El maquillaje también caduca: esto es lo que provoca

¿Cuántas veces has abierto un producto de cosmética y no lo has vuelto a usar? Hay temporadas en las que el maquillaje resulta el aliado perfecto en nuestras rutinas beauty de cada día y hay otras semanas en las que no queremos saber nada de él. Es más frecuente maquillarse en los meses fríos que en los cálidos y existen productos de maquillaje que tampoco nos acompañan, ni siquiera, en esos días de mala cara.

De todos los productos que tenemos en el neceser no siempre usamos todos y hay muchos que incluso que, aunque nos duran años por el poco uso que les damos, guardarlos es un error. Tenemos que tener cuidado con lo que aplicamos sobre nuestra piel porque aunque no lo veas, el maquillaje también caduca y del mismo modo que somos estrictos con la fecha de caducidad alimentaria de lo que ingerimos, debemos serlo también con lo que aplicamos a nuestra dermis para poder garantizar su salud más allá de las cuestiones estéticas.

Un maquillaje caducado puede formar grumos y pequeñas imperfecciones que a primera vista no se notan, pero que al detalle son visibles porque su textura cambia e incluso a veces hasta su olor se altera.

Las razones por las que se establece una fecha de caducidad sobre los cosméticos son necesarias: aplicar un producto cuya fecha de uso ya no es la recomendada puede llegar a provocar pequeñas lesiones o malestares como la conjuntivitis, el acné, alergias o erupciones cutáneas que pueden terminar derivando en problemas mayores.

¿Sabes cómo ver la fecha de caducidad de un cosmético? Identificarla no es tarea fácil ya que la mayoría de los productos no escriben una fecha en sus envases sino que ésta se indica en función de los meses que duran desde que se ha abierto el producto. Si una sombra de ojos durará 18 meses, se informará con un número y una letra: «18M».

La fecha de caducidad varía según el producto

Cada tipología tiene una fecha de caducidad diferenciada y existen algunos productos que pueden durar incluso años mientras que, otros, apenas unos meses. Por este motivo es necesario conocer qué fecha de caducidad tiene cada uno y así ir renovando los productos sin obedecer al capricho, solo basándose en la necesidad.

Los polvos bronceadores, coloretes y los matificantes son los que más duran de todos ya que si se mantienen bajo las condiciones higiénicas debidas, se puede hacer uso de ellos hasta dos años. Por el contrario, lo que menos tiempo dura son los lápices de ojos y las máscaras de pestañas . Con estos últimos hay que tener también mucha cautela ya que al ser productos que se aplican cerca de nuestros ojos y su contorno se recomienda cambiarlos en una media de tres a seis meses.

Los productos que además son de base líquida, como las bases de maquillaje y los correctores, también requieren gran atención porque al contener agua sus niveles de contaminación aumentan y duran, aproximadamente, un año, como los labiales (que varían en función de su textura).

En cambio, las sombras de ojos pueden llegar a durar hasta 36 meses por lo que tener una paleta de sombras diferentes es siempre una bueno opción ya que suelen ser un producto especial que no nos acompaña en el día a día, pero que nos permite recurrir a ellas sin prisa por su caducidad.

De poco servirá tener una rutina de cremas y cuidados faciales si no prestamos atención al maquillaje. Atender a las indicaciones es necesario y, aunque estos datos son aproximados, se debe consultar siempre la fecha de caducidad establecida por la empresa fabricante así como cualquier otro consejos de belleza que aparezca en el apartado de aplicación y empleo. Puede que comiences a notar cambios en tu piel a partir de ahora.




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