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Es difícil encontrar un hueco en la apretada agenda de Ramón García, pese a su buena voluntad, pero finalmente lo conseguimos para hablar de su nuevo programa, ‘Un año de tu vida’, que tanto éxito ha tenido en Canal Sur y que ha empezado a emitirse en Castilla la Mancha, donde Ramontxu lleva años presentando ‘En compañía’ o ‘Gente maravillosa’. Un reto que afronta con naturalidad, acostumbrado como está a lidiar con todo tipo de formatos televisivos.

Ramón, ¿qué aporta a su larga carrera ‘Un Año de tu vida’?
La experiencia de poder hacer un programa de televisión que, como bien dices, viene de haber obtenido un buen éxito en Canal Sur. Y que me va a permitir recordar con los espectadores un año de su vida a través de nuestros invitados.

¿Le preocupa que el público andaluz sea diferente al castellano-manchego?
No, ya que llevo cuatro años trabajando en Castilla-La Mancha, conozco cómo es la gente de esta tierra y creo que un programa basado en la nostalgia y los recuerdos, une a la gente, sea de dónde sea.

¿Le quita presión trabajar en terreno conocido?
Ayuda, porque son muchos años presentando ‘En Compañía’ en Castilla-La Mancha. Además, voy a contar con invitados muy conocidos, que van a facilitar mucho las cosas para que el espectador retroceda con nosotros en el tiempo.

Está a punto de cumplir los 1.000 programas con ‘En Compañía’.
Sí, cuatro años de éxito ininterrumpido es casi milagroso en televisión. La finalidad es entretener ayudando a personas que sufren de soledad y que nos piden ayuda. Y es reconfortarte comprobar que, tras pasar por el programa, cientos de estas personas ya no están solas porque han conseguido un compañero o una compañera que ha mejorado sus días.

Y a usted, ¿qué le aportan estas personas?
Me han hecho mejor persona porque ahora valoro más las cosas importantes de la vida. Ellos confían en nosotros y nosotros intentamos devolvérselo con nuestro trabajo, nuestro esfuerzo y una dedicación plena para que tengan posibilidad de acabar con su soledad.

Con Ana García Obregón presentó ‘Qué apostamos’. ¿Qué recuerda de aquella época?
Fue una época dorada en mi vida profesional y también en la de Ana. Éramos la pareja de los 90 porque no sólo hicimos ese programa, sino todas las galas de Fin de Año. Lo que vale en esta profesión es la memoria histórica de los espectadores. Desde la música a aquella ducha que se convirtió en la más popular de España. Fue una gran universidad de lo que era hacer televisión.

¿Por qué?
Porque yo me considero un entretenedor que tiene que conseguir que la gente lo pase bien, tú el primero, porque como tú no te lo pases bien, no transmites la verdad a quien te está viendo.

¿Qué tal era Ana cómo compañera?
Tendría tantas cosas que contar de Ana… La verdad es que, con el paso del tiempo, todo son buenos recuerdos. Fue una compañera excelente porque entre Ana y yo había algo que es muy difícil de conseguir cuando formas parejas de presentadores, y es la complicidad. Me cuesta encontrar a alguien en el panorama televisivo que tenga una complicidad similar a la que teníamos nosotros.

¿Por qué ya no se hacen programas de ese tipo?
Por temas económicos. Eran programas caros, tanto en la puesta en escena como en lo artístico, invitados… Son épocas, ciclos: con el paso de los años, los grandes concursos han desaparecido. Ahora reinan los realitys, los programas de crónica social y las series. Espero que algún día vuelvan formatos como ‘El Grand Prix’ o ‘¿Qué Apostamos?’.

¿Tanto han cambiado los gustos de los españoles?
Más que los gustos, ha cambiado la forma de ver televisión. La aparición de las plataformas digitales ha hecho que ya no exista esa reunión familiar delante del televisor para ver un programa todos juntos. Los gustos de los espectadores también los moldean los programadores y los directivos de las televisiones.

