Kim Novak es la nueva actriz famosa arrepentida de la cirugía (y van…)
La cirugía estética y los retoques inyectables que la medicina ha puesto a nuestra disposición para parar el tiempo tienen ventajas, las obvias, e inconvenientes, esos de los que normalmente no se habla. Sin embargo, podemos sacar conclusiones de las tendencias que se estabilizan en las clínicas y que tienen mucho que ver con tratamientos estéticos cada vez menos invasivos e inyectables no permanentes. La belleza es importante, pero el bienestar lo es cada vez más, de ahí que cada vez nos cuestionemos más los procedimientos que pueden pasar ciertas facturas. Influye, además, el testimonio de mujeres increíblemente bellas cuyo trabajo depende mucho de conservar su físico. Muchas de ellas, algunas de las más grandes como Kim Novak, se arrepienten de rellenos, bótox o cirugías.
En unas recientes declaraciones, Kim Novak, una de las actrices favoritas de Alfred Hitchcock y protagonista de «Vértigo» (1958) o «Me enamoré de una bruja» (1958), confesó que se arrepentía muchísimo de haberse retocado sus icónicos pómulos. Fue en 2012 cuando decidió inyectarse su propia grasa en las mejillas para levantar las facciones y ganar algo de seguridad en sí misma. No la vimos hasta 2014, cuando apareció ante millones de personas al presentar un premio en la ceremonia de los Oscar. Donald Trump tuiteó que la actriz «debía haber denunciado a su cirujano estético» y, ahora, Kim Novak reconoce que rellenar los pómulos «fue la peor decisión que pude tomar».
Jane Fonda, otra actriz que supera los 80 años, también ha revelado recientemente que abandonaba su obsesión por parar e tiempo mediante la cirugía estética, una decisión que ha tomado bastante antes Nicole Kidman. La protagonista de «Big Little Lies» desveló que dejaba el bótox por imperativo interpretativo: anulaba totalmente la expresividad de su rostro, un valor más importante para la carrera de una actriz que llevar la cara totalmente planchada de arrugas.
En 2013, Gwyneth Paltrow relató a la revista «Harper’s Baazar» cómo es su régimen de belleza, una combinación de dieta estricta y mucho ejercicio (una hora y media cada día). Pero, además, reconocióque estádispuesta a probar cualquier tipo de intervención estética, excepto el bótox. No le gustó nada la experiencia con este relleno. «Jamás volveré a ponérmelo. Se me quedó una cara de loca increíble», se quejó.
Cameron Díaz tampoco terminó contenta después de ponerse bótox. “Probé con este relleno en el pasado, aunque solo fueron unos pequeños retoques. Cambió mi rostro tanto, le dio una apariencia tan extraña, que cuando me vi dije: ‘No, no quiero tener este aspecto”, contó la actriz a la revista ‘Entertainment Tonight’ en 2014. “Prefiero ver mi rostro envejecido antes que una cara que no parece la mía”.
“Me han disuelto los implantes de relleno”, confesó Courtney Cox a la revista «New Beauty» en 2017. “Me siento mejor porque parezco yo misma. Creo que ahora me parezco más a la persona que era. Las cosas van a cambiar. Todo caerá. Estaba tratando de que no cayera, pero eso me dio un aspecto falso”. La verdad es que ahora la actriz está guapísima. “Creo que envejecer es difícil en general. Me siento como si tuviera 34 años, así que la idea de que no los tengo no parece natural. Me siento mejor de lo que he sentido en toda mi vida», reconoció.
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