La reina Isabel II se reúne con el príncipe Harry: Te queremos y siempre serás bienvenido de vuelta
Después de dejar Reino Unido de forma repentina en enero, el príncipe Harry y Meghan Markle van a llevar a cabo una última ronda de compromisos reales antes de que su separación de la familia real se haga oficial el próximo 31 de marzo. Harry ha realizado su viaje transatlántico antes de la llegada de su mujer para lanzar una iniciativa de viajes sostenibles y asistir a una sesión de grabación de un sencillo promocional para los Juegos Invictus, que llevó a cabo la semana pasada. Pero de acuerdo a una información publicada ayer por The Sun, también ha empleado su tiempo en Inglaterra para calmar las tensiones en la familia real después de las tirantes conversaciones conversaciones sobre la salida de la pareja. El periódico relata que Harry dio una paseo desde su casa de Frogmore hasta el castillo de Windsor para visitar a su abuela la reina Isabel II el pasado domingo.
“La reina tenía mucho de lo que hablar con Harry y fue el momento perfecto para que ambos pudieran aportar su visión”, le contó al periódico una fuente real. “Cuando Harry y Meghan anunciaron que querían dejarlo, todo sucedió muy deprisa y fue muy estresante para todos los involucrados. El domingo fue la primera vez que la reina tuvo la oportunidad de hablar con harry a solas y enterarse verdaderamente de cuáles son sus planes. Fue un ambiente mucho más relajado y ambos pudieron decir lo que pensaban”.
En abril de 2019, Meghan y Harry se mudaron a Frogmore Cottage, una casa en Windsor con cinco habitaciones, a tiro de piedra desde la residencia de fin de semana de la reina. La información que trascendía en ese momento apuntaba el deseo de Meghan de salir de la ciudad -su anterior residencia en el palacio de Kensington está en medio de una bulliciosa zona de Londres- pero el hecho de que vivieran cerca de la persona a la que Harry llama ‘abuelita’ tuvo que ser un punto decisivo. Frogmore está tan cerca del castillo que esa mudanza causó problemas de aparcamiento al personal.
Cuando la pareja anunció su decisión de hacer de América del Norte su residencia principal, renunciando a sus roles como ‘senior royals’ durante el proceso, quedó claro que esa proximidad con la reina no fue suficiente para contenerlos. Según se informa, la monarca quedó conmocionada por el anuncio de la pareja y no había sido consciente de la fuerza con la que querían dejar la familia real. A lo largo de las últimas semanas, algunos artículos han informado de que la reina está decepcionada por lo poco que ha podido ver al hijo pequeño de la pareja, Archie Mountbatten-Windsor.
En enero, varios expertos en realezas le contaron a Vanity Fair que la tensión de la relación entre la reina y Harry se remontaba hasta su boda de mayo de 2019, pero no estuvo necesariamente relacionado con la propia Meghan.
Un experto dijo que la reina había mostrado simpatía con Harry, pero estas negociaciones ponían en juego algo más grande que su relación personal. “Siempre ha habido disposición a considerar”, dijo una fuente. “La reina siempre está ahí para hablar de asuntos familiares, pero cuando se trata de asuntos de la monarquía y de la institución, no deja nada al azar. No se trata de algo de lo que hablar mientras se toma el té”.
De acuerdo al experto, la reina tuvo amables palabras para Harry el domingo, que enfatizaron el hecho de que su salida como royal no tenía por qué ser definitiva: “Eres muy querido y siempre serás bienvenido de vuelta”. Irónicamente, parece que una taza de té al final funcionó.
Artículo publicado originalmente en la edición estadounidense de Vanity Fair y traducido por Paula Peña. Acceda al original aquí.
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