Heridas abiertas; \u2018Hercai\u2019

Aunque ama a Miran, Reyyan rechaza su propuesta de matrimonio: “Cada vez que intento dejar atrás el pasado, vuelve con más fuerza a hacernos daño. No podemos reconstruir nuestro amor como dices, está marcado”. Mientras tanto, la amenaza de Azize se hace efectiva y los Sadoglu se preparan para abandonar la mansión.

Nasud les informa que se instalarán en su antigua residencia y los deja preparando las maletas para ir solo a verla. Una vez allí, se reencuentra con su amigo Yusuf, que mantiene acondicionado el lugar, y frente a él llora como un niño. “Jamás imaginé que volvería al infierno”, le confiesa al tiempo que se abrazan. Enseguida se agolpan en su cabeza los recuerdos junto a su adorada Ayse, con quien pensó que viviría un amor eterno, y el fuego que devoró todas sus ilusiones de juventud.

Azat amenaza a Gönül en la plaza de Midyat

Tras una perturbadora charla con su abuela, Gönül acepta divorciarse. Sultán grita como una loca cuando se entera y Azize la frena. “Contrólate o volveré a ingresarte en un psiquiátrico”, susurra al oído a su nuera para que nadie la oiga. Reyyan se culpa del destino de los suyos cuando llega a la mansión Sadoglu y junto a ellos se marcha a su nuevo hogar.

Mientras tanto, Miran busca consuelo sobre la tumba de su madre, a quien promete no rendirse. Luego, se entera por la pequeña Gül de la suerte que ha corrido su amada y, fuera de sí, se enfrenta a Azize y le dice que de ahora en adelante la venganza se llevará a cabo a su manera y que el único objetivo en ella es Hazar. “No renunciaré a mi venganza, pero tampoco a Reyyan”, asegura a Firat, que intenta calmarlo y lo convence para que no abandone la mansión como ha dicho.

Dispuesto a limpiar su honor, Azat ha seguido a Gönül hasta la plaza y le apunta con un arma para que desmienta públicamente que intentó forzarla. Alertado por Elif, Miran llega y la emprende a golpes contra él. Reyyan lo hace poco después y exige a Aslanbey que se aleje de su familia: “Sabes que tu esposa ha mentido, y debería aclararlo públicamente”. Sin embargo, eso no ocurre y la plaza es desalojada. Miran llega a la mansión y amenaza a los suyos si vuelven a conspirar contra él.

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