La reina Isabel II, furiosa y destrozada por la actitud de Harry y Meghan
El anuncio de los duques de Sussex de abandonar su papel en la familia real ha conmocionado más allá de las fronteras de Reino Unido. Sin embargo, quienes más afectados se han visto por la noticia han sido los componentes de la Corona británica, especialmente, la reina Isabel II.
El príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, emitieron a través de su nueva página web y redes sociales un comunicado donde expresaban su intención de renunciar a sus obligaciones reales. El periodista Tom Bradby–autor del documental que los duques grabaron durante su viaje a Sudáfrica–fue el primero en dar la información y recibió una contestación desde Buckingham que la negaba; hasta que finalmente fueron los propios Meghan y Harry quienes se encargaron de confirmar su decisión.
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Ahora, a la impactante revelación, se suma el desconocimiento de la reina, el príncipe Carlos y el príncipe William, que se enteraron de la declaración cuando salió a la luz en las redes sociales y a través de las noticias de televisión, según afirma la edición estadounidense de Vanity Fair. Es decir, a la vez que el resto del mundo.
Además de trasladar el sentimiento de "decepción" que se vivió ayer en Buckingham, una fuente real de alto rango ha contado a la publicación que "hubo conversaciones durante las vacaciones de Navidad entre la pareja y la familia, por teléfono porque los Sussex estaban lejos, pero fueron conversaciones muy tempranas, no se había acordado nada".
Como la propia reina explicó en su comunicado, "las discusiones con el duque y la duquesa de Sussex están en una etapa temprana" por lo que es muy pronto para saber cómo se desarrollarán los próximos días respecto a este asunto, pero su intención de ser "financieramente independientes" puede entrar en conflicto con su otro plan de mantener el ducado.
También el equipo de relaciones públicas de los duques desconocía la situación. Este mismo martes, Vanity Fair USA, preguntó si la visita de la pareja a la Casa de Canadá fue una "precuela" de un anuncio más grande, a lo que el personal de Harry y Meghan insistió en que no había un anuncio importante pendiente.
Las fuentes de palacio describen a la reina como "furiosa" y "destrozada" durante las últimas horas, y señalan que ha habido diferencias entre su Majestad y la pareja desde el momento de la boda: "La Reina ha sido bastante lastimada por algunas de las acciones de Harry, particularmente en la época de la boda. Ella siente que ha hecho todo lo posible para allanar el camino para ellos, pero esto podría ser el colmo”.
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