¿En España se hace buena televisión?
Echo de menos la diversidad en la programación, pero sí, en España se hace muy buena televisión, cada vez mejor, y estamos empezando a exportar formatos nuestros, ése es el éxito. Durante años sólo los importábamos.

¿Cuál de los que presentó le dio más satisfacciones?
Donde más aprendí fue en ‘¿Qué Apostamos?’. Ahora bien, con el que mejor me lo pasaba era con ‘El Grand Prix’. Si la gente disfrutaba en casa, imagínate yo, que era el testigo más cercano de lo que allí pasaba. Tuve la suerte de que cada vez que hacíamos un ‘El Grand Prix’ era un día de diversión asegurada.

¿Y el que más preocupaciones le dio?
En una carrera tan larga como la mía y con tantos programas que he presentado, no todos funcionaron bien. En este oficio, cuando las cosas no van bien, te vuelven loco. Donde se aprende más es con los proyectos que no salen bien. He tenido la suerte de que, en esa balanza, siempre he tenido mas éxitos que fracasos. Pero siempre hay que sacar la lectura positiva a todo para que las cosas salgan mejor.

¿Qué borraría de su pasado?
Borrar nada porque se aprende sobre todo de los errores, que es lo que siempre se tiende a borrar. Y lo hecho, hecho está. No soy de mirar hacia atrás, incluso me cuesta mucho ver imágenes de programas que he presentado anteriormente. Nunca me gusto: si lo hacía, era al día siguiente para rectificar errores. Siempre lo hice, y hoy en día lo sigo haciendo.

Usted puso de moda la capa española.
La capa no fue idea mía, sino del estilista de TVE, porque en la terraza donde nos colocábamos Ana y yo, que es frente al reloj de la Puerta del Sol, hace siempre un frío que pela en Nochevieja. Una noche el estilista me llevó dos abrigos, uno austriaco verde y un abrigo cámel con cinturón. Yo iba con mi esmoquin y los dos me quedaban horrorosos. Entonces el estilista abrió una funda y sacó una capa que era para él. Me la colocó y gustó porque con el esmoquin quedaba muy bien y con el vestido de Ana, también.

¿Todo vale para ganar audiencia?
No. Creo que los contenidos de cualquier televisión, pública o privada, se deben mirar con lupa. Tenemos la responsabilidad los que trabajamos en esto de vigilar lo que emitimos. Hay mucha gente que nos sigue, que está pendiente de lo que se dice y se ve. Aunque sólo sea por eso, no deberíamos deformar esa imagen.

En la radio como en el teatro, ¿la veteranía es un grado?
La televisión enseguida quiere eliminar a los que peinamos canas, salvo excepciones, ya que la mayoría de los veteranos, presentadores y presentadoras, han desaparecido de la pequeña pantalla. Y creo que es un profundo error porque las canas lo que te dan es experiencia y credibilidad. La vida profesional en la radio es mucho más larga.

Usted ha conseguido mantenerse.
Es cierto. No seremos tan jóvenes ni tan guapos, pero sí tenemos más experiencia, y ese valor muchas veces se menosprecia en este país.

¿Los hijos son los que dan la medida del paso del tiempo?
Yo me he hecho mayor desde que soy padre. La responsabilidad que tienes de criar, en mi caso dos hijas, hace que los años pasen más rápido y hace que mires las cosas de otra manera. No es que lo lleve muy bien, pero no es algo que me preocupe ni me afecte a día de hoy.

¿Qué ventajas tiene madurar frente a la cámara?
Da credibilidad, experiencia y que los espectadores te consideren como algo suyo, de su familia. Yo aún hoy recibo muchísimas muestras de cariño. Y eso está al alcance de muy pocos y para mí es un gran orgullo.

¿Se siente a gusto con la imagen que le devuelve el espejo?
Sí, tampoco me fijo mucho ni le doy importancia. Todavía me puedo mirar todas las mañanas cuando me afeito y no me asusto. El día que grite, ya te lo cuento…

¿Está sobrevalorada la juventud?
Hay gente que cree que la juventud es el éxito, y demostrado queda, día a día, que eso no es así. Creo que el éxito en la programación de una televisión está en la diversidad. Cuando entré en TVE, estaban los grandes con experiencia: Joaquín Prat, Teresa Campos…. y los jóvenes que llegábamos les complementábamos. Con esa mezcla se consigue el éxito.

