El efecto 'Dunning-Kruger': cuando crees tener siempre el control
Seguro que te has encontrado alguna vez con un compañero de trabajo que cree ser mucho más inteligente y competente de lo que realmente es. Puede que le cueste reconocer sus errores, que nunca busque ayuda y que piense ser el más resolutivo de toda la oficina. Esta sobreestimación de sus capacidades tiene nombre y se denomina ‘efecto Dunning-Kruger‘.
En la década de los 90 dos psicólogos, David Dunning y Justin Kruger, pusieron nombre a este sesgo cognitivo en la neoyorquina Facultad de Psicología de la Universidad de Cornell, tras extraer las conclusiones de un estudio sobre comportamientos humanos.
En el estudio confirmaron que las personas que padecen el efecto Dunning-Kruger sobreestiman sus limitaciones, no reconocen nunca sus errores, tampoco piden ayuda y no son conscientes de sus incapacidades.
Pero, ¿por qué se produce este efecto? ¿qué lleva a una persona a padecerlo? La subjetividad es una de las características más comunes de las personas que sufren este efecto. No son capaces de ver las situaciones con distancia ni perspectiva y menos aún cuando se trata un comportamiento personal y propio.
En el momento que adquieren un poco de conocimiento sobre un tema, se les enseña a actuar de una determinada manera o aprender las pautas para desarrollar una actividad, ya piensan tener todo bajo control y saber realizar esa tarea con plena eficacia. Suelen ser a menudo personas que toman decisiones rápidas, no admiten consejos y actúan con impulsividad. Y todos somos susceptibles de padecerlo.
¿Puede darse en diferentes niveles de intensidad? Por supuesto. En numerosas ocasiones, cuando una persona es consciente de que sabe suficiente sobre un tema, ya piensa que conoce toda la información relativa al mismo como si fuera un experto. Cualquier mínimo conocimiento en un área, lo convierte en máximo y presume de saber de ese tema.
Controlar a las personas que lo sufren es complicado, pero si dudas de si en alguna ocasión tú mismo puedes manifestarlo, existen algunos consejos a seguir para no caer en sus redes, como continuar aprendiendo constantemente para darse cuenta de que nunca sabemos suficiente sobre un tema.
También puedes pedir opiniones a otras personas para evaluar tu rendimiento y preguntarles qué tal estás haciendo determinada labor o si le has servido de ayuda durante alguna conversación. Y, sobre todo: cuestiona lo que haces.
Desafía constantemente tus creencias y conocimientos, piensa que siempre puedes aprender más sobre un tema determinado y no dejes, nunca, de buscar información.
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