Aceite de argán: todo lo que puede hacer el por tu pelo y piel

El pelo es una de las partes de nuestro cuerpo a la que más atención se presta en lo que a cuestiones beauty se refiere. La búsqueda de algo que nos funcione tanto para proteger nuestra melena de los agentes externos como para mantenerla sana se vuelve infinita y nos pasamos la vida probando alternativas y haciendo combinaciones de productos que prometen una melena prácticamente como la de Lana del Rey. Pero nada más lejos de la realidad. La solución era mucho más sencilla: el aceite de argán.

Un gran conocido desconocido

Poco hace falta decir ya de lo que es el aceite de argán para ubicarlo entre los ingredientes naturales que ahora triunfan en la cosmética, como el aguacate o la calabaza. Este es un aceite esencial que se extrae del fruto del árbol de argán, originario de Marruecos. Decimos que es un absoluto conocido ya que no nos cansamos de leer su presencia en etiquetas de champús, de mascarillas y acondicionadores e incluso esos aceites para el pelo que subrayan que lo contienen, prometiendo recuperar las puntas abiertas, dañadas y secas. Pero a su vez es un gran desconocido, ya que damos por hecha su presencia sin tener en cuenta todos los beneficios que este ingrediente, aunque común, puede tener para nuestro pelo.

Beneficios del aceite de argán para el pelo

Nutrición y reparación

El aceite de argán repara las puntas abiertas y secas ya que es súper rica en nutrientes y muy hidratante, gracias a las vitaminas A, C y E, que contiene. La vitamina E, en concreto, hace que el pelo se vea sano, brillante y con movimiento.

Acondicionador natural

Por eso, funciona de acondicionador para el pelo fino. Normalmente, el resto de acondicionadores apelmaza el cabello y lo hace más lacio, mientras que el aceite aporta volumen y hace que la fibra se vea revitalizada.

Protección

Además, tanto esta como la A son antioxidantes, con lo que protege al cabello de los radicales libres. Por su parte, ser tan rico en vitaminas protege el cabello de los efectos perjudiciales del tinte y hace que su uso se prolongue en el tiempo.

El aceite de argán es también un protector para el calor, con lo que después de su aplicación pueden usarse planchas, tenacillas y secadores sin riesgo. Conviene esperar una hora. También protege el cabello de los daños del sol.

Antiinflamatorio

A su vez, este ingrediente es antiinflamatorio, gracias a sus ácidos grasos, que calman la piel del cuero cabelludo y la mantienen nutrida e hidratada, evitando que aparezca caspa.

Más allá del pelo

Pero el aceite de argán también tiene grandes beneficios para la piel, en la misma línea que los tenía para el cabello. Es decir, en reparación y nutrición.

Sequedad, dermatitis y rosácea

Aunque no soluciona completamente estas afecciones, ayuda a calmar la piel, aliviando el picor y reduciendo la descamación. Contra la rosácea, hace desaparecer la inflamación de la piel por el frío ya que es calmante e hidratante con la vitamina E y los ácidos grasos, manteniendo siempre la piel a los niveles adecuados de humedad. Por eso es apto para todo tipo de pieles, incluso las más sensibles. Esto también puede aplicarse al resto de cuerpo, suavizando la piel de todas partes.

Un remedio contra el acné

El aceite de argán es también antibacteriano y reduce la producción extra de sebo pero sin secar la piel, ya que la lubrica. Los antioxidantes ayudan a la reparación de la piel.

Antiedad

Esta misma ayuda para la reparación de la piel, supone una solución a los signos de la edad, que se reducen con el uso de este aceite, porque es hidratante. También aumenta la elasticidad de la piel.

Labios

Especialmente en invierno, cuando estos se llenan de pieles y heridas a causa de la deshidratación debida al frío. El aceite de argán los hidrata y los protege, haciendo las veces de mascarilla para unos labios suaves y tersos.

Cómo se usa

El aceite de argán puede aplicarse ya en el interior del producto, es decir, ya como un ingrediente parte de la formulación de ese cosmético en concreto, como champús, mascarillas, cremas tanto de rostro como de cuerpo, acondicionadores, etc. O bien en forma de extracto, que entonces podemos aplicarlo directamente sobre la zona que lo necesita, haciendo de otro paso de nuestra rutina, por ejemplo, del sérum o mezclándolo con nuestros tratamientos, ampliando sus beneficios.



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