‘Melania Antonieta’: la última polémica (pero con ‘lookazo’) de la primera dama

Es evidente que Melania Trump no cuenta con la simpatía de una parte de los estadounidenses. Una antipatía que en ocasiones se deben a su falta de tacto ante determinados temas, por la torpeza de comunicar acciones en el momento menos adecuado, o por ser la esposa de uno de los líderes más criticados de la historia reciente del país y parecer ajena a ello. Una de las primeras polémicas a las que se enfrentó Melania fue cuando acudió a visitar una zona de catástrofe, azotada por un huracán, subida a unos tacones de vértigo. Aquello desató un torrente de críticas que le debía de haber dado una pista sobre lo importante que era la imagen en el cargo que acababa de ocupar.

No pareció aprender la lección y un tiempo después apareció con la cazadora de Zara de la discordia. Aquel famoso ‘I really dont’ care, do you?" (A mí realmente no me importa ¿a ti?) en plena crisis migratoria del gobierno de su marido volvió a desatar tempestades demostrando que, efectivamente, a quien no parecía importarle nada de esto, era a ella.

Ahora se ha producido la enésima polémica con su trabajo como primera dama cuestionado desde el principio por muchas cosas como su aspecto, su forma de vida y por estar casada con Donald Trump. Mientras la población se encuentra en estado de incertidumbre ante las consecuencias que podría traer el coronavirus, Melania compartía hacía unos días con orgullo su importante trabajo remodelando un pabellón de tenis situado en el ala sur de la Casa Blanca y que servirá para uso y disfrute exclusivo de las familias presidenciales que la ocupen.

En el tuit que ella misma compartía, Melania aparecía con un casco de obra, revisando unos planos junto a dos mujeres y, al fondo, un grupo de hombres trajeados y con el mismo casco parecían supervisar el trabajo, o esperar pacientemente su turno de protagonismo.

La respuesta en esta red social no se hizo esperar y, al instante, cientos de usuarios criticaron la poca relevancia de la noticia, preguntaron cuándo podrían reservar hora para jugar en una pista pagada con sus impuestos o alegaron una gran falta de tacto por parte de la primera dama, compartiendo una noticia como esta, en medio de la epidemia, o de los efectos de los tornados en parte del país.

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Sorprendentemente, Melania Trump a diferencia de otras veces se defendió de los ataques publicando otro tuit en el que decía: “Animo a todos los que eligen ser negativos y cuestionar mi trabajo a tomarse tiempo para contribuir con algo bueno y productivo en sus propias comunidades”. Declaración que volvió a avivar la polémica y que provocó que incluso personajes famosos como Mia Farrow le contestaran: “Perdona si hemos sido ‘negativos y (hemos) cuestionado’ tu ‘buen y productivo trabajo’ haciendo un pabellón de tenis (sea lo que sea) para la Casa Blanca con nuestro dinero. Estamos tratando con una o dos cosas negativas. Me encanta el gorro de obra”. Un tuit que al parecer, y según ella misma denuncia, fue eliminado del hilo de esta conversación.

Este proyecto se anunció el pasado otoño y, aunque la gente la acusa de derrochar el dinero público, lo cierto es que está financiado por donaciones privadas. “La inspiración arquitectónica para el pabellón se toma de la Casa Blanca, con el objetivo final de una estructura nueva en el ala sur que complemente y contribuya a la casa personal. Es mi deseo que este espacio privado funcione como un lugar en el que disfrutar y pasar tiempo para las ‘Primeras Familias’”, declaraba Melania Trump en el primer comunicado que se publicó en relación a este tema. Una labor que parece poner de relieve las aficiones o intereses profesionales de la primera dama: la arquitectura de interiores y exteriores. Su labor más conocida en este aspecto ha sido la decoración navideña de la Casa Blanca que cada año comparte con el mundo con orgullo y satisfacción.

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Un derroche de adornos y decenas de árboles de navidad de gran tamaño cuajados de ornamentos en los que los Trump desvelan que la ostentación es sin duda su particular estilo.

Una ostentación que no ha acompañado a los últimos looks de la primera dama quien desde que ha vuelto de la India ha optado por una serie de conjuntos en clave working girl para sus últimos actos. Trajes en colores oscuros, algunos de tipo camisero o de punto, cuello alto y mangas abullonadas como el que llevó en la famosa foto ‘de obra’ y un día antes en los Premios de la Mujer con Valor celebrados en Washington. Quién sabe si Melania Trump está haciendo ya sus pinitos para crear su propia empresa de reformas el día que abandone la Casa Blanca.


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