'Titanic': Qué es verdad y qué no en la mítica película

El 14 de abril de 1912, el Titanic se hundió en las aguas del Océano Atlántico. Y 85 años más tarde, James Cameron convirtió la tragedia en una de las películas más taquilleras, galardonadas e impactantes de la historia del cine. ‘Titanic’, estrenada en 1997, fue todo un fenómeno gracias a sus increíbles efectos especiales en la época, sus geniales interpretaciones protagonistas (unos jóvenes Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, lanzados al estrellato) y un romance épico ‘made in Hollywood’ que, al ritmo de ‘My heart will go on’ de Celine Dion, tuvo a medio mundo sollozando en la sala de cine.

Desde luego, Cameron sabía cómo dejar su marca en la historia del medio. Ahora bien, como con toda historia real que se lleva a la gran (o pequeña) pantalla, nos surge una pregunta: ¿Cuánto de lo que vemos corresponde a la realidad y cuánto hay de licencias creativas? Lo básico imaginamos ya lo sabéis: sí, claro que un transatlántico bautizado como Titanic se hundió, provocando la muerte de centenares de personas y dejando grabado un acontecimiento para la Historia. Pero hay muchos más detalles que analizar en ese traslado del suceso real a la película de ficción.

Repasamos qué es real y qué no en ‘Titanic’, desde sus personajes hasta sus imágenes más icónicas.

Rose y Jack nunca existieron, pero sí algunos personajes secundarios

Por desgracia, la increíble historia de amor entre Rose y Jack no ocurrió de verdad, ni sus personajes existieron realmente. Fue todo una invención para crear el centro romántico de ‘Titanic’, pero mucho se ha especulado sobre qué hubo detrás de su creación. Por ejemplo, había un pasajero que figuraba en las listas como J. Dawson, lo que hizo pensar a muchos que Jack Dawson, el personaje de DiCaprio, era real. Pero esa ‘J’ correspondía a ‘Joseph’, y su historia era completamente diferente. En cuanto a Rose, la inspiración declarada por James Cameron para crear al personaje no tiene nada que ver con el barco, sino con la artista Beatrice Wood. El director estaba leyendo su autobiografía durante el desarrollo de la producción de la película, y acabó por plasmar aspectos como el amor de la mujer por el arte o su familia adinerada.

Ahora bien, que los protagonista no existiesen no quiere decir que todo el reparto fuese una invención de Cameron. Uno de los mejores personajes, Margaret ‘Molly’ Brown (Kathy Bates), sí fue una pasajera de primera clase del Titanic, así como el arquitecto de la embarcación Thomas Andrews (Victor Garber), el director de la línea de cruceros Bruce Ismay (Jonathan Hyde) y el capitán Edward John Smith (Bernard Hill).

Sí, los planos bajo el agua eran reales

En efecto, la mayoría de las tomas submarinas en las que vemos los restos del Titanic son reales. En 1995, durante la preparación de la película, James Cameron contrató la embarcación rusa ‘Akademik Mstislav Keldysh‘ y sus dos sumergibles. El director estaba dispuesto a llegar lo más lejos posible con su investigación, así que hizo un total de doce inmersiones con el objetivo de rodar las imágenes del barco hundido en el fondo del norte del Océano Atlántico. El resultado, como sabemos, fue espectacular, y luego se combinaron con las escenas de los actores reaccionando a los descubrimientos. No fue fácil llegar tan lejos: se diseñaron cámaras y carcasas especiales para resistir la presión de agua, pero con ellas solo se podían rodar doce minutos de metraje allí abajo, a pesar de que cada inmersión duró aproximadamente quince horas. Por eso, aunque sí vemos los restos reales del Titanic, no todos lo son.

¿De verdad se estrelló porque el director de la empresa le pidió que fuese más rápido?

No hay una respuesta clara, ya que, tras el desastre, hubo muchas teorías, declaraciones y acusaciones. En la investigación que se llevó a cabo en el Senado de los Estados Unidos, el director de White Star Line, Bruce Ismay (interpretado en la película por Jonathan Hyde) aseguró que la embarcación nunca llegó a ir al máximo de su potencia, que nunca superó las 75 revoluciones, con un máximo de 78. Muy lejos tampoco estaba, desde luego. Pero lo que enmarañó el caso fueron las distintas declaraciones de los testigos e implicados. Los supervivientes entre los pasajeros aseguraron haber escuchado a Ismay presionando al Capitán Edward Smith para que fuese más rápido, como lo vemos en el filme de Cameron: la reputación de la embarcación podía mejorar si superaban las expectativas que se tenían sobre ella. Sin embargo, los oficiales del barco rechazaron esta versión de los hechos y tachó las declaraciones de los pasajeros como «poco fiables». Pero quizás así es como deberían calificarse las suyas, dado que podrían estar protegiendo la imagen de la empresa para la que trabajaban. Nunca lo sabremos.

