Depresión perinatal: qué es y cómo tratar esta enfermedad

No son pocas las ocasiones en las que el embarazo se define como el momento más bonito en la vida de una mujer. Esta idealización de una etapa que, en la mayoría de los casos está a años luz de esa imagen de postal, es una de las razones por las que muchas futuras madres prefieren callar antes de sentirse culpables verbalizando cómo se sienten realmente. Ese tabú ha revertido en un desconocimiento generalizado de los problemas mentales que afectan a las mujeres durante y después del embarazo y, si bien los últimos años el lado menos amable de la maternidad va reclamando su hueco en el debate, trastornos como la depresión perinatal aún siguen arqueando cejas.

Tras anunciar que espera su tercer hijo, Britney Spears ha confesado que sufrió esta enfermedad durante sus anteriores embarazos. “Entonces no dije nada porque no se hablaba de ello y estaba mal visto que una mujer que lleva un bebé dentro se quejara, pero ahora por fin se habla al respecto”, afirmó la princesa del pop. Su testimonio es compartido por aquellas madres que han padecido una enfermedad a la que otras tantas ni siquiera han sabido poner nombre. “La depresión perinatal hace referencia a un trastorno de ánimo acontecido en cualquier momento del periodo perinatal, es decir, desde la propia concepción (a veces se puede experimentar si se dan tratamientos como la fecundación in vitro) hasta la gestación y el posparto”, explica a Harper’s Bazaar Esther Ramírez Matos, psicóloga del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal. Por tanto, la depresión posparto, que en los últimos tiempos ha ganado en visibilidad, es un subtipo de depresión perinatal que aparece después de dar a luz.

Cómo identificar la depresión perinatal

No siempre es sencillo diferenciar los síntomas propios de los primeros meses de embarazo (cansancio, trastornos del sueño o falta de concentración) de aquellos que produce la depresión perinatal. Para Jesica Rodríguez Czaplicki, psicóloga especializada y presidenta de la Asociación Española de Psicología Perinatal, la clave está en identificar si estas sensaciones van ligadas a pensamientos negativos relacionados con la maternidad. «Las mujeres que la sufren ponen en duda su futuro papel como madres, se cuestionan acerca de si sabrán cuidar de su bebé o de si serán buenas madres», detalla la especialista. Y continúa: «La depresión perinatal afecta a una de cada cinco mujeres y el 70% no recibe ningún tipo de tratamiento porque a veces ni siquiera ellas mismas manifiestan lo que les ocurre».

Así, esta enfermedad comparte muchos síntomas con una depresión común (incapacidad para sentir placer o alegría, irritabilidad, sensación de vacío, sentimiento de culpa, falta de energía, problemas de sueño…) unidos al miedo de no estar a la altura como madre. «En los casos más graves incluso pueden aparecer deseos de hacer daño al bebé o a una misma», añade Ramírez Matos.

Según señalan las expertas, también es importante no confundir la disforia posparto con la depresión perinatal. La primera, también conocida como ‘baby blues’, es un estado de cansancio y tristeza que suele experimentarse durante las dos o tres primeras semanas tras a dar a luz y que después desaparece. Si una vez pasado ese tiempo el ánimo continúa deprimido, probablemente estaremos hablando de una depresión posparto y será necesario acudir a un especialista.

Cómo tratar la depresión perinatal

«Si se está embarazada y se percibe un estado de ánimo bajo o signos de ansiedad hay que acudir al médico de cabecera para descartar que estos síntomas estén producidos por otras enfermedades como una anemia», afirma Ramírez Matos. Con la analítica en mano, el especialista podrá derivar a la paciente al psicólogo o al psiquiatra para iniciar el tratamiento. «Existen distintos tipos de terapias psicológicas como la cognitivo-conductual que pueden ponerse en marcha y, en caso de que sea necesario, también se pueden suministrar psicofármacos. A muchas mujeres les preocupa tomarlos durante el embarazo o la lactancia, pero hay medicamentos que son totalmente compatibles», cuenta Rodríguez Czaplicki.

Ambas especialistas coinciden en señalar que existen factores que pueden influir en que algunas mujeres desarrollen este tipo de enfermedades mentales y que, si como Britney se han experimentado en anteriores embarazos, también aumentan las posibilidades de repetir. «Hay que dejar claro que no tiene por qué ocurrir, pero los estudios demuestran que sí se es más vulnerable», puntualiza Ramírez Matos. Del mismo modo que haber sufrido depresiones con anterioridad, o tener madres o tías que la han vivido, puede influir en que se padezca una depresión perinatal».

Como en el caso de la propia Britney Spears, las malas relaciones con miembros de la familia, haber sido víctima de abusos, tener una relación de pareja conflictiva o una falta de apoyo social, también son factores que pueden desencadenar este tipo de enfermedades mentales. La cantante, de hecho, aseguró que en este tercer embarazo planea mantenerse alejada del foco para evitar la persecución mediática de sus experiencias previas.

La importancia de visibilizar esta enfermedad

Para poner solución a un problema, lo primero es identificarlo. Una tarea que se complica cuando no desconocen casos similares en los que reflejarse. De ahí que ambas psicólogas defiendan la importancia de hablar de la depresión perinatal. «Hasta ahora no se hablaba de estos trastornos porque se priorizaba la imagen positiva de la maternidad, algo que es muy contraproducente. Esa imagen de la embarazada estupenda a la que no le pasa nada, lo que yo llamo ‘maternidad plastificada’, hace mucho daño al resto de mujeres que llegan a ese momento vital y sí experimentan problemas. Piensan que son raras y prefieren ocultar lo que sienten. No piden ayuda y es la pescadilla que se muerde la cola», detalla Ramírez Matos.

Según aconseja, es fundamental que durante el periodo perinatal no solo se haga un seguimiento médico, sino también a nivel de salud mental. «Para prevenir a veces basta con preguntarle a la madre cómo está, mostrando un interés real. Nos preocupamos mucho por los kilos que ha cogido, la curva de la glucosa o el crecimiento del bebé, pero pocas veces ahondamos en cómo se siente ella». La maternidad, que supone una transformación inconmensurable y a todos los niveles en la vida de una mujer, también debe abordarse poniendo especial atención a la salud mental de la madre.




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