Arrugas, rojeces, acné… ¿Sabías que el azúcar es lo peor para tu piel?
El azúcar puede que te endulce la vida, pero te estropea la cara, así de claro. Y no lo decimos nosotras, sino la dermatóloga Susanne von Schmiedeberg, jefa del Instituto de Prevención Médica y Estética de Düsseldorf (Alemania), y que de esto sabe mucho.
Si no puedes pasar sin tus onzas de chocolate antes de irte a la cama o no perdonas el cruasán de la mañana, tal vez deberías replanteártelo, no solo por tu figura, sino también por tus arrugasy flacidez, porque produce envejecimiento prematuro.
La doctora lo explica con propiedad: “Esto es debido a que al tomar carbohidratos con un alto índice glucémico se produce una reacción química en nuestra piel, que se llama glicación. Básicamente consiste en que ataca a las proteínas de nuestra dermis y la altera completamente, produciendo una molécula (mala) llamada A.G.E. Entonces, como consecuencia de todo eso, las fibras de colágeno y elastina –que son las encargadas de mantener lozana nuestra piel– se aglutinan y endurecen”.
No suena bien, desde luego. Y el resultado es aún peor: “Yo siempre pongo el ejemplo de un plátano. Déjalo dos días abierto y verás cómo se va poniendo marrón por efecto de la glicación. Pues con la piel ocurre lo mismo, se oxida, pierde elasticidad, firmeza, luminosidad y envejece antes de lo previsto”, señala la experta.
Llegados a este punto, ¿a quién no le interesa saber cuánto es mucho azúcar? Von Schmiedeberg considera que todo es mucho, cualquier pequeña cantidad añadida a la comida o contenida en un alimento procesado es demasiado azúcar, a nuestro organismo le basta con el azúcar que contienen las frutas y otros alimentos en forma natural. “El azúcar añadido es un componente tóxico para la salud, cero es la única cantidad aceptable”, apostilla la alemana.
Y si ya estamos en ese proceso, porque hemos sido muy golosas, ¿está todo perdido? Depende. La doctora acaba de desarrollar un novedoso tratamiento tópico, que contiene L-carnosina encapsulada en liposomas, un activo que combate la glicación, y que “puede revertir los daños de esa sacarificación y ralentizar la formación de arrugas si estamos en la octava semana de glicación, antes de que se produzca el link definitivo entre la glucosa y el colágeno”, concluye. ¡Aún estás a tiempo de revertir el proceso!
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