Lo creas o no, el cuarteto de cuerda sí tocó mientras se hundía el barco

Parecía el gesto más dramático que Hollywood podía inventar: mientras el Titanic está hundiéndose en el océano, con centenares de personas intentando salvar y corriendo de aquí para allá en la cubierta, un cuarteto de cuerda, que amenizaba las veladas nocturnas del lugar, se pone a tocar. ¿La música amansa a las fieras? ¿Y a los naufragios, qué? Sorprendentemente, este detalle de la película es completamente real: el violinista Wallace Henry Hartley, líder de la banda de música en el Titanic, decidió ponerse a tocar música clásica para darle más dramatismo al momento. Supervivientes del suceso recordaron que tocó ‘Alexander’s Ragtime Band’ y ‘In the shadows’, entre otros temas. Tanto él como el resto de sus compañeros murió ese día.

No, el Oficial Murdoch ni aceptó sobornos ni se suicidó

Mucha polémica se desató en la pequeña población escocesa de Dalbeattie cuando vieron la súper exitosa ‘Titanic’ en los cines en 1997. Y es que este es el lugar de origen del oficial William Murdoch, uno de los trabajadores del Titanic que murió en 1912. Sus familiares y descendientes encontraron su retrato en el filme de James Cameron francamente insultante, y es que se utilizó su figura real para crear un vehículo dramático lleno de falsedades. No hay constancia de que Murdoch aceptase sobornos para colar a hombres adinerados en los botes salvavidas, ni tampoco que se suicidase tras haber disparado él mismo a algunos pasajeros que intentaban subir en los botes. Según el testimonio de testigos, un oficial sí se suicidó, pero no existe la certeza de que fuese Murdoch. Además, no hay evidencia que sugiera que Murdoch alguna vez aceptó un soborno. La memoria de este hombre real fue manchada para mostrarnos lo malo que era el personaje de Billy Zane, así que no es de extrañar que sus familiares se mosquearan. Los ejecutivos del estudio tuvieron que ir hasta Dalbeattie para lidiar con la polémica, emitiendo una disculpa pública y haciendo una donación de 8.500 dólares al fondo conmemorativo del oficial.

Sí, una pareja de ancianos decidió hundirse con el barco (pero no en la cama)

Hablando de momentos dramáticos… Una de las imágenes más desgarradoras e icónicas de ‘Titanic’ es esta de dos ancianos abrazados en la cama, sintiendo cómo el agua invade su camarote. Preparándose para la muerte, pero juntos. Uno de los mejores momentos del filme está basado en la historia real de Isador e Ida Straus, una pareja de pasajeros de primera clase que decidieron quedarse en el barco mientras se hundía. Según contaron los testigos que sobrevivieron, la pareja tenía que separarse en los botes salvavidas (las mujeres y niños primero, ya sabéis), pero se negaron. Cuentan que Isador no quería subirse en ningún bote mientras hubiesen mujeres a bordo, e Isa no pensaba irse sin su marido. «Hemos estado viviendo juntos durante muchos años. Donde tú vayas, yo voy», son las palabras que pusieron en su boca más tarde, aunque quién sabe si fueron una invención para darle dramatismo al asunto. Cuentan, también, que se quedaron sentados en un par de tumbonas, y no acostados en la cama de su camarote como en la película. Aun así, una imagen para el recuerdo.

No, el colgante azul de Rose no existió

Por desgracia, el Corazón del Océano solo era un McGuffin en ‘Titanic’, una herramienta narrativa y no un objeto real que tuviese ningún tipo de relación con el barco. En la película de Cameron, es lo que lleva a Brock Lovett (Bill Paxton) a explorar los restos del Titanic, conocer a una anciana Rose y descubrir la increíble historia de amor que vivió a bordo. Pero que no tenga nada que ver con la historia no quiere decir que no se basase en joyas reales. Énfasis en «reales»: la pieza se basa en el famoso diamante Hope que el rey Luis XVI de Francia le dio a María Antonieta, y que se encuentra actualmente en el Museo Smithsonian de Historia Natural en Washington, D.C. Un réplica del mismo fue exhibida por Celine Dion en su interpretación de la canción principal de la película en la gala de los Oscars y después vendido en una subasta por más de 2 millones de dólares.

¿Podría haberse subido a la tabla Jack o no?

QUE NO, DEJADLO YA.

Vía: Fotogramas ES

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