¿Llevas gafas? Aprende los mejores trucos para maquillarte bien los ojos
Pintarte los ojos cuando no tienes ningún problema ocular ya entraña su propia dificultad, pero cuando se interponen unas lentes tiene un extra de complicación. Para empezar, conviene que te hagas con unas gafas específicas para maquillar los ojos, que te permitirán mantener siempre la visión completa de uno de ellos y no tener que hacer malabarismos para aplicarte la sombra o torcerte con el eyeliner.
Pero echar mano al neceser y ponerte todos los cosméticos que tienes para los ojos, párate a pensar el tipo de montura de las gafas que llevas. Aquí el dress code también tiene mucho que decir. La consigna de los que saben de esto es que cuanto más vistosas sean, más se vea la montura o más intensa sea, menos debemos cargar las tintas en los ojos. Por esta regla de tres, las gafas negras de pasta deberían combinarse con un maquillaje de ojos suave, de tonos neutros, donde destaquen las pestañas, así que limítate a delinear el ojo y a darte una par de pasadas de máscara.
En las gafas de monturas metálicas o casi imperceptibles (siempre y cuando no lleves un cristal grueso, esa es otra historia de la que hablamos a continuación), se admiten todas las posibilidades, tanto que hasta podrás hacerte un smokey eye o sacar tu lado arty y pintarte unas sombras coloridas.
Hasta aquí lo que toca al continente, pero ¿qué pasa con el contenido? Pues si los cristales te achican el ojo, hay que abrirlo con el efecto óptico de maquillaje que no falla nunca: sombras claras, raya blanquecina en la línea del agua para agrandar la mirada y rímel arriba y de abajo. ¿El plus? Riza las pestañas.
Y si lo que hacen tus gafas es aumentarte el ojo, toca contrarrestar esa sensación que llama la atención, pero para mal. A mayor graduación, más fina debe ser la línea del eyeliner con la que bordeas el ojo. Y lo mismo cabe decir de los colores, los nudes son los más indicados en estos casos, y mejor con un acabado mate que satinado.
Un truco más que sirve para cualquier tipo de gafa y de cristal: para evitar esa mirada cansada que a veces hacen las gafas, pon un poco de iluminador en forma de V en el lagrimal.
Y una última cosa, si te apuntas a la moda del rabillo en el ojo, nunca, nunca jamás, te salgas con el trazo de las dimensiones del cristal. Todo lo demás es un pecado menor al lado de esto.
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