Pitingo: «No me acostumbro a ver al público con la mascarilla»

Hay oportunidades que solo se presentan una vez en la vida, y Pitingo ha aceptado la que le ha ofrecido el gran compositor Manuel Alejandro: grabar un disco con él en Estados Unidos. Por eso, este 13de noviembre ofrecerá un concierto muy especial en Sevilla. Será uno de los últimos que de en España antes de instalarse al otro lado del charco y el primero tras haber superado una neumonía bilateral que le ha llevado a estar ingresado 10 días en el hospital y que, sin él saberlo, llevaba más de un años arrastrando.

Una despedida temporal que le permitirá hacer realidad otros proyectos que tenía en mente desde hace tiempo, que le llevarán por varios países hispanoamericanos y por Estados Unidos, donde cuenta con amigos como el expresidente Barack Obama y James Costos, ex embajador de Estados Unidos en España. Para hablar de esta nueva etapa de su vida, quedamos en la terraza del Café Gijón, donde llega puntualmente de la mano de Verónica, la mujer de su vida y madre de su único hijo.

¿Por qué Sevilla para dar su último concierto?
Porque ante la imposibilidad de cantar en todas las ciudades andaluzas como me gustaría, lo he centrado en Sevilla. No es un concierto de despedida porque después iré a Zaragoza y a Cantabria, donde terminaré esta gira que he hecho por toda España.

«Viviré en Miami y Punta Cana»

¿Dónde piensa vivir, una vez que cruce el charco?
En Miami y en Punta Cana, porque este es un proyecto en el que llevo trabajando desde hace tiempo y aunque ha habido temporadas que pasaba cuatro o cinco meses en Miami y en Punta Cana, al final siempre volvía a casa porque echaba de menos a mi familia, a mis amigos…

¿Ahora será distinto?
Claro, este proyecto me ha caído del cielo, después de que le enviara una canción a Manuel Alejandro para ver si le gustaba. Era mi versión de ‘Se nos rompió el amor’. Cuando al poco tiempo me llaman para que fuera a verle, me puse muy nervioso.

Se trata de un gran compositor.
Cuando nos vimos, él me tranquilizó empezando a hablar de cosas de la vida, mientras nos tomábamos un vinito y me relajé. Fue cuando me dijo: Pitingo, me gustaría que grabásemos un disco con canciones conocidas, pero por Soulería, ya que llevo escuchándote mucho tiempo…

Un sueño que ha hecho realidad.
Lo que es la vida, Rosa, quién me iba a decir que iba a participar en este disco de Manuel Alejandro, donde él va a escoger las canciones y en el que se va a implicar mucho. No solo él, el productor es otra leyenda, Rudi Pérez, que ha trabajado con Julio Iglesias, Beyoncé, José José, Cristina Aguilera y por supuesto con Manuel Alejandro.

¿Cómo cree que será esta nueva etapa de su vida?
No lo sé, pero estoy muy ilusionado. Nos vamos el 26, grabaremos en Miami, en Memphis, y la parte de flamenco la grabaremos aquí. Después grabaré un disco mío que espero tenerlo terminado para la primavera.

Los cantantes que van a Miami, no vuelven.
Yo lo dejo todo en manos de Dios, porque soy creyente. Voy con billete de ida y después, la vida decidirá dónde acabaré.

«Estoy muy emocionado con esta nueva aventura»

Le veo emocionado ante esta nueva aventura.
Lo estoy, no sabes cuánto, hacía tiempo que no sentía esta ilusión. Yo adoro España, tengo un público muy fiel, pero estar dando siempre vueltas al ruedo es difícil.

¿Esto tiene que ver con el confinamiento que tanto ha afectado a los artistas?
Yo lo he pasado fatal, gracias a Dios que hemos tenido cuatro o cinco años muy buenos, y hemos podido aguantar bien la crisis, pero ha habido gente que lo ha pasado muy mal, porque no había trabajo.

Tuvo el Covid, ¿no es así?
Dos veces, en agosto del pasado año me sentía mal, con mareos, dolor de cabeza intenso, cansancio generalizado, fiebre, me dolía la piel. Me asusté y le dije a Verónica, mi mujer: vamos al médico. Me hicieron la prueba y di positivo. Me encerré en casa, perdí siete kilos, me costó recuperarme…

¿Le han quedado secuelas?
Por suerte no, pero después de ese primer Covid tuve una pequeña neumonía. Me recuperé, me incorporé al trabajo, di siete conciertos, aunque cantar me costaba la vida. Seguramente porque ya estaba incubando un segundo Covid, mucho más débil que el primero. Ahora ya estoy vacunado con las dos dosis.

¿Qué fue lo más doloroso en ese tiempo?
No soy hipocondríaco, pero a cada rato me tomaba el pulso, la saturación, gracias a Dios ni mi mujer ni mi hijo se contagiaron. El médico me dijo que estuviera tranquilo, que durmiera y bebiera mucha agua, que tomase mucha gelatina, que tiene proteínas.

¿Ha cambiado el público que va a sus conciertos?
Al principio la gente estaba desubicada, no sabían si aplaudir o no, tenían caras de preocupación, era un ambiente extraño. Todavía hoy no me acostumbro a verles con la mascarilla, o que no se atrevan a bailar y a cantar… Era todo muy raro, pero no hay que relajarse porque esto no ha terminado.

Cantar en el Teatro Real con este ambiente debió ser emotivo.
Mucho, porque el Teatro Real de Madrid es el templo de la música. Fue un concierto en beneficio de la Fundación Prodis, que se dedica, sin ánimo de lucro, a ayudar a niños con problemas mentales.

¿En qué consiste su labor?
Les preparan para que sean autosuficientes, puedan vivir solos e incorporarse al mundo laboral. Yo fui a visitarles, y me hablaban de sus novias, de lo que hacían… El problema es que cada vez les llegan más niños y no tienen sitio para todos. Toda la recaudación del Teatro Real fue para ellos.

«Me duele cuando la sociedad mira para otro lado»

Obras como éstas, ¿le enseñan a no dejarse llevar por el éxito?
Sin duda alguna, por eso me duele cuando la sociedad mira para otro lado y no siente empatía por quienes están sufriendo. Hay que ayudarles, sobre todo los que somos conocidos, no nos cuesta nada echarles una mano. No se trata solo de dar dinero, también de ir a verles…

¿Nos falta empatía?
Yo me siento bien ayudando a los demás, quizá porque lo he hecho toda mi vida. Hubo una época que mis músicos me pusieron ‘El niño de las benéficas’. Hace unos días me hicieron Embajador de la Fundación Prodi, para la que dimos un concierto en Gran Canaria para recaudar fondos para La Palma.

¿Le explica a su hijo que la vida no es de color de rosa?
Le llevé a Palma de Mallorca, fue duro, porque el concierto era en beneficio de la Fundación Aspanof, una asociación de padres de niños con cáncer. Ellos han conseguido que toda la gente de Baleares vaya a Palma de Mallorca y les costean todo, porque no tienen recursos para hacer frente a los gastos que ocasiona estar meses o semanas fuera de sus casas.

Qué dura es la vida.
No sabes lo que es ver a esos padres, que tienen que salir de las habitaciones donde están ingresados sus hijos, para llorar. Los niños son niños, y a veces no son conscientes. Cuando yo estuve, las cantaba, fue muy emocionante.

¿De quién ha heredado tanta sensibilidad?
Desde pequeño era así. Si tenía un dinerito se lo daba a quien me lo pidiera. A veces me regañaban en mi casa porque si pegaban a un amigo yo me metía por medio.

Es muy religioso.
Mucho, soy muy creyente, tengo mucha fe, por muchas circunstancias que me han pasado en la vida. Me da igual la religión que sea, porque lo importante es vivir con fe.

¿Es a lo que se aferra en los momentos difíciles?
Todo lo que tengo en mi mochila lo pongo en manos de Dios, para que haga lo que pueda.

«No sabía que iba a cantar para Obama»

¿Intervino su Dios para que cantase ante Obama?
Ja, ja, ja, fue mi Verónica, mi mujer y representante, con quien llevo toda la vida, qué sería de mi sin ella. Cuando Verónica me dijo: Gordo, para tal día tienes una actuación privada especial. ¿Quién es esa persona? Le pregunté. Y no me lo dijo.

¿No intuía de quién se trataba?
Para nada, es más, cuando llegamos al sitio, lo primero que hicieron fue quitarnos los móviles, yo alucinaba. Hasta que de pronto aparece Costos, el ex embajador de Estados Unidos en Madrid y ¡Obama con Michelle, su mujer!

¿No se desmayó de la emoción?
Me quedé paralizado, y algunos de mis músicos se echaron a llorar, porque son cubanos, afroamericanos, y para ellos ver en persona al primer presidente negro de la historia de Estados Unidos frente a nosotros, fue muy emocionante.

¿Cómo es Obama en la distancia corta?
Qué puedo decir, cantó, bailó, estuvo increíble.

¿Dónde fue la fiesta?
Aquí en Madrid, la organizó James Costos con su marido, que es un prestigioso interiorista, y que según me contaron después, al llegar Obama preguntó por mí, porque le llamaba la atención que yo cantase soul, son una pareja maravillosa.

«Obama es muy cercano. Nos abrazó al despedirse»

¿Tuvo oportunidad de hablar con Obama?
Al terminar el concierto nos sentamos con él y su familia, y ahí me di cuenta del carisma que tiene, es una persona humilde, igual que Michelle. Los dos estaban muy interesados por el mestizaje de los gitanos y los payos. No querían irse, se marcharon después de cuatro horas que estuvimos juntos. Nos abrazó al despedirse, es muy cercano.

¿Algún otro personaje que le haya impresionado?
A Felipe González le conocí en casa de Trinidad Jiménez, también he conocido a Rajoy, los dos me han parecido personas muy cercanas.

¿A quién le gustaría volver a ver?
A Obama y a Michelle, porque tenemos muchas cosas en común, él es mulato, yo soy mestizo, y ésa ha sido mi lucha desde que era pequeño, es más tengo un disco, Mestizo fronterizo, que él había oído. Espero que podamos reencontrarnos.

Qué diría a quienes ahondan en las diferencias.
Intentemos ponernos todos de acuerdo, todas las razas, porque yo creo en el multiculturalidad, que es muy importante para mí, porque soy mestizo. Hay que superar las diferencias sociales, de raza, para poder vivir en paz.

«A mi hijo le educo en la igualdad»

A su hijo le educa en…
La igualdad, porque en mi casa igual entran gays, lesbianas, blancas o negros. Conmigo trabajan 22 personas, de distintas razas, cada uno es de su padre y de su madre. Somos como la Unesco.

¿Trabajar con su mujer favorece la relación?
A mí sí, porque así cuando mi hijo está de vacaciones viaja con nosotros. Es muy importante tener a Verónica a mi lado, porque como artista me conoce y como pareja, tenemos nuestras cosas pero nos llevamos muy bien, muy bien.

Su foto favorita

«Esta foto me gusta porque estoy brindando con <Manuel ALejandro por el disco homenaje que voy a grabar con este gran compositor».

¿Quién es Pitingo?

Nacimiento. En Ayamonte, Huelva, hijo de madre gitana y padre payo. Su padre fue Guardia Civil, creció en un cuartel.

Trayectoria. Aprendió el cante en familia. Es el creador de la ‘soulería’, soul a ritmo de bulería. Cuando se traslada a Madrid, trabaja en el aeropuerto de Barajas cargando maletas. Graba su primer disco en 2006, ‘Pitingo con Habichuelas’, que apadrina Enrique Morente. Pitingo participó en la banda sonora de ‘Cándida’, con ‘Gwendolyne’, en versión flamenca. En 2007 estrena en el Teatro Calderón el espectáculo Soulería. En 2008 aparece el CD Soulería, editado por Universal, que estrena en ‘Cuéntame’, la serie de TVE. Ha participado en el videoclip ‘Moving’ de Macaco, con el que National Geographic conmemora el Día de la Tierra. Con Luis Fonsi grabó ‘Y Dios nos ayudará’ y con Juan Gabriel, ‘Quiéreme mucho’. En 2015 participa en el jurado del talent show ‘Insuperables’, en TVE. Ha recibido numerosos premios: El Ondas de la música 2008, Premio Cadena Dial 2011, Cofrade del Flamenco, entre otros muchos más.

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