Sarah Burton, la diseñadora fetiche de Kate Middleton, pone a coser a toda la plantilla (incluido al CEO) en su colección para Alexander McQueen

La industria de la moda, como todas, se encuentra en pleno proceso de reconversión. Todas las firmas están implicadas en encontrar nuevas formas de crear. Más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente pues a ella se le atribuye la etiqueta de ser una de las industrias más contaminantes del planeta. Las marcas se han puesto las pilas y los cambios llevan varias temporadas produciéndose, desde eliminar las pieles de animales hasta buscar materiales orgánicos de producción ecológica. Sarah Burton no es ajena a este nuevo movimiento y ella ha encontrado la manera de ser una firma responsable y mantener su esencia de marca lujo. Y, ¿cómo se consigue algo así? Pues simple y llanamente volviendo a los orígenes. Apostando por la artesanía local y por los tejidos de kilómetro cero. Sarah Burton también ha utilizado encajes y otros tejidos de temporadas anteriores y hasta diseños de ella misma y de Alexander McQueen.

La directora creativa de la firma británica ha aprovechado esta colección para hacer comunidad poniendo a coser a toda la plantilla, desde el personal de seguridad, hasta al CEO y la gente de Relaciones Públicas. Todos ellos han aportado su granito de arena en el vestido bordado que ha lucido Stella Tennant y tal y como aseguraba a WWD, han hablado entre ellos, algo que no habían hecho antes.

El resultado de esta búsqueda por hacer las cosas de otra manera, por hacerlas mejor y por implicar a todos los que forman parte de la firma es una colección impecable con el ADN de Alexander McQueen.



Piezas con grandes volúmenes, delicados encajes asomando por entre prendas de cuero, trajes de chaqueta exquisitos con detalles sorprendentes, siluetas originales que plantean nuevas proporciones y un romanticismo decadente que se han convertido ya en uno de sus sellos.


La colección tiene opciones para toda clase de ocasiones, desde el traje formal para altas ejecutivas con ganas de moda, hasta impactantes trajes para deslumbrar en cualquier alfombra roja, pasando por un sinfín de matices entre medias: vestidos de flores estampados, largos de encaje con un punto boho, con sugerentes aberturas que recorren sutilmente la anatomía femenina o regios y potentes a base de cuero o costuras marcadas.


Al igual que en la confección de cada vestido, todas las mujeres tienen cabida en la nueva colección de Sarah Burton para Alexander McQueen.

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