept, nos da algunas claves básicas para familiarizarnos (de verdad) con la mascarilla y lograr aliviar las molestias producidas por ella.

Dar con el diseño adecuado

Es vital encontrar la mascarilla idónea. Carla apunta a la comodidad que debe ofrecernos, tanto en el rostro como en los agarres, como algo clave. «No tengas reparo en probar hasta encontrar el modelo que mejor se adapta a tus sensaciones y tus necesidades (tamaño, material, alargador de cintas…)», resalta la experta.

Contar con opciones de repuesto en casa

A excepción de aquellas personas que deben llevar modelos quirúrgicos en sus puestos de trabajo y que posteriormente cambian de mascarilla para su tiempo libre, Sánchez recomienda «tener a mano un paquete de mascarillas quirúrgicas para momentos puntuales, y el resto del tiempo manejarte con al menos 2 modelos lavables para que puedas ir cambiándola y mantener una higiene adecuada».

Optimiza su mantenimiento

En el caso de las mascarillas lavables, la experta habla del uso indispensable de jabón ecológico para evitar estar todo el día con productos químicos como detergente y suavizante, de esta manera podrás evitar reacciones en la piel y conseguirás prolongar la duración del tejido de la mascarilla. «Lávalas siempre en ciclos largos de lavadora y a un mínimo de 60ºC para asegurar una correcta desinfección. Lo ideal es que se sequen al sol para que no queden restos de humedad (otra opción es cerca de la calefacción», apunta.

En el trabajo: la ventilación y pequeños descansos

«Abre todas las ventanas durante al menos 10-15 minutos y cada 3 horas como mínimo, tu aparato respiratorio lo agradecerá», apunta la experta que no solo lo recomienda si estás con varias personas sino también en tu propio hogar si tienes la opción del teletrabajo.

Aguantar durante horas no es fácil y tampoco saludable. Carla aconseja alejarse de la multitud, abrir la ventana y desprenderse de ella durante 5 minutos. «Simplemente respira profundo y aprovecha para beber agua. Tu cerebro estará encantado tras oxigenarse unos minutos», resalta.

Aprender a respirar bien

Puede que no lo tengas en cuenta o simplemente nunca haya recaído en ello pero la respiración es la mejor medicina para acabar con el estrés. «Merece la pena aprender técnicas respiratorias básicas para calmar la mente, aumentar la energía o centrar el foco», explica Carla Sánchez. Algo tan básico como realizar pequeñas pausas de tomad e oxígeno a lo largo del día puede ayudar «a lidiar mejor con tus emociones y reducir el agobio de la mascarilla-non-stop«.




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