Silvia Mars\u00f3: \

  • Silvia Marsó repasa su vida y trayectoria junto a Rosa Villacastín.
  • Silvia Marsó quiere conquistar Broadway con ’24 horas en la vida de una mujer’.

    Es una de las actrices más completas de nuestro país. Prueba de ello son sus muchos éxitos con obras en las que ha demostrado que domina todos los géneros: comedia, drama, espectáculos de mimo, infantil, musical, canto, danza, verso, acrobacia y expresión corporal.

    Todo ello le ha permitido trabajar tanto en televisión, cine, en series tan exitosas como ‘El secreto de Puente viejo’, o en el teatro con obras como: ‘El Zoo de Cristal’, ‘Yerma’, ‘La Casa de Muñecas’, ‘Doña Rosita, la soltera’, ‘La Gran Sultana’ y ’24 horas en la vida de una mujer’, del escritor Stefan Zweig, así como en ‘El gran mercado del mundo’, de Calderón de la Barca.

    Una carrera brillante por la que ha tenido que renunciar a sustanciosas ofertas televisivas, porque más que el dinero lo que siempre ha buscado es la credibilidad en su trabajo, como actriz y como productora. Silvia tiene previsto llevar a Broadway ’24 horas en la vida de una mujer’, la próxima primavera. Un reto más para una actriz que desde niña tuvo claro que su pasión era la interpretación. Repasamos con ella su vida y su trayectoria profesional y esto fue lo que nos contó la actriz catalana.

    ¿Fue premonitorio que su primer papel fuera ‘Los derechos de la mujer’, de Alfonso Paso?

    Fue con la compañía de Vicky Lusson, cuando yo era una adolescente.

    ¿Cómo recuerda aquella experiencia?

    Como un aprendizaje, porque yo había estudiado en La Escuela de Pantomima del Instituto del Teatro de Barcelona, y todo lo que había hecho era muy gestual, y en esa obra tuve que enfrentarme a hablar en público, que era muy diferente.

    Hablamos de 1976, cuando a la mujer se le trataba como ciudadana de segunda.

    No tiene nada que ver con la imagen de la mujer actual. Ahora tenemos derechos que antes no existían. Entonces la mujer no podía comprarse un piso ni abrir una cuenta corriente sin el permiso del padre o del marido. Hemos logrado muchas cosas pero queda mucho por andar.

    ¿Qué nos queda por conseguir?

    La igualdad real, tener los mismos sueldos que los hombres realizando el mismo trabajo, por ejemplo; romper definitivamente los techos de cristal, para que los puestos directivos en las grandes empresas no sean siempre para los hombres, ya que aunque es cierto que hay muchos puestos intermedios importantes que ocupan mujeres, los grandes centros de poder los ocupan ellos.

    «En el cine, a partir de los 45 años, no hay papeles de mujeres protagonistas»

    ¿Ocurre igual en el mundo del espectáculo?

    Un poco menos que en las grandes empresas pero también pasa, sobre todo, en lo que afecta a la diferencia salarial. Yo pertenezco a CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas en Medios Audiovisuales, que estamos luchando por la igualdad de oportunidades en los premios que se conceden en los festivales sobre películas ya rodadas, y en los que trabajan actrices muy buenas; sin embargo, los premios se los conceden más a los actores que a las actrices.

    ¿Sigue habiendo discriminación?

    No quiero decir que haya una discriminación voluntaria, pero es indudable que los hombres son los que manejan los jurados de los festivales, así como los productores las películas que se van a producir. Está claro que priorizan aspectos que ellos ven desde otro ángulo.

    ¿Cómo se puede luchar contra esa tendencia?

    A través de la asociación, de CIMA, a través de la cual se da a conocer la desigualdad que existe a los medios de comunicación, a los periodistas, para que sean conscientes del problema. También hacemos análisis de por qué ocurre esto, pero sin ir en contra de nadie, sólo buscando la igualdad, no sólo en el ámbito de las directoras, también de las actrices. El problema de las actrices es que, a partir de los cuarenta y cinco años, ya no hay papeles de protagonistas. Hay excepciones: en ‘El secreto de Puente Viejo’, yo interpreto a una mujer de 50 años.

    No es la única vez que interpreta a una mujer madura.

    No, no, en la serie ‘Merlí’, que ha sido un bombazo a nivel internacional, también interpreto a una mujer madura que es la tía de uno de los protagonistas que interpreta Pablo Capuz.

    El teatro está repleto de papeles de mujeres y actrices maduras.

    En el teatro sí, a mí, por ejemplo, el teatro me ha dado mucho más que el cine o lo audiovisual, porque me han dado la oportunidad de interpretar a personajes extraordinarios que son emblemáticos en cualquier carrera. Es lo que me ha permitido crecer.

    «Los premios se los conceden más a los actores que a las actrices»

    En 24 horas en la vida de una mujer, no sólo es la protagonista, también la produce.

    Es la única que he producido en solitario porque era un triple reto para mí, ya que se trataba de adaptar una novela de Stefan Zweig, un gran autor pero del que nunca se había llevado una obra al teatro, y menos con música en directo, en la que los personajes interpretábamos canciones. Una obra con un formato de teatro musical, sólido, profundo, que no se había hecho nunca en España.

    Se atrevió pese a las dificultades que entrañaba.

    Porque ningún productor quiso hacerlo, y tuve que tomar la decisión de producirla yo sola. Escuché la música en París, y pensé que sería una gran obra teatral. En esta aventura, contaba con Ignacio García que es el actual director del Festival Internacional del Teatro Clásico de Almagro. Era el único que podía hacerlo, y cuando conté ya con él, me lancé.

    «A los hijos hay que darles todo cuando estás con ellos»

    Sin red pero con ilusión, ¿no es así?

    Sí, porque pensé, por qué el público español no puede ver cosas distintas. Hemos hecho 150 representaciones por toda España, y me han nominado al Premio Valle Inclán 2019 y a los Premios de Teatro Musical como actriz protagonista.

    Como productora, ¿ha ganado o perdido dinero?

    Desde que se estrenó en La Abadía, en 2017, he ganado, pero he dado trabajo a más de 30 personas, y durante dos años a unas 13 las he tenido en nómina.

    ¿Personalmente qué le ha aportado?

    Haber hecho una obra de Stefan Zweig, con un trasfondo que habla de la condición humana, y de algo que está tan de moda como es la filosofía, en un momento en que todo va muy rápido con las redes sociales, me ha dado muchas satisfacciones.

    Como actriz, ¿qué ha descubierto?

    Que interpretar a una mujer madura que se enamora de un chico joven y que es capaz de renunciar a todo por un amor durante 24 horas, era un doble reto. Se trataba de interpretar a un personaje dramático con momentos lúdicos, y cantando, que no es fácil.

    ¿No tuvo miedo al fracaso?

    No, lo que más me preocupaba no era el dinero, era cómo no quedarme afónica.

    Va a llevar a Broadway ’24 horas en la vida de una mujer’.

    Estuvimos a punto de ir a Nueva York en noviembre pero falló un tema de visados, ya que con las nuevas políticas están poniendo muchas trabas a todo lo hispano. Y yo era la única semana que tenía libre porque estoy rodando ‘El secreto de Puente Viejo’, lo que nos ha obligado a posponer el viaje hasta mayo. Una lástima porque en NY estaba todo vendido.

    ¿A qué otra mujer le gustaría dar vida?

    Me gustan muchas, pero especialmente ‘Madame Bovary’, una novela que me gustaría llevar al teatro.

    «Me gustaría dar vida a ‘Madame Bovary’, una novela que me encantaría llevar al teatro»

    Lleva la interpretación en vena.

    Desde que con 10 años vi ‘El espíritu de la Colmena’, de Víctor Erice, en la que trabajaba Ana Torrent. No entendí el mensaje porque era muy pequeña pero sí que pasaban muchas cosas. Es una película que veo cada diez años, y a medida que voy avanzando como ser humano me fijo en otras cosas y me sigue pareciendo maravillosa.

    ¿Usted cómo logró compatibilizar el trabajo con la maternidad?

    A mí no me costó porque en aquella época hacía mucho teatro, y mi trabajo empezaba cuando el niño se iba a la cama, otra cosa es cuando haces una serie que te ocupa todo el día. Y durante las giras, como las hacemos los fines de semana, te puedes llevar a los hijos contigo.

    ¿A los 10 años se pueden tener las ideas claras?

    Fue un flechazo. Llevo luchando desde los 9 años, y he tenido que renunciar a muchas cosas para seguir mi camino, por ejemplo, hubo una época en la que las televisiones privadas te pagaban una millonada por presentar programas, porque entonces no había series, sólo concursos.

    ¿Por qué no aceptó?

    Porque no quería encasillarme y porque si lo hacía, después nadie iba a creerme cuando hiciera ‘Yerma’. Y yo quería ser actriz y concentrarme en la interpretación.

    Una actriz me dijo que no le gustaría morir en un escenario.

    A nadie, pero mi ideal sería llegar a la vejez como Maggie Smith, trabajando, mis edades son las edades de mis personajes, lo tengo muy asumido.

    «Desde los 9 años llevo luchando por ser actriz»

    ¿Cuál sería el balance de su carrera?

    Valoro que nunca he perdido la ilusión, que sigo intentando mejorar con humildad.

    Ava Gardner le dio un consejo, ¿lo ha seguido?

    Por supuesto que sí, porque me enseñó que en esta profesión nunca tenemos las cosas conseguidas y que hay que apostar por lo más difícil, e intentar mejorar como artista.

    ¿Dónde se conocieron?

    En el rodaje de la serie ‘Harem’, de la BBC, que protagonizaban ella y Omar Sharif. En un descanso del rodaje salí a tomar el aire y me acerqué cuando estaba fumando junto a su roulotte para preguntarle qué consejo me daría, puesto que ese era mi primer papel, muy pequeño, en una coproducción internacional. Me dijo que: En esta profesión no se llega nunca.

    ¿Algún otro recuerdo especial?

    Me sorprendió el nivel del catering con una comida excelente y el trato que nos daban.

    ¿La conciliación sigue siendo un handicap para la mujer?

    Por mucho que hayamos avanzado aún existen trabas, ya que mayoritariamente la mujer es la que más se ocupa de los hijos, la casa, la logística, algo que los hombres deben aprender a llevar, aunque hay muchos que lo intentan pero no les sale porque no está en sus genes atender tantos asuntos a la vez.

    ¿Qué es más importante calidad o cantidad de tiempo que se dedica a los hijos?

    La calidad es importante, porque si lo dejas todo para volcarte en ellos, lo notan. Hay que darles todo cuando estás con ellos.

    Hay momentos en que nos convertimos en padres de nuestros padres.

    Así es, yo tengo claro que si nuestros padres han dado su vida por nosotros a nosotros nos corresponde atenderles de una forma altruista y generosa.

    «La fama o el éxito son efímeros»

    ¿De qué se siente más orgullosa?

    En lo personal, de haber sido desde pequeña generosa con mi madre, de cuidarla, dándole lo mejor del mundo, y cuando he sido madre, volcándome en mi hijo. No por ser actriz he priorizado mi carrera por delante de mi hijo o de mis seres queridos.

    ¿Y en lo profesional?

    De haber llegado donde he llegado, porque creo que la solidez de los cimientos es lo más importante en esta profesión, o al menos lo que te proporciona el reconocimiento de los compañeros y de los directores.

    Cuál es la clave del éxito

    La fama o el éxito son efímeros. Lo importante es tener preparación y humildad para que cada paso sea gratificante para ti y no te creas el centro del mundo sin haber hecho un sacrificio previo.

    «¿Mi asignatura pendiente? Aprender bien inglés y ser más constante en el gimnasio»

    ¿El físico cuenta a la hora de encontrar trabajo?

    No sé qué decirte porque un actor tiene que interpretar a personajes diferentes, de todo tipo, de todas las edades. Sí creo que el actor está menos condicionado por el físico que nosotras a la hora de conseguir trabajo.

    ¿Alguna asignatura pendiente?

    En lo profesional, ninguna, porque he tenido la suerte de practicar todos los estilos tanto en cine como en teatro o televisión. Quizá aprender bien inglés y ser más constante en el gimnasio.

    ¿Cómo son 24 horas en la vida de Silvia Marsó?

    Me levanto temprano, procuro leer, me gusta cocinar, organizar la casa y, si tengo tiempo, me gusta ir al teatro o ver alguna película subtitulada, voy mucho a exposiciones, tanto en Madrid como en Barcelona.

    Mi foto favorita

    «Esta foto en Nueva York con Marc Parejo y yo, el protagonista de ’24 horas en la vida de una mujer’, nos la tomaron cuando estábamos promocionando la obra».

    ¿Quién es Silvia Marsó?

    Nació. En Barcelona, el 8 de marzo de 1963.

    Trayectoria. A los 14 años se matricula en la Escuela de Pantomima del Institut del Teatre de Barcelona. Debuta como actriz profesional en la compañía de Vicky Lusson, con la obra de Alfonso Paso ‘Los derechos de la mujer‘. En 1984 rueda su primera película, ‘La escapada final’, junto a Francisco Rabal y Craig Hill. Aparece en series como ‘Segunda Enseñanza’, ‘Turno de oficio’, en ‘Un, dos, tres…’ Ha trabajado a las órdenes de Miguel Narros, Andrés Lima, Sergio Peris Mancheta, Adolfo Marsillach, José Tamayo, Jaime Chávarri, y ha protagonizado obras como: ‘El zoo de Cristal’, ‘Yerma’ y ‘Casa de Muñecas’, entre otras. En 2004 se inicia como productora teatral con obras como ‘Aquí no paga nadie’, ‘La puerta de al lado’ o ’24 horas en la vida de una mujer’, del escritor Stefan Zweig. En cine ha destacado en ‘La madre muerta’, ‘Amor, curiosidad, prozac y dudas’ y ‘Nosotras’, entre otras. Sus últimos trabajos: ‘El gran mercado del mundo’, de Calderón de la Barca, y la serie ‘El secreto de Puente viejo’.
    Familia. Tiene un hijo de 20 años, David.


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