Por qué Sophia Loren no firma su foto más célebre
Probablemente es una de las fotos más famosas de la historia del cine: Sophia Loren observando el vertiginoso escote de Jayne Mansfield mientras esta sonríe despreocupada mirando a cámara. La imagen fue tomada hace 60 años en el Hotel Romanoff de Beverly Hills y pronto dio la vuelta al mundo. Hoy tiene hasta su propia entrada en Wikipedia .
El encuentro de las dos actrices tuvo lugar durante la fiesta que Paramount Pictures organizó para dar la bienvenido a Hollywood a Loren, que venía de haber sido la estrella más fotografiada en el Festival de Cannes en 1955. Como aclaró la propia actriz en una entrevista a Entertainment Weekly , lo que debía ser un acto en su honor pronto se convirtió en una exhibición de Jayne Mansfield, una actriz que había surgido tras la estela de Marilyn Monroe y auténtica pionera de los "percances con vestuario".
"Vino directa a mi mesa", relató Loren en 2014. "Sabía que todos la estaban mirando. Se sentó. Ahí vi que estaba prácticamente… Mira, fíjate en la foto. ¿Dónde tengo puestos los ojos? Le estoy mirando los pezones porque temía que acabaran en mi plato. En mi rostro se puede ver el miedo. Estaba asustada ante la idea de que todo lo que había dentro de ese vestido estallase y se desparramara por encima de la mesa".
Otras imágenes del encuentro de Loren y Mansfield demuestran que a la italiana se le perdió la mirada en el escote de la norteamericana más de una vez en un duelo de sex symbols que ha quedado para la historia.
A día de hoy, la actriz de 83 años, que estrenó su última película, Nine, la versión musical del filme Ocho y medio, de Federico Fellini, en cines en 2009, reconoce que muchos fans siguen acercándose a ella para pedirle autógrafos. No faltan los que quieren su dedicatoria sobre la foto que protagonizó con Jayne Mansfield. Sin embargo, esa es la única que ella se niega a firmar. "No quiero tener nada que ver con esa imagen. Y también creo que sería una falta de respeto hacia Jayne Mansfield, que ya no está entre nosotros", ha explicado recordando que aquella rubia exhuberante falleció prematuramente en 1967. Alcoholizada, relegada por Hollywood y caída en desgracia profesional –acabó haciendo números de burlesque en clubes nocturnos–, murió en un fatal accidente de tráfico a los 34 años dejando tras de sí una estela trágica y una filmografía olvidable. Su mejor papel lo realizó aquella noche en el Hotel Romanoff, en el que por un momento robó todo el protagonismo a la gran estrella de la fiesta.
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