¿Qué valores enseña a sus hijas?
Yo soy lo que soy gracias a mis padres, su educación, su forma de vida. Lo que me trasmitieron tantos años juntos. Humildemente, intento que mis hijas tengan en su padre y en su madre alguien en quien reflejarse y de quien poder aprender. No somos perfectos, pero tanto su madre como yo intentamos aportarles buenos valores.

Hace unos meses perdió a su padre. ¿Cómo lo recuerda?
Fue un gran hombre, entrañable, buen padre y buen marido. Le echo mucho de menos y se me hace muy duro cuando voy a Bilbao a ver a mi madre y él no está. A pesar de que es ley de vida, nadie nos enseña a despedir a las personas y es francamente duro.

¿Cuál es el secreto de llevar tantos años casado con Patricia?
Vamos a hacer 23 años de casados, y dos de novios, 25 juntos. Creo que el éxito está en darse espacio. Que cada uno, además de vivir en pareja, siga teniendo su tiempo, sus amistades, su posibilidad de elección y decisión.

¿Se ve envejeciendo juntos?
Me gustaría. Ése fue nuestro plan desde el principio. Y esperamos poder cumplirlo. Una pareja tiene que evolucionar con el tiempo, mejorando su día a día, y no siempre es fácil. Pero ése es el reto maravilloso de vivir en pareja.

¿Qué le aporta su familia?
Desde que la tengo, todo. Cuando estaba solo era más vivir para mí mismo. Desde que me casé, y sobre todo desde que soy padre, ese orden de valores cambió. Para mí, mi mujer y mis hijas son las personas más importantes de mi vida. Todo mi esfuerzo, mi trabajo y mis decisiones son por ellas. Mi vida gira alrededor de ellas.

¿Alguna de sus hijas sigue sus pasos?
A fecha de hoy, no y no creo que vayan a ir por ahí. Son buenas estudiantes, se están preparando para este mundo competitivo. Su madre y yo tenemos la obligación de dejarles la mejor herencia: la educación. A partir de ese momento tendrán nuestro apoyo en todo lo que hagan.

¿A qué edad le gustaría retirarse?
No lo sé, creo que también uno de los éxitos de la vida es saber retirarse a tiempo. Ser conscientes de cuando ya no estamos preparados para ponernos delante de una cámara o de un micro. El día que detecte que ya no lo estoy, seré el primero en dar un paso al lado. Llegué a este oficio sin hacer ruido y espero marcharme igual. Por ahora tengo cuerda para rato.

Mi foto favorita

«Esta foto nos la hicieron en los últimos días de mi padre…Me da mucha ternura».

¿Quién es Ramón García?

Nació en Bilbao el 28 de noviembre de 1961.

Familia Está casado con Patricia Cerezo desde hace 23 años. La pareja tiene dos hijas, Natalia y Verónica.

Comienzos En la Cadena SER de Vizcaya y Radio Euskadi hasta que dio el salto a ETB. En 1990 debuta en Antena 3 Televisión con ‘La ruleta de la fortuna’.

Trayectoria En 1991 llega a TVE para presentar ‘No te rías que es peor’, y en esta misma cadena cuenta con éxitos como ‘¿Qué apostamos?’, ‘Grand Prix’ o ‘Todo en familia’.

Su paso por la radio En 2004 se incorpora a Punto Radio para presentar ‘Protagonistas’ y ‘La tarde’. La Cope le ficha para ‘Las mañanas’. En 2016 inicia una nueva etapa profesional en la televisión Autonómica de Castilla la Mancha con el vespertino ‘En compañía’ y ‘Gente Maravillosa’.

Premios Es miembro fundador de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión. Tiene varios TP de Oro, la Antena de Oro de Televisión y el Micrófono de Oro por su trabajo en Punto Radio.

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