Utilicé la copa menstrual por primera vez y esto fue lo que pasó

«Pásate a la copa» o «La copa me ha cambiado la vida por completo» son frases que llevo, desde hace varios meses, escuchando a tutiplén. Al menos, una vez al día, alguien, dice en alto como si se tratase de un cántico: «En serio, debes probarla» con gesto muy serio.

Yo, que era algo reacia por varias razones decidí que había llegado el momento de cambiar los métodos tradicionales (que, sinceramente no me convencían del todo) por este pequeño artefacto rosa que prometía ser la solución a -casi- todos mis problemas.

Desde que nos enteramos de que había una copa llamada Ziggy Cup con la que se podían mantener relaciones sexuales, nuestra vida no ha sido la misma. Este modelo prometía hasta 12 horas de protección contra el sangrado, con un ‘plus’ muy alabado para las más escrupulosas. Adiós a las sábanas manchadas si querías dejarte llevar durante estos días del mes. El invento (corrijo, inventazo) del siglo. Y allá que fui, rauda y veloz, dispuesta a probar esta nueva copa. Y no todo fue cómo pensaba.

Ziggy se trata de una copa para mujeres con cierta experiencia. Si eres primeriza, olvídate de ella (y de su ‘plus’ añadido). Su forma es distinta a la que estamos acostumbradas, tiene forma de bolsa y se coloca cerca de la cérvix. Una vez allí, te puedes olvidar de ella. Su membrana fina, resistente y flexible hace que la regla no sea un impedimento a la hora de mantener relaciones. Sin embargo, no llegué tan lejos. Aunque lo intenté varias veces, Ziggy se me resistía. Ni las posturas que Internet me recomendaba (que nada tenían que envidiarle al Circo del Sol) ni el raciocinio común consguieron el éxito. Llegué a pensar que algo no estaba bien, no con la copa, sino conmigo misma. Era imposible que a todas las mujeres de mi entorno les funcionara menos a mí. Finalmente, no fui capaz de colocarla de forma correcta, por lo que mis esperanzas desaparecieron en un santiamén. Ni copa, ni sexo durante ‘esos días del mes’, pero no me daría por vencida.

¿Moraleja? Ziggy seguro que es fantástica cuando dominas algo el arte (porque sí, es casi un arte) de la copa, no obstante, si eres primeriza, no es tu mejor compañera.

Algo tenía claro: de ninguna de las maneras posibles me perdería los beneficios de la copa. ¿La solución después del primer (y drmáticamente) y fallido intento? Encontrar una copa para principiantes. Y sí, existe.

Se llama Lily Cup One y es la mejor amiga de cualquier chica que quiera empezar a usarla. Es pequeña, manejable y se pliega de manera magistral. Solo tienes que hervirla durante tres minutos para poder ponértela (siempre al principio y al final del período, cuando la sacas de su estuche y cuando la guardas). ¡Voilà! Mis preocupaciones se habían acabado. Era imposible que me fuese mal con una copa para principiantes.

Error. Después de mil y un intentos, no consegúia introducirla. Puse el grito en el cielo, las manos en la cabeza. No podía ser. Otra vez no. Acudí al señor Google y en efecto, la estaba introduciendo mal. Tal y como cuenta Moderna De Pueblo en su viñeta, la clave es la colocación. Una vez que lo consigues, está todo hecho. ¿Un truquito? Debes doblarla de lado.

Y por fin se hizo la magia. Reconozco que la colocación debe mejorar, pero al tratarse de la una sensación nueva, no te debes agobiar: poco a poco. La práctica hace la perfección y conforme vaya pasando el tiempo, conseguirás convertirte en una auténtica maestra (al menos, eso creo y espero yo). Lo mejor de este modelo de copa es que tiene una pequeña portuberancia que te ayuda a sacarla (por si tienes miedo de que pierda por ahí dentro). Es totalmente higiénica y solo tienes que enjuagarla cada vez que la sacas. Dependiendo de tu flujo menstrual, podrás llevarla más o menos horas. No obstante, bien colocada, dura mucho y ni siquiera la notas.

¿Qué aprendí con la copa?

Lo cierto es que, además de ser la alternativa más higiénica y respetuosa con el medioambiente disponible en el mercado, te permite aprender mcuho de ti misma, tu menstruación y qué sangrado tienes en las diferentes etapas de la regla. Utilizándola, tuve más consciencia de los dolores de tripa e incluso, puedo afirmar que tuve menos que en otras ocasiones (aunque puede que esto fuese pura casualidad).

¿Cuáles son las preguntas más frecuentes?

«¿Duele?», «¿La puedo llevar mientras hago deporte?», o «¿Qué talla debo elegir?» son las dudas más frecuentes. Según el I Estudio sobre Salud Íntima de INTIMINA, un 57% de las jóvenes asegura»haber sufrido efectos negativos en su cuerpo por el uso de tampones y compresas», de estas un 37% «afirma haber experimentado reacciones alérgicas, mientras que un 65% asegura haber sufrido molestias». Por lo que la copa se presenta como la alternativa con menos impacto, en todos los sentidos, a la hora de elegir un método en los días de menstruación.

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