‘Inocentes’, el resumen semanal: Fantasmas del pasado

  • El avance semanal de los capítulos de Inocentes.
  • Qué ha pasado en los últimos capítulos de Inocentes.
  • Inocentes: todo sobre la serie.
  • Quién es quién es Inocentes, la serie turca de Antena 3

        Después de la accidentada pedida de mano de la noche anterior, Han habló con Esat y le explicó el problema de Gülben. “Ella suele hacerse pis cuando tiene una crisis nerviosa. Lo que pasó anoche no fue la primera vez”, le contó con la mayor calma posible. Luego de hablarle con la verdad, el chico le manifestó a su amigo que estaba en todo su derecho de dejar a su hermana si lo consideraba, pero le aseguró que nunca encontraría a otra mujer que le quisiera tanto: “Tú sabrás si la amas tanto como decías”.

        Tras reflexionar, Esat se presentó en casa de Gülben y dijo que lo que sentía por ella está por encima de su “problema”. Eso si, le pidió que accediera a ir al psicólogo para curarse y poder tener una vida normal juntos: “Sé que puedes hacerlo si dejas que te trate un especialista”. La joven aceptó y se reanudaron los planes de boda.

        La ilusión de Safiye por los suelos

        Al caer la noche, Esra organizó junto con Rüya y el resto de mujeres del vecindario la noche de henna para Gülben. Esta disfrutó como una niña pequeña de la fiesta. Por primera vez en mucho tiempo, la futura novia rió y bailó como nunca. Su sueño se estaba cumpliendo.

        Por su parte, Safiye estaba muy ilusionada con la llegada de Naci. Había descubierto que el profesor tenía guardado un anillo, por lo que pensó que le pediría que se casase con él.Cuando este le dijo que tenía algo muy importante que hablar con ella, la mujer se ilusionó creyendo que su pedida de mano estaba a punto de caer. Sin embargo, lo que el profesor anunció es que montaría una librería en el barrio.

        Paralelamente, Ceylán regresó de nuevo a la vida de Han. La chica comenzó a telefonear a los allegados de su exnovio para interesarse por su estado. Derenoglu, que no quería saber nada de ella, llegó hasta la puerta de su casa para pedirle que no le buscase. Estaba a punto de llamar al timbre, pero algo le hizo dudar. Rüya, que le había seguido, observó la escena escondida.


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