El secuestro que cortó la carrera de Duffy y que la ha apartado de la vida pública una década
Era 2008 y su tema ‘Mercy’ consiguió colarse en todas las listas de reproducción. Duffy estaba llamada a campar en el mundo de la música junto a voces como la de Amy Winehouse y Adele. En 2010 llegó a publicar un álbum con el que se intuía que sería una de las grandes voces británicas. Sin embargo, de la noche a la mañana, dejamos de saber de ella. La cantante desapareció del mapa. Ni un solo tema más. Ni una foto.
Ahora, ella misma ha narrado el calvario que sufrió. La pesadilla que truncó su carrera y que la ha mantenido en silencio hasta ahora, que se ha atrevido a contarlo en su cuenta de Instagram, junto a una foto en blanco y negro en la que aparece pensativa y mirando al suelo.
«No os podéis imaginar la cantidad de veces que pensé en escribir esto. La forma en la que lo escribiría, cómo me sentiría después. Bueno, no estoy completamente segura de por qué ahora es el momento adecuado, y qué es lo que me mueve a liberarme y hablar. No puedo explicarlo», comienza ese texto.
«Muchos de vosotros os preguntáis qué me pasó, dónde desaparecí y por qué. Un periodista me contactó, encontró la manera de comunicarse conmigo y le conté todo el verano pasado. Fue amable y me hizo sentir a gusto, así que, finalmente, hablé. La verdad es que, y creedme cuando digo que estoy bien y segura ahora, fui violada, drogada y mantenida cautiva durante algunos días«, suelta el bombazo.
«Por supuesto, sobreviví. La recuperación me llevó tiempo. No hay una forma amable de decirlo. Pero puedo decir que en la última década, durante los miles y miles días me comprometí a querer sentir la luz del sol en mi corazón nuevamente. El sol, ahora brilla», continúa la artista con el desgarrador relato.
Y lanza un par de preguntas a las que, inmediatamente, responde: «¿Te preguntas por qué no elegí usar mi voz para expresar mi dolor? No quería mostrarle al mundo la tristeza en mis ojos. Me pregunté, ¿cómo puedo cantar desde el corazón si está roto? Y lentamente se rompió».
«En las próximas realizaré una entrevista. Si tenéis alguna pregunta, me gustaría responderla en esa entrevista, si puedo. Tengo un amor sagrado y un sincero aprecio a vuestra amabilidad a lo largo de los años. Habéis sido amigos. Quiero agradeceros por eso», termina, antes de hacer un añadido: «Respetad que este es un gesto gentil por mi parte, para mí, y no quiero ninguna intrusión en mi familia. Por favor, apoyadme para hacer de esta una experiencia positiva».
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