Ana Botín: Esto nadie lo sabe pero perdí una niña y decidí cambiar mi vida
“Presidenta de Banco Santander. Estar bien para poder hacer más. Mi familia, el banco, mis amigos/as, Cantabria y el desarrollo sostenible del mundo”, así se presenta Ana Botín, la octava mujer más poderosa del mundo según la revista Forbes, en la cuenta de Instagram que abrió hace apenas cinco meses. Y esa manifiesta preocupación por lo poco sostenible que está siendo el desarrollo del mundo es el motivo por el que Jesús Calleja la eligió como primera invitada de la séptima temporada de Planeta Calleja.
Su familia, el banco, no “su banco” como le recalcó a Calleja, y, Cantabria, fueron la columna vertebral de una entrevista en la que descubrimos facetas desconocidas de Ana Botín.
"Esto nadie lo sabe pero perdí una niña y decidí cambiar mi vida"
La confesión más dura e inesperada llegó mientras la presidenta del Banco Santander explicaba cómo había vuelto a España tras nueve años trabajando en Estados Unidos. Tras ese golpe tomó una decisión que, al contrario que casi todo en su vida, no estaba plenamente planificada.
“Yo no podría haber hecho ni la mitad de lo que he hecho sin Guillermo”
Guillermo es Guillermo Morenés, su marido desde 1983. Lo conoció en una fiesta cuando tenía 18 años y le pidió matrimonio por teléfono: “si no nos casamos, esto va a ser muy difícil”, le dijo. Tienen tres hijos de 33, 32 y 28 años y mantienen una relación a distancia, ella vive en Madrid y él en Londres. Para verse hay que hacer un hueco en la agenda de la mujer más ocupada de España.“Tengo tres años agendados”, admite, para sorpresa de Calleja. “Cuando nos casamos decidimos que la familia, la casa, los hijos, siempre lo íbamos a compartir todo al cincuenta por ciento. Si no no habría podido hacer mi trabajo", confiesa recalcando la importancia de su marido al que reclama ante la cámara para preguntarle qué clase de árbol es el que tiene delante "porque él es ingeniero agrónomo", musita orgullosa. “Por lo general, la mujer siempre asume más responsabilidad que el hombre, al hombre le cuesta y eso tenemos que cambiarlo”. “Nosotros estamos juntos desde el primer día porque nos respetamos”, añaden y reconocen que no siempre están de acuerdo.
“Como padre era buenísimo, como jefe tuvo sus más y sus menos”
Alguno de esos más y esos menos de la relación entre Ana y Emilio Botín son de sobra conocidos. Tras un reportaje publicado en El País Semanal en el que se afirmaba que sería la presidenta del BSCH, la fusión entre el Banco Santander y el Banco Central Hispano, su padre la despidió. “Lo mejor es que recojas tus cosas y te vayas”, le dijo. “O Ana se va o no hay operación” exigieron desde el Central Hispano. Afirma que aquello la dejó "regular" y que “aprendió mucho”. Tras el despido montó un fondo de inversión por su cuenta y tuvo tres años de éxitos hasta que su padre la reclamó de nuevo. ¿Cuánto tiempo tengo para decidir? preguntó. “Ahora mismo”, fue la respuesta de Emilio Botín.
“Mi madre siempre está conmigo”
Reconoce a su madre, Paloma O’Shea, como su la mayor influencia de su vida. De origen irlandés, educó a su hija de una manera avanzada para los tiempos que vivía España. Ana Botín se fue a Ginebra con 13 años sin nostalgia. Era aventurera, le gustaba la novedad y vivir en el internado y no se sentía sóla porque su madre “siempre estaba allí”. Despues de Ginebra llegaron Inglaterra, Francia y Alemania "para aprender alemán" y luego Estados Unidos donde permaneció nueve años. Estudió económicas, pero quería ser periodista. Su tía, la periodista Covadonga O’Shea la convenció que no era buena idea.
“Yo no tengo un banco, soy responsable de un banco”
Su trabajo es lo más importante de su vida, aunque sin descuidar la familia, recalca. El volumen de su agenda y sus desplazamientos sorprende hasta a un trotamundos como Calleja que se divierte ante la severidad de su disciplina. Se levanta a las cinco y media y se acuesta pronto porque “las horas que duermes de diez a doce valen el triple”. Los horarios "demasiado españoles" del presentador les llevaron a algún divertido desencuentro. Hasta para el rubio aventurero la vida de Botín es demasiado espartana. No bebe, no fuma y practica golf y treking para mantenerse en forma. Es competitiva e incapaz de desconectarse de su trabajo. “Me prometiste que habría wifi” le espeta ante la mínima sospecha de perder contacto con el mundo. ¿Lo que peor lleva en el trabajo? "Cuando veo que algo se puede hacer mejor en menos tiempo".
“Me sorprende que haya personas que cuestionen que yo pueda ser feminista”.
Para Botín feminismo es“apoyar la igualdad de oportunidades”. Y recalca la importancia de no mirar la raza ni el género. Sabe de qué habla, durante sus inicios en un mundo tan eminentemente masculino como era el sector bancario en los ochenta los hombres la interrumpian constantemente y se sentía frustrada por no poder opinar. Ahora es ella la que interrumpe, es consciente y se disculpa por ello. Aún hoy la presencia de las mujeres es casi testimonial, en la última gran reunión del sector en la que estuvo presente había 100 bancos representados y sólo tres mujeres. “Para cambiar el papel de las mujeres hay que contar con los hombres”, añade, “porque los hombres sois los que mandáis en el mundo”.
El cambio climático
Se crió sabiendo que no era una niña normal. Un escolta la llevaba en coche al colegio aunque estaba a pocos metros y ella pedía ir andando los últimos metros para sentirse como las demás. Ahora tampoco es una mujer normal y su posición le permite marcar la diferencia. “A mí el tema del cambio climático me parece súper importante” afirma mientras pasea por el asentamiento desde el que Erik el Rojo partió por primera vez a América con una temperatura digna de Benidorm. No tiene dudas de que estamos viviendo un problema global: “lo estamos acelerando los humanos, el 98% de los científicos lo están diciendo". Y se interesa por cómo se puede ayudar a frenar algo que parece irreversible. “Es más importante de lo que yo pensaba. Hay que pasar a la acción. Tomar decisiones y cambiar hábitos".
"He hecho más cotilleos contigo en tres días que con Guillermo en 30 años"
¿El más goloso? Que tras un encuentro con la familia real Británica William y Kate le confesaron que Cantabria era el sitio más bonito de España. A ella no hace falta que se lo juren, lo repitió durante todo el programa: "Cantabria es el mejor lugar del mundo".
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