La excepcional historia de la doctora china que ha encontrado la posible vacuna contra el Covid-19

El anuncio de una posible vacuna para combatir el Covid-19 supuso un alivio entre las noticias que ya cifran en más de 14.000 los infectados en España. Aunque habrá que esperar al menos un año para tener algo concreto e inyectable –y no es seguro que llegue a buen puerto– el primer paso a la curación llegó del mismo sitio donde empezó la infección: China, y de las manos de una epidemióloga conocida ya por crisis anteriores como la del ébola en 2014 o la del SARS (síndrome respiratorio agudo grave) en 2003.

Chen Wei es la doctora detrás de este nuevo avance científico. Nacida en 1966 en la pequeña ciudad de Lanxi, en la provincia de Zhejiang, se graduó en Química en 1988 y un año después se casaba con su pareja, Ma Yiming, un químico empleado en unas bodegas donde se produce vino. Tres años después, Wei se unió al Ejército Popular de Liberación y se convirtió en viróloga en la Academia de Ciencias Médicas Militares, donde hoy tiene rango de General.

De todo ello informa el South China Morning Post, el principal diario en inglés que se edita en la ciudad de Hong Kong, citando a latelevisión pública, que hace mucho hincapié en que debido a la proyección académica y profesional de su esposa, el marido fue quien se hizo cargo de las tareas domésticas y de la crianza de su único hijo, que estuvo sin ver a su madre durante meses durante las crisis del SARS y el ébola. E insiste ese hombre en que no quiere ver a su mujer en casa, porque sería "un desperdicio de su talento".

Chen es, además de General, miembro del Partido Comunista del Pueblo y toda esa información sobre su vida –destacando su rol como mujer poderosa que no sólo tiene un alto cargo en el partido y el ejército, sino que además es la sustentadora principal de su casa– choca con la regresión que viven en los últimos años las mujeres en China. Tal como informaba en The New York Times la periodista Amy Qin en un reportaje sobre dicho retroceso, en el mandato de Xi Jinping se están llevando a cabo medidas que pretenden ir en la dirección contraria a la que lleva al mujer que podría tener en sus manos la cura del Covid-19.

Entre esas medidas, permitir a las empresas que hagan firmar a las empleadas contratos por los que se comprometenn a no embarzarse en los dos primeros años. Es algo mas que una tendencia, tal como confirma la académica Wang Zheng de la Universidad de Michigan en ese mismo texto, donde se hace eco de los llamamientos realizados por el presidente chino a las mujeres para que “se encarguen de las responsabilidades de cuidar a los ancianos y a los jóvenes, así como de educar a los niños”, refiriendose a esa tarea como "su papel único".

El paso atrás es evidente, pues como indica la profesora Amelia Sáiz López, del Instituto de Estudios Internacionales e Interculturales, cuando se fundó la República Popular China en 1949, la idea de lo que había que hacer con las mujeres era algo distinta. "Era necesario garantizar la autonomía financiera femenina si verdaderamente se quería que fuesen ‘mujeres liberadas’, resume la experta en un trabajo académico en el que recuerda que en sus orígenes, el régimen comunista defendía la autonomía de las mujeres y por eso tomó medidas como la Reforma Agraria de 1950 con la que se otorgó a las féminas derechos de propiedad sobre la tierra en iguales condiciones que a los hombres.

Como en todos lo gobiernos, la propaganda es el pan de cada día, y así han catalogado científicos de medio mundo las imágenes de Chen Wei pinchándose la vacuna para probarla en sí misma y en los seis miembros que componen el equipo con el que se ha encerrado en Wuhan –origen del foco infeccioso– para buscar una cura. Era una foto fija, colgada en la red social china Weibo, que fue retirada poco después, y con la que es imposible concluir si realmente se inyectaron la fórmula o solo era una puesta en escena. Una de las críticas que se les ha hecho es que parecía más una manera de demostrar lealtad al régimen que otra cosa, pues ni una persona ni seis son suficientes para sacar conclusiones con valor científico, del mismo modo que el ejemplo de Chen Wei como mujer liberada no representa ahora mismo a muchas de sus compatriotas.


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