#Bazaar10 by Itziar Castro: Nunca fui una chica de revista

Nunca fui una chica de revista, y cuando digo “chica de revista” no me refiero a “cabaretera”, que de eso si se un rato, me refiero a que nunca he tenido las medidas adecuadas para las revistas de moda, aunque tras más de 23 años de profesión, y mucho tesón, he salido en varias de ellas, incluso he llegado a salir en varias listas de las mejores vestidas en los tan observados photocalls junto a otras compañeras con tallas de modelo.

Pero si he de destacar un logro, ha sido el de ser la persona de talla más grande en salir desnuda en Harper’s Bazaar, y no con una foto, ¡si no con dos! Eso sí, a parte de romper estereotipos y recibir aplausos, también recibí varias críticas, los tan insistentes haters, se dedicaron a inundar las redes con insultos cómo «ballena varada», cosa que no entiendo cómo insulto, ya que las ballenas son los animales marinos más poderosos y respetados, pero claro, fuera del agua son despedazadas por algunos seres humanos.

Realmente no me importan los insultos, ya que cada NO me ha hecho más fuerte, pero si hay una obsesión por argumentar que el ser feliz con una talla fuera de la norma, es hacer apología de la obesidad, y sí, soy una “gorda feliz”, porque he conseguido mis sueños a pesar de las dificultades, porque me siento bien conmigo misma por defender mis ideales, porque me siento querida y amada por mucha gente, incluso muy deseada por personas con cuerpos de escándalo, y eso no es hacer apología de nada más allá de ser yo misma.

Ser obesa no es cuestión de no saber cerrar la boca. No todos los obesos somos vagos ni podemos dejar de comer, y sí, a la larga la obesidad puede traer problemas de salud; pero si no insultamos a alguien que fuma, o bebe alcohol, o come habitualmente productos multiprocesados y acaba teniendo una enfermedad grave, pero físicamente es “normativa”, ¿porqué ese acoso a los que somos diferentes pero felices? Al final, pienso que la gente odia más la felicidad del que es diferente, que la salud en sí, pero claro, la excusa siempre ayuda a argumentar el insulto o la reprimenda.

Yo quiero vivir mucho, y quiero ser muy feliz, y mi salud, es muy importante, por lo que agradezco la “preocupación” general sobre mi persona, pero aún agradezco más a los que son diferentes y no se sientes felices cómo yo, que me escriben, o me paran por la calle, para darme las gracias por ayudarles a quererse más al verme a mí siendo feliz en un mundo en el que la mayoría no quiere que alguien diferente lo sea. Así que, gracias Harper’s Bazaar por dejarme demostrar la belleza de la inmensidad de mi cuerpo.

Ahora toca portada, eso sí sería un 10! ¿Os animáis?


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