Isabel II, de picnic en su lugar favorito: el misterio sobre sus acompañantes
Unas pocas semanas antes de que falleciera Felipe de Edimburgo la pasada primavera, Isabel II se hizo con dos nuevos corgis que al parecer llenaron el castillo de “energía y algarabía” estando su marido enfermo. Puso de nombre Muick (pronunciado “mick”) a uno de ellos por uno de los lagos y extensiones de tierra cercanos a Balmoral, su propiedad escocesa. Algo que sin duda dejó ver hasta qué punto tenía ganas de volver al que lleva mucho tiempo siendo descrito como su lugar favorito. A finales de julio volvió por primera vez a Balmoral sin Felipe de Edimburgo a su lado, pero ya ha habido indicios de que ha tenido a su familia muy cerca.
El pasado lunes el periódico Daily Mail informó de que la reina de Inglaterra fue vista en Glen Muick acompañada por dos de sus bisnietas. Se fueron de picnic, pero según el tabloide no quedaba claro si comió con las hijas de Zara Tindall o las de Peter Phillips.
Es posible que la confusión se deba al hecho de que ambos tienen dos hijas cada uno: Peter tiene a Isla, de 8 años, y a Savannah, de 10, mientras que Zara tiene a Mia, de 7 años, y a Lena, de 3. No ha habido ninguna declaración oficial con respecto a qué miembros de la familia han acudido a visitar a Isabel II en Escocia a lo largo de este verano, pero hemos podido ver al príncipe Andrés, a Sarah ferguson y a la princesa Eugenia de camino a Escocia a principios de mes, y parece ser que varios miembros de la familia planean realizar el viaje.
Pese a las restricciones debido a la pandemia del verano del año pasado, fueron muchos los miembros de la familia real británica que acudieron a visitar la finca escocesa, entre ellos la princesa Ana, madre de Peter y Zara, el príncipe Guillermo y el príncipe Eduardo.En 2020, la mayoría de las actividades familiares se llevaron a cabo en el exterior, entre ellas una cacería de urogallos y un enérgico paseo por Glen Muick.
El plácido picnic podría ser interpretado como signo de que las vacaciones de verano de la monarca han comenzado a dar un giro después de comenzar con mal pie, entre otras cosas por la llegada del príncipe Andrés apenas unos días después de que la víctima de Epstein, Virginia Roberts Giuffre, lo nombrase en una demanda civil. “El verano en Balmoral es resulta especial cuando la familia se reúne, hace balance, se relaja y recarga las pilas”, afirmó una fuente cercana citada en el diario The Sun a principios de agosto. “Pero lo primero con lo que ha tenido que lidiar es con su hijo de 61 años apareciendo por la puerta junto a su exmujer apenas unas horas después de saberse que será denunciado por supuestos abusos a una chica de 17 años. Desde luego no fue el comienzo de la primera estancia en Balmoral sin Felipe de Edimburgo que ella se esperaba (o se merece)”, continuó.
Artículo original publicado por Vanity Fair USA y traducido por Darío Gael Blanco. Acceda al original aquí.
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