4 preguntas que tienes que hacer a tu ginecólogo (aunque te dé vergüenza)

Ya sea porque le quitas importancia, porque no te ves hablando con un desconocido de estas cosas o porque, directamente, te da vergüenza, hay múltiples problemas ginecológicos (como las verrugas, el olor del flujo o las dudas con tu anticonceptivo) que nos “olvidamos” de comentar cuando estamos ante el ginecólogo. Pero todo (lasta las vergonzantes pérdidas de orina), tiene solución. ¿El primer paso? Confiar en tu ginecólogo, que te dará las respuestas adecuadas.

Mi flujo huele, ¿me pasa algo malo?

El flujo vaginal se produce por la salida de fluido desde las paredes vaginales y la suma del moco cervical, que sale desde el cuello del útero. El flujo normal de una mujer sana varía en cantidad y consistencia a lo largo del ciclo hormonal. Durante la primera mitad del ciclo hasta la ovulación es más líquido y abundante; mientras que en la segunda mitad es más escaso y espeso. En condiciones normales es incoloro y no tiene un olor fuerte. “Pero si se producen cambios en algunas de estas características: color (verde, amarillo, blanco grumoso) u olor (maloliente o a “pescado”) o aparecen síntomas como prurito vulvar o vaginal, se debe acudir al ginecólogo para descartar una posible infección”, advierte la dra. Ana Román, jefa de Servicio de Ginecología del Hospital Universitario La Moraleja.

La solución: Estas infecciones pueden ser debidas a un desequilibrio en la composición de la flora vaginal fisiológica que favorece el sobrecrecimiento de algunos microorganismos, como la candidiasis; pero en otras ocasiones se producen por un patógeno externo transmitido durante las relaciones sexuales. Si algo cambia o huele raro por ahí abajo, toca ir al ginecólogo para que te haga pruebas y descubras al culpable.

A veces se me escapa la orina, ¿tiene solución?

Una mujer sana no debe tener fugas de orina (y por si lo dudas una mujer que ha tenido hijos es una mujer sana, no normalices esas pérdidas de orina por haber estado embarazada). Siempre hay que consultar para saber por qué se producen esos incómodos escapes. Puede ser por relajación del suelo pélvico, el uso de ciertos medicamentos, estrés o vejiga muy reactiva a las sensaciones. Casi todos los casos tienen solución, o al menos, mejoran con los tratamientos.

La solución: El ginecólogo es el facultativo que realiza la valoración del tipo de incontinencia y su “gravedad” para ofrecer a la paciente las opciones terapéuticas de que se dispone hoy día. Estas opciones varían desde los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, la fisioterapia, fármacos, el láser de CO2 o, en último término, la intervención quirúrgica.

¿Existe alguna forma 100% eficaz de evitar el embarazo?

Hay múltiples opciones de métodos anticonceptivos cuya eficacia se mide por el llamado Índice de Pearl (IP). A menor IP mayor eficacia de un anticonceptivo. Los métodos anticonceptivos disponibles pueden ser reversibles (métodos de barrera, hormonales, DIU de cobre) o irreversibles (ligadura tubárica y vasectomía). Los irreversibles son los que ofrecen una seguridad anticonceptiva del 100%.

La solución: “Una mujer de 30 años sin hijos no debe optar por la ligadura tubárica como método anticonceptivo ya que existen otras opciones reversibles muy eficaces, como el DIU de levonorgestrel entre otros. Los métodos irreversibles están indicados cuando una mujer o un hombre ya han cumplido sus deseos genésicos completos”, explica la dra. Ana Román. Si esa mujer desea una máxima seguridad anticonceptiva, “yo le recomendaría el uso de LARC (Long Acting Reversible Contraception). Ningún método es seguro al 100%, pero los LARC tienen tasas bajísimas de embarazo, menores al 1%”, asegura la dra. Mercedes Herrero Conde especialista en Ginecología y Obstetricia en HM Hospitales.

Me ha salido una verruga, ¿es grave?

Las lesiones vulvares son muy variadas, por eso hay que consultar siempre que nos aparezca una para conocer de qué se trata. “Algunas aparecen por una infección: VPH, molusco contagioso, herpes genital, sífilis… En otras ocasiones son reflejo de enfermedades generales, como algunas reumatológicas o afecciones dermatológicas. Incluso existen lesiones que pueden ser malignas: melanoma, cáncer de vulva”, advierte la dra. Mercedes Herrero Conde.

La solución: Aunque la aparición de verrugas en la vulva no indica necesariamente que se trate de condilomas, es necesario acudir a la consulta del ginecólogo para establecer un diagnóstico adecuado. “Los condilomas son verrugas producidas por la infección de los serotipos de bajo riesgo 6 y 11 del Virus del Papiloma Humano (VPH) y pueden estar presentes en los labios mayores y menores, en la horquilla vulvar, en la región perianal, en la vagina o en el cérvix”, expone la dra. Ana Román.

Existen múltiples tratamientos que dependen del tamaño y la extensión de los condilomas. Entre ellos se encuentran los tratamientos locales en forma de pomada o crema (citotóxicos o inmunomoduladores), la destrucción de los mismos mediante láser, crioterapia o electrocoagulación o la extirpación quirúrgica.

Si me pongo un DIU, ¿puede caerse?

“Este es un mito típico. El DIU está colocado dentro del útero. En pocas ocasiones puede desplazarse o incluso expulsarse. Para ello se realizan controles ginecológicos de rutina”, asegura la dra. Mercedes Herrero Conde. Esta duda de los anticonceptivos que «migran» también suele darse entre las usuarias del anillo vaginal, pero la realidad es que este anillo vaginal no ha de estar “colocado” de una forma concreta. Siempre que esté dentro de vagina realiza su función. Es delgado y flexible, por ello la pareja sexual no lo nota en las relaciones.

La solución: El DIU se coloca de tal manera que se dejan sus hilos visibles a través del orificio cervical externo para facilitar su posterior extracción que la pareja puede notar. Una visita el ginecólogo para «recortarlos» soluciona el problema.

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