Cómo hacerte la manicura casera perfecta en solo siete pasos
No importa si el motivo es que te apetece relajarte unos minutos en casa mientras te arreglas las uñas o si simplemente tu economía no está para acudir al salón con tanta asiduidad. Si has decidido cuidarte y maquillarte las uñas en tu propia casa, hay ciertas reglas básicas que debes saber; pues de nada servirá que quieras lucir las últimas tendencias de uñas –estampado carey, francesa, marmoleado o seaglass– si tus manos no están tan cuidadas como deberían.
Las herramientas que necesitas para la manicura casera perfecta son lima para dar forma a las uñas, un palito de naranjo para echar para atrás las cutículas, aceite o removedor de cutículas para suavizar y empujar las cutículas, un cepillo para uñas, una base, tu color de esmalte preferido y un top coat. Toma nota de estos siete pasos y tus uñas parecerán recién salidas del mejor salón de mani-pedi de la zona.
Limar
Lo primero de todo (a son ser que lleves las uñas maquilladas, en cuyo caso te tocará desmaquillarlas) es darle la forma adecuada con ayuda de la lima. Depende de ti decidir entre almendrada, stiletto, cuadrada… Pero, si tienes dudas, la manera más fácil de elegir la forma adecuada es fijándote en cómo es el bode de tu uña al natural: si este tiene forma de sonrisa opta por el limado ovalado, pero si es más recto elige una forma más cuadrada. Y al limar recuerda que si mueves la lima siempre en la misma dirección en lugar de hacerlo en zigzag evitarás que las uñas se astillen.
Pulir
Aunque no lo creas, este paso es importante para crear una superficie lisa para que el esmalte se extienda mejor. Tan solo tienes que pasar el pulidor por cada, moviéndolo de adelante hacia atrás, hasta que notes que la superficie está lisa.
Cuidar las cutículas
Frota el aceite específico sobre las cutículas, con ayuda de los dedos, y empuja suavemente hacia atrás y así tu uñas parecerá visualmente más alargadas. Te recomendamos echar las cutículas solo para atrás, evitando cortarlas, ya que este gesto puede provocar algún daño en la piel que podría desencadenar en una infección en el lecho ungueal.
Además, es importante que recuerdes mantener las cutículas hidratadas en todo momentos y no usar solo el aceite cuando te hagas la manicura.
Lavar
Si no eliminas el aceite adecuadamente antes de maquillarte las uñas, el esmalte no quedará perfecto y se levantará fácilmente. Lávate las manos con agua y jabón y utiliza un cepillo específico para uñas, que también eliminará los restos del limado y la suciedad, en general.
Aplicar la base
Este paso es 100% inevitable. Con él no solo aportas tratamiento a tus uñas –hay bases fortalecedoras, para uñas estriadas, endurecedoras, etc.– sino que también estás creando una superficie que garantiza una aplicación de color más uniforme y que evita que el color del esmalte manche tus uñas. Acuérdate de aplicar una capa fina y mejor si esperas un minuto a que se seque antes de pasar al color.
Dar dos capas de color
La reglas son básicas: aplica siempre dos capas de color, lo más finas posible, espera un minuto entre cada capa para evitar que salgan burbujas y no te olvides de pasar el pincel por la punta de la uña para sellar el color.
Un truco infalible para eliminar el color que se ha depositado sobre tu piel es no intentar quitarlo cuando esté medio seco, sino que es mejor esperar a dar la capa de esmalte transparente para que esta vuelva a humedecerlo y sea más fácil el retirado.
Sellar con top coat
Aplicar una última capa de top coat no solo aporta un brillo extra tu manicura, también lo sella y evita que se astille. Además, si vuelves a aplicar la capa de brillo pasados dos o tres días refrescarás tu manicura y esta durará perfecta más tiempo. Y, una vez esté seca la última capa termina con una gotita de aceite para cutículas.
Luego, recuerda mantener tanto tus uñas como cutículas bien hidratadas y así tu manicura parecerá recién hecha más tiempo.
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