Cole Emhoff, el hijastro de Kamala: enamorado, a sueldo de Brad Pitt y con un pasado un poco jipi
Cole (26) y Ella Emhoff (22) fueron los protagonistas inesperados de la investidura de su madrastra, Kamala Harris. Los hijos de Doug Emhoff, casado en segundas nupcias con la vicepresidenta, conquistaron con su cercanía y personalidad extrovertida a los asistentes a la investidura. Ella –aparte de hacer un par de chistes a costa del vicepresidente saliente Mike Pence– se erigió en nuevo símbolo de la moda en Washington y Cole hizo reír en un par de ocasiones al matrimonio Obama, especialmente a Barack. Los dos hermanos se llevan estupendamente, y su carácter bromista, sobre todo cuando están juntos, nos hace aventurar cuatro años de buen humor.
Su relación con sus madres, Kerstin Emhoff (que se lleva tan bien con su ex y con Harris que estuvo presente en la investidura y que ha colgado todo tipo de fotos graciosas de sus hijos en los momentos solemnes) y Momala (fueron Cole y Ella los que decidieron que "madrastra" era una palabra horrible) ha marcado las vidas de los jóvenes, especialmente de Cole.
Aunque Cole se licenció en Psicología en Colorado, una universidad "un poco jipi", como le contaba al New York Times, ha seguido los pasos de su madre biológica, dedicada a la producción en Hollywood desde hace décadas: actualmente trabaja como asistente ejecutivo en Plan B Entertainment, la productora de Brad Pitt responsable de películas como Doce años de esclavitud o Moonlight, por citar sólo las dos que han ganado el Oscar a la Mejor Película.
En la entrevista con el NYT, Cole contaba que fue el que peor llevó el inicio de la relación, porque le pilló cuando tenía 18 años y tener a dos abogados (Doug es experto en derechos de autor y otros temas de Hollywood; y Kamala es la ex fiscal general de California) preguntándote qué vas a hacer ese fin de semana puede ser un poco incómodo. Kerstin se reía en Twitter: "Que se vea que no siempre soy yo la que hace de poli malo". Pero en general, su única queja (en tono jocoso) sobre la historia de amor infinita entre el segundo caballero y la vicepresidenta es que "son tan monos y cuquis juntos que casi dan ganas de vomitar. O sea, ¿cuándo se les va a pasar?".
Tampoco es él nadie para hablar. Desde hace un par de años, su Instagram sólo tiene una protagonista: su novia Greenley, de la que poco más se sabe, salvo que es un año menor que Cole y que son tan monos y cuquis juntos como Doug y Kamala.
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Coco (así le llama su novia) también comparte otra obsesión con su hermana: el cariño por los schnoodles, unos simpáticos perretes. En concreto, los dos de su madre, Otis y Amos, a los que visita siempre que puede. Con su madre biológica comparte veladas de ocio y juegos de mesa, y con su madrastra profundos diálogos políticos: "no le va la charla intrancesdente" . En general, pese a lo extrovertidos que son los dos jóvenes, Cole y Ella reconocían en una charla con su padre en Glamour que la "fuerte personalidad" de las mujeres de su familia ha marcado su actitud ante la vida.
Especialmente Kamala, que inculcó a los jóvenes la idea de tener "un plan vital a 10 años (…) Es algo que preguntaba hasta a nuestros amigos si venían a cenar: ‘¿cuáles son vuestras metas?’". Uno que Cole lleva desarrollando desde que acabó la carrera en 2017. En enero de 2018, el joven ya estaba trabajando en una pequeña agencia de Hollywood, a miles de kilómetros de la Casa Blanca. Y el destino político de su padre y de su madrastra no parece que vaya a apartarle de sus metas.
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