Después de año entrenando con Kayla, además de un cuerpo más tonificado, he aprendido todo esto
Que encontrar la rutina fitness que mejor se adapta a las necesidades de cada persona resulta más complicado de lo que parece es algo que probablemente muchas de vosotras hayáis comprobado hace tiempo. La buena noticia es que podemos asegurar que ¡sí, existe!; la 'menos buena', que se trata de una cuestión de 'ensayo y error' que a veces tiende a prolongarse más de lo esperado, y ese precisamente ha sido mi caso.
La primera vez que escuché el nombre de Kayla Itsines fue a finales de 2014, hacía tan solo unos meses que esta entrenadora personal australiana había comenzado a revolucionar el mundo de los entrenamientos en casa con una rutina fitness de 28 minutos (más sus correspondientes descansos) de un por entonces desconocido HIIT, entrenamiento de intervalos de alta intensidad.
El hecho de que sus entrenamientos durarsen menos de una hora fue una de las primeras cosas que llamó mi atención, aunque tengo que reconocer que lo que realmente hizo que me lanzase a probarlo —yo, que toda mi vida he apostado por deportes individuales— fue esa comunidad de mujeres que, a través de Instagram, compartía sus progresos en un ejercicio de motivación grupal sin precendentes en el mundo del fitness.
Como su aplicación Sweat ya estaba disponible, sustituyendo a aquellas guías de ejercicio con las que comenzó, aproveché el periodo de prueba gratuito de siete días que ofrece para averiguar si el HIIT era lo mío. Las terribles agujetas del día después me hicieron pensar que estaba equivocada, por lo que reanudé la búsqueda. Así, durante los siguientes cuatros años acudí al gimnasio de manera intermitente y probé desde yoga hasta actividades grupales como spinning o boxeo. Hasta que Kayla volvió a cruzarse en mi vida y decidí darle una segunda oportunidad.
¿Qué necesitas saber?
Precisamente una de las cosas que tenemos en común muchas de sus usuarias es haber 'fracasado' en nuestro primer intento con el programa de Kayla. Lo primero que tienes que tener en mente si estás considerando probarlo es que se trata de un proceso progresivo y que conseguir tus objetivos a medio plazo puede llevar más tiempo de lo esperado. Las imágenes del antes y el ahora de otras mujeres son geniales como motivación, pero nunca debes compararte, porque lo cierto es cada mujer y cada situación es totalmente diferente.
Integrarlo en tu rutina diaria es una de las claves para lograr ser constante. El método Kayla consiste en tres sesiones de HIIT semanales alternas —piernas, brazos y abdominales—, tres de cardio de baja intensidad —caminar rápido es una de las opciones más extendidas—, un día de recuperación y un reto opcional. Además, con la idea de que todo el mundo pueda realizar sus ejercicios en casa, todos están pensados para requeririr un equipamiento mínimo; en mi caso, además de la ropa deportiva y las zapatillas, solo adquirí una buena esterilla de yoga y unas mancuernas de 3 kilos, para los ejercicios en los que interviene un banco, recurro a una silla.
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Encontrar el momento del día que mejor se adapta a ti y a tu horario es de vital importancia porque solo así conseguirás ir pasando de niveles. Yo, por ejemplo, empecé haciéndolos en casa después de trabajar y, unos meses después, decidí apuntarme al gimnasio y seguir las rutinas del BBG de Kayla a primera hora de la mañana.
Aunque lo verdaderamente importante es aclarar que los resultados, si eres constante, siempre llegan, por mucho que haya veces que no lo parezca; de la misma forma que las agujetas de los primeros días pasan, aunque vuelvan algunas veces (no os voy a mentir). Precisamente uno de los 'errores' que cometí cuando regresé con Kayla fue no seguir su consejo y hacerme una foto del 'antes' para poder observar mi evolución. Al principio pensé que no sería últil, pero cuanto más pasa el tiempo más echo de menos tener un testimonio gráfico de cómo ha 'cambiado' mi cuerpo con el entrenamiento.
Esto es lo que he aprendido (y conseguido) después de un año
Una de las cosas que más me costó admitir fue que nuestro nivel de energía no siempre es el mismo y, como consuencia, habrá días en los que entrenar te cueste un poco más de lo normal; y lo cierto es que no sucede absolutamente nada.
También que hay que aprender a ser flexibles, porque aunque la rutina es muy importante, hay momentos en los que te verás obligada a saltártela. Sentirse 'culpable' por no haber cumplido con los objetivos semanales es algo totalmente comprensible, sobre todo durante los primeros meses, pero con el tiempo aprendes a aceptar que hay semanas en las que las condiciones externas repercutirán de manera inevitable en tu rutina de entrenamiento, como vacaciones o visitas. De nuevo, no pasa nada.
La alimentación es una parte vital de la filosofía de vida de Kayla. Una de las cosas que esta gurú del fitness siempre ha dejado claro es que ella no hace dieta, pero sí que sigue una alimentación mediterránea (como buena nieta de griegos) muy similar a la española. Y eso no impide que, de vez en cuando, se permita algún capricho. Así que tomad nota.
¿Y los resultados? Después de un año y aproximadamente dos meses siguiendo de una manera más o menos disciplinada los entrenamientos de Kayla, con algún que otro parón corto y semanas mejores y peores, puedo decir que no solo mis niveles de fuerza y resistencia han incrementado considerablemente, también que mis brazos, piernas y abdomen están mucho más definidos y tonificados.
Sin embargo, el logro del que sin ninguna duda estoy más orgullosa es de haber conseguido ser constante, integrando el entrenamiento en mi vida de una vez por todas. Y aunque la mayor parte del mérito es mío, no puedo evitar estar eternamente agradecida a Kayla y a su gran comunidad de mujeres.
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