Ashley Hicks, el ahijado del duque de Edimburgo que revela los secretos arquitectónicos de Buckingham
La escena más aterradora de El Resplandor tiene lugar sobre una inolvidable alfombra de hexágonos rojos y naranjas. Casi tan sorprendente como las gemelas que se aparecen allí para asustar al pequeño Danny, es la conexión que, por medio de ese mismo suelo de hexágonos, existe entre la película de Stanley Kubrick y la familia real británica: el diseño de la moqueta que recorre los pasillos del siniestro hotel Overlook es una creación del interiorista británico David Hicks, difunto marido de una de las primas carnales del duque de Edimburgo, lady Pamela.
La anécdota es una de las historias que está contando estos días Ashley Hicks, ahijado del príncipe Felipe y diseñador de interiores al igual que su padre, en su cuenta de Instagram. “Mis padres en 1976 durante la presentación de las nuevas alfombras de David Hicks, incluida la de hexágonos que luego hizo famosa Stanley Kubrick en la película El Resplandor”, escribía el 7 de marzo al pie de una fotografía en la que lady Pamela, hija del último virrey de India, y David Hicks aparecen junto a una muestra de la escalofriante alfombra, cuando todavía no daba miedo.
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Confinado días después en su casa del condado de Oxford, Ashley Hicks empezó a invitar a sus seguidores a una serie de paseos virtuales para hacer más amena la cuarentena. Primero por el palacio de Buckingham, cuyos rincones tuvo la ocasión de fotografiar hace dos años en el libro Buckingham Palace: The Interiors, editado por Rizzoli, y desde esta última semana por los archivos de su padre, publicados por el propio Ashley en el que es uno de los libros fundamentales en la biblioteca de cualquier diseñador de interiores -al menos, en la del tipo de interiorista al que se le acelera al pulso al ver una silla de Chippendale chino-: David Hicks Scrapbooks.
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En un vídeo retransmitido este miércoles desde su biblioteca, Ashley Hicks explicaba cosas cómo que su padre se inspiró en el teatro del famoso castillo de Carlos de Beistegui para decorar una fiesta en el hotel Claridge’s de Londres, o que uno de sus primeros trabajos consistió en diseñar los interiores de la casa de Londres de Leslie Benson, primera esposa del editor Condé Nast, a mediados de los cincuenta. En aquella época, Hicks había comenzado una prometedora carrera que su boda con lady Pamela Mountbatten en 1960 impulsaría a la estratosfera. Sus nuevos parientes le encargarían diseñar las alfombras del castillo de Windsor y del primer apartamento del príncipe Carlos en Buckingham, que decorara el hogar de la princesa Ana en Gatcome Park…
Otra de sus clientas más importantes fue Helena Rubinstein, fundadora del imperio de cosméticos. La empresaria le había encargado decorar su nuevo piso de Londres y, durante una reunión de trabajo que mantuvieron en su suite del Hyde Park Hotel, David Hicks le preguntó de qué color quería que fuesen las paredes. Tras unos minutos en silencio que hicieron temer al decorador que su clienta había muerto, Rubinstein abrió los ojos. “Entonces llamó a su asistente para que le trajera unas tijeras, se recogió su falda de Balenciaga, que era de tweed morado, y cortó un trozo. Luego se lo entregó a mi padre y le dijo que las quería de ese color exacto”, contaba este miércoles Ashley Hicks mientras enseñaba una fotografía del apartamento incluida en el libro.
No hace falta deleitarse con los interiores de Le Clos Fiorentina, una villa decorada por David Hicks en Saint Jean Cap Ferrat que luego compraría Hubert de Givenchy, para entretenerse con estos vídeos. Mitad portafolio mitad biografía sentimental, en David Hicks Scrapbooks los diseños del marido de lady Pamela se mezclan con fotografías de su álbum familiar y viejos recortes de revistas, y lo mismo hace Hicks cuando por ejemplo se encuentra una foto de su abuelo dando un paseo con Grace Kelly y recuerda la anécdota de que la princesa de Mónaco le contó a lord Mountbatten que, cuando era adolescente, tenía guardada una foto suya debajo de la cama.
En otra aparece Patricia Mountbatten, la tía ya fallecida de Ashley Hicks, jugando a las cartas con la reina Luisa de Suecia. La abuela del actual monarca sueco, dice Hicks, era “un poco excéntrica”. Cuando pasaba temporadas en Londres, llevaba una tarjeta en el bolso para que, en el caso de que la atropellara un coche durante uno de sus paseos por el barrio de Knightsbridge, pudieran identificarla: “Soy la Reina de Suecia”, decía el mensaje que había escrito en la cartulina.
Algunas historias, como la que cuenta al final de que su padre meó encima de una alfombra durante un fin de semana en una antigua mansión de Easton Neston (porque la alfombra no le gustaba), se las ha contado su madre, reconocía Ashley Hicks en el vídeo del miércoles. No es de extrañar, porque lady Pamela lleva años abultando el anecdotario de esta rama del árbol genealógico de los Windsor. El año pasado, la que fuera dama de compañía de la reina Isabel II incluso lanzó un podcast con una de sus hijas, India Hicks, en el que repasaba su vida con historietas como la que explica su segundo nombre: Carmen, por la duquesa de Peñaranda. Al nacer lady Pamela en el antiguo Ritz de Barcelona, la aristócrata se ofreció para ser su madrina, y de ahí que la niña fuera bautizada con ese nombre tan español. Sin embargo, la duquesa jamás llegó a asistir al bautismo: poco después de nacer su ahijada se fugó con un torero y los Mountbatten nunca más volvieron a saber nada de ella, contaba lady Pamela el verano pasado.
Tampoco hay que olvidar que fue lady Pamela quien, tras enviudar en 1998, contó la que probablemente sea la mejor anécdota sobre su marido: que la inspiración para las paredes color marrón cola tan características de los interiores diseñados por David Hicks fueron los vasos de Coca-Cola que su esposa solía lanzarle durante sus peleas matrimoniales.
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