Filomena, pandemia y compras online: cómo afecta la situación actual a tu forma de encarar estas rebajas (spoiler, no es buena combinación)
Queríamos un 2021 más tranquilo que todo 2020… pero no ha podido ser. A los problemas del año pasado se han sumado nuevas incertidumbres, y eso que estamos en enero. Un nuevo confinamiento (esta vez provocado por la nieve) combinado con lo fácil que es comprar por internet y el bajo estado de ánimo que manejamos estas semanas puede ser el cóctel que necesitas para acabar comprando de forma impulsiva. “En este momento podría haber más incidencia de conductas compulsivas, gente que intente a través de las compras resarcir de forma inmediata dicho malestar”, asegura la psicóloga Beatriz Mora, coordinadora de psicología de la clínica López Ibor. Si durante el confinamiento por el coronavirus las compras online aumentaron un 86%, los problemas de compras compulsivas a través de la Red también se incrementaron: se calcula que hay un 16% más de personas con este problema. ¿Formas parte de ese grupo? La experta nos da las claves para saberlo todo sobre cómo combinar internet, crisis mundial, bajo estado de ánimo, rebajas e internet y no acabar quemando la tarjeta de crédito por su culpa.
Cómo saber si hacemos compras compulsivas
Durante el confinamiento comprar por internet se convirtió casi en un hobby, una forma más de combatir la monotonía y el aburrimiento. Buscar productos, mirar ofertas, llenar la casa de cachivaches, dejar las cosas aparcadas en el carrito por días… “Aunque podemos tener compras compulsivas fuera de internet, el acceso a la red facilita el componente inmediato que proporcionan las páginas de compra online y que pueden ser accesibles en cualquier momento del día y en cualquier lugar donde tengamos conexión”, explica Beatriz Mora.
Gracias a la combinación de estos factores las compras online se han convertido para muchos en un refugio. Comprar es algo inmediato que apenas requiere esfuerzo, (más aún si esa compra se hace deslizando el dedo por la pantalla del móvil y te la traen a casa), y que nos proporciona una gratificación a corto plazo. ¿Pero cuando podemos hablar de que las compras se nos han ido de las manos?
“Cuando hablamos de una conducta compulsiva nos referimos a una conducta desajustada como consecuencia de algo que se esconde detrás de esas compras y que es realmente el foco del problema”, asegura la experta. El motivo oculto más común que se encuentra tras las compras compulsivas es la ansiedad. Cuando se padece ansiedad, las compras se usan como un mecanismo para liberarla y la gratificación inmediata que provocan ayuda a calmarla… de momento.
“Es un alivio a corto plazo ya que lo que suele acontecer después de comprar es que aparece un sentimiento de culpa por haber comprado o de frustración por no haber sido capaces de controlar el impulso de comprar”, advierte la experta. Si tus compras son tu hobby, pasas el día pensando en lo que te vas a comprar o revisando ofertas, gastas más de lo que tienes o te sientes culpable después de comprar… es muy probable que seas víctima de estas compras compulsivas. Y cuando existe un problema de este tipo se necesita ayuda profesional para desenmarañar la madeja, porque es necesario analizar qué función está cumpliendo esa conducta de comprar por compras en la vida de la persona.
“Detrás de este comportamiento se puede enmascarar una forma de manejar los problemas y de gestionar las emociones nada sana”, advierte la psicóloga. Es importante estar alerta a estas conductas, ya que en momentos difíciles como es el que vivimos, las compras compulsivas son una tentación para nuestro cerebro, usándolas como vía de escape y “regular” nuestro sistema emocional… y realmente no necesitas añadir este problema a todos los demás.
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