Ingrid Sartiau, la mujer que asegura ser hija ilegítima del Rey Juan Carlos I
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Ingrid Sartiau lleva dos décadasdetrás del rey Juan Carlos I.Su vida siempre ha estado marcada por la ausencia de su progenitor, que ella asegura que no es otro que el padre del rey Felipe VI. Hace tan solo cuatro meses, esta ciudadana belga viajó hasta Madrid para ver, por primera vez, al que ella asegura que es su padre. Don Juan Carlos volvía a España después de dos años en Abu Dabi y se reunía con su heredero en la Zarzuela.Aunque no es la única que asegura ser hija del monarca. En el plató de ‘¿Quién es mi padre?’, Albert Solá también reclamaba ser hijo ilegítimo del Rey Emérito antes de fallecer en un bar cercano a su puesto de trabajo.
Ella, junto con decenas de cámaras esperaba fuera para ver cara a cara al que ella considera su padre. Fue en el año 2012, cuando su madre le dijo que su padre era el rey Juan Carlos, desde ese momento ella lleva luchando para conocerlo y despejar todas las dudas sobre su identidad.
La teoría de Ingrid ha tomado más fuerza con el nacimiento de su nieto, que considera que se parece mucho tanto al rey emérito como al actual Rey de España. «He tenido que terminar tomando antidepresivos, he engordado 30 kilos, solo el nacimiento de mi nieto me ha sacado un poco de este pozo. Me ha constado tres meses en un clínica», explica la ciudadana belga muy emocionada después de ver pasar en coche al Rey.
La supuesta historia de amor entre su madre y el rey Juan Carlos comenzó en el año 1956 cuando la madre de Ingrid comenzó a trabajar como nodriza para una familia de la nobleza belga los Merode. Con tan solo 18 años, la madre de Ingrid conoce al por aquel entonces Príncipe de España cuando Juan Carlos acudía al castillo como invitado de sus anfitriones.
Así lo cuenta Huguette la tía de Ingrid, hermana de su madre: «Mi hermana me decía que había conocido a un chico muy guapo, muy amable y que quería volver a verla, que ella le dijo que por qué no. Tuvo un flechazo con mi hermana, allí fue donde se conocieron y donde comenzaron a verse, como es lógico de manera secreta porque ella era gobernanta y él era entonces un príncipe».
Sin embargo, cuando el programa ‘Quién es mi padre’ visita el castillo no hay registros de que el rey Juan Carlos hubiese estado en este palacio. Sin embargo, contrasta con el mensaje que recibió por Facebook Ingrid de uno de los miembros de la familia Merode en la que aseguraba que ella era hija del rey emérito. Fue en 2017 cuando Paul de Merode escribe este mensaje a Ingrid.
¿Cómo se enteró de que era don Juan Carlos?
Al principio ella no sabía que era un Príncipe, pero un día cuando se encontraron en un hotel de una ciudad belga, una persona de la cocina de dicho establecimiento le comunicó a la madre de Ingrid que con quien se estaba alojando era el Príncipe. Ella salió huyendo, «se asustó», relata su hermana.
En 1965, cuando el rey emérito ya estaba casado con la Reina Sofía, nacería Ingrid, la que según las palabras de la protagonista sería la hermana de las infantas Elena, Cristina y el rey Felipe VI. Durante los primeros años de vida de Ingrid su madre la mantuvo oculta, viviendo incluso alejada de ella por miedo a que alguien pudiera arrebatársela.
Una infancia de lujo
Durante unos años, Ingrid vivió al cuidado de una mujer que la mantenía controlada en una pequeña aldea. Con el tiempo, y sin explicación alguna, Ingrid volvería a estar al cuidado de su madre y esta vez con unos lujos que su madre claramente no podía permitirse. Según cree la tía de Ingrid, su hermana recibía a escondidas dinero por parte del rey emérito: «Venían a verlas personas importantes, a asegurarse de que la niña estaba bien, yo creo que Juan Carlos intentaba saber de ella, creo que en el fondo la quería».
«Nos fuimos a vivir a una pequeña casa de campo. Mi madre no se podía permitir la manera en la que vivíamos. Conducía un Alpine, durante un tiempo tomó clases de aviación. Yo pude tomar clases de equitación. Teníamos a un jardinero. Incluso tenía una niñera. Muchos animales, todo eso necesita un mantenimiento. Después ella empezó a trabajar y se entendía, pero antes no», explica Ingrid.
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