El príncipe Andrés, decepciona en su entrevista más difícil por el ‘caso Epstein’

El príncipe Andrés concedió el sábado a la BBC una de las entrevistas más difíciles de su vida. Tras meses de negociaciones accedió a contar su versión sobre su implicación en el caso Epstein. El hijo de Isabel II, negó haber mantenido relaciones sexuales con menores y aunque defendió su amistad con Jeffrey Epstein reconoció que debía haber cortado su relación con él mucho antes. Afirmó que la noche en la que Virginia Giuffre asegura que fue obligada a mantener relaciones sexuales con el duque de York, él estaba en casa después de llevar a una fiesta infantil en Pizza Express a la princesa Beatriz -Sarah Ferguson estaba fuera-. Apuntó la posibilidad de que la fotografía en la que aparece con una entonces joven de 17 años Virginia Giuffre pudiera estar manipulada y aseguró que aunque en la casa de Epstein siempre había mucha gente nunca se imaginó que podrían formar parte de una trama de abuso y tráfico sexual con menores. Ni siquiera sospechó de que algo así podría ocurrir en el entorno de Epstein cuando voló en su avión llamado Lolita Express.

Mientras la Casa Real insiste en la inocencia del príncipe Andrés, y parte de su entorno le apoya al entender que era lo único que podía hacer parar tratar de limpiar su imagen -un asistente cercano le ha alabado en The Daily Telegraph “el coraje” del príncipe ante una situación que probablemente sea “la más difícil” a la que se haya enfrentado-, una de las abogadas de las víctimas, Gloria Allred, cree que una declaración bajo juramento hubiera sido mejor que ir a la televisión. Algo sobre lo que Alan Dershowitz, profesor en Harvard, abogado, amigo de Epstein y también acusado de abusos, está de acuerdo. En el programa de la BBC Radio 4 Today ha dicho que cree que el príncipe Andrés no tendrá “más remedio que someterse a un interrogatorio en Estados Unidos” si se presenta la solicitud correspondiente. Respecto a la entrevista, cree que la respuesta del príncipe sobre Giuffre no parece lo “suficientemente fuerte. Si no tuvo relaciones sexuales con ella, debería decirlo categóricamente”, añade.
Las reacciones han sido muchas, incluso de la propia Giuffre. Ha retuiteado varios tuis contra el príncipe, incluido uno con el siguiente mensaje: "La impactante entrevista del príncipe Andrés ha sido un intento de salvar su reputación, pero solo plantea más preguntas".

En esto están de acuerdo algunos expertos consultados por la prensa británica tras la intervención del príncipe en la televisión. Creen que al final la entrevista podría ser contraproducente. Mark Stephens, quien representó a James Hewitt tras su supuesta aventura con la princesa Diana, considera que una entrevista como esta “solo funciona si tienes una entrevista completa a todas las preguntas posibles, y aquí hay demasiados cabos sueltos”. En su opinión, “si hubiera guardado silencio, habría podido permanecer fuera del caso, ya que es testigo y tiene derecho a inmunidad diplomática”, ha dicho en The Guardian. Un prestigioso abogado ha asegurado en el mismo diario (no da el nombre) que la entrevista ha sido "un error catastrófico".

Para el comentarista real Richard Fitzwilliams esta es la “entrevista real más extraña que se haya dado”, y reprocha al príncipe que no admita haber errado. Avanza que "tendrá serias repercusiones”.

Ingrid Seward, experta real y editora de la revista Majesty, la ha calificado de “decepcionante ", y el presentador de ITV Good Morning Britain Piers Morgan se ha preguntado en Twitter por qué el príncipe ha concedido la entrevista, algo que ve como un acto “desesperado” y “loco”.

Por su parte, la actriz Rose McGowan, una de las figuras más destacadas del movimiento #MeToo, también ha reaccionado a través de Twitter: “¿Estoy oyendo bien”, se ha preguntado tras las afirmaciones del príncipe de no recordar a Virgina Giuffre.

Muchos espectadores han lo propio el sábado por la noche bajo el hastag #PrinceAndrew. Comentarios críticos hacia el príncipe por unas respuestas poco concluyentes y gestos que no han contribuido a aclarar cuál fue su participación en el caso. Se han preguntado por qué la familia real habría apoyado esta entrevista porque en lugar de acallar el escándalo tendrá “el efecto contrario”, apuntó Peter Barron, ex director del diario Northern Echo.

Este domingo publica Telegraph que el príncipe se negó en un principio a participara en la entrevista, pero que fue su secretaria privada, Amanda Thirsk, quien le habría persuadido para hacerlo con el objetivo de ayudar a restaurar su reputación escrutada durante años por su amistad con Jefrrey Epstein